Los fantasmas de la Segunda Guerra Mundial despertaban la madrugada del jueves a través de las ensordecedoras alarmas antiaéreas que invadían el corazón de Ucrania. El temor a la intervención de las tropas de Rusia se materializaba en artillería que impactaba contra el aeropuerto de Ivano-Frankivsk, contra varios edificios de Kiev o en el óblast de Járkov. El ataque simultáneo, que en prácticamente toda la comunidad internacional es calificado de "invasión", provocó que el país que preside Volodímir Zelenski amaneciese entre humo, sirenas y miles de vehículos que colapsaban las salidas de las principales ciudades atacadas.
Las consecuencias de la guerra en Ucrania aún son imprevisibles, pero independientemente de cuál sea el desarrollo del conflicto, el impacto psicológico en las personas es, y será, devastador. Especialmente en los más vulnerables: los niños y las niñas ucranianos. Porque, tal y como señala la ONG Save the Children, al menos 7,5 millones de menores de edad están en "grave peligro de sufrir daño físico, sufrimiento emocional y desplazamientos" forzados tras la inversión rusa en el país.
La organización de protección a la infancia recordó que los primeros bombardeos realizados esta madrugada sobre las ciudades ucranianas de Donetsk, Lugansk, Dnipró, Mariúpol, Odessa, Leópolis, Lutsk y Sebastopol, además de Járkov y la capital, Kiev, ya han provocado que muchos niños y niñas deban esconderse en sótanos y refugios antiaéreos. Otros se han visto forzados a abandonar la capital, convirtiéndose en potenciales refugiados en caso de que el conflicto se pueda recrudecer en las próximas horas o días. Todo en plena ola de frío que roza temperaturas bajo cero.
"En un conflicto de estas características todo está sobre la mesa: muerte, heridas y hasta violencia sexual"
Save the Children sostiene que actualmente hay más de 400.000 menores de edad que viven en zonas de alto riesgo potencial de sufrir el bombardeo de la artillería rusa o la presencia de soldados y vehículos militares de guerra. De ellos, al menos 100.000, explica la ONG, ya han dejado sus casas ante el temor del conflicto bélico. De continuar el conflicto, esa cifra podría extenderse a los siete millones y medio.
"Nuestra preocupación más inmediata es el riesgo para su salud y su bienestar, ya que en un conflicto de estas características todo está sobre la mesa: muerte, heridas y hasta violencia sexual", señalan desde la ONG en declaraciones recogidas por EFE. "Los niños están aterrorizados, están oyendo explosiones y se les pide huir con la ropa que llevan puesta. No se puede subestimar el riesgo para su salud mental y el potencial traumático a largo plazo".
"Es una situación de guerra"
Tal y como señala a ENCLAVE ODS Vicente Raimundo, director de cooperación internacional y acción humanitaria de Save the Children, "la situación que estamos viendo ahora es dramática y tiene un origen inmediato en 2014". Tal y como señala, ya entonces existía una población significativa con 400.000 niños y niñas viviendo "en una situación prebélica, con su vida interrumpida por tensiones, evacuaciones, escaramuzas, pasando inviernos durísimos y con su acceso a la educación alterado y en necesidad de asistencia humanitaria".
"Es una situación de guerra", el director de cooperación internacional y acción humanitaria de Save the Children
Raimundo señala que hay un cambio radical a peor: "Es una situación de guerra. Hemos pasado de la cifra de personas que mencionaba antes a 7 millones y medio de niños y niñas en todo el país".
Además, el representante de Save the Children confirma a través de su personal sobre el terreno que "ha habido explosiones generalizadas, incluyendo combates y explosiones cerca de la capital y de Járkov, y esto ha hecho que familias al completo hayan decidido esconderse en sótanos y refugios y otras muchas abandonar a la carrera las localidades en las que viven". Por tanto, el impacto psicológico en la infancia resulta devastador.
"La situación es extremadamente volátil", remata el experto. "Llevamos 14 o 15 horas y no sabemos qué va a pasar. Las temperaturas son absolutamente invernales y las familias desplazadas se van a tener que enfrentar a una situación de guerra en condiciones invernales".
Además, UNICEF señaló en un comunicado esta mañana que "el fuego de armas pesadas a lo largo de la línea de contacto ya ha dañado infraestructura crítica de agua e instalaciones educativas durante los últimos días. A menos que los combates disminuyan, decenas de miles de familias podrían verse desplazadas por la fuerza, aumentando drásticamente las necesidades humanitarias".