La imagen de un desierto como el de Atacama (en el norte de Chile) inundado de ropa usada es, quizá, la muestra más clara de lo que está ocurriendo en nuestros mares y ríos, pero a nivel microscópico.
Los científicos llevan años advirtiendo acerca de cómo la industria textil está inundando de microplásticos el planeta. Ya sea por su acumulación en un vertedero como a través del lavado de ropa, lo cierto es que la moda rápida está contaminando el medioambiente a un ritmo alarmante. Varios informes sitúan su impacto ambiental al nivel del de la industria petrolera.
La producción de microfibras sintéticas como el poliéster y el nylon comenzó a mediados de los años 50. Desde entonces, y con la utilización de electrodomésticos como la lavadora, la liberación de estos productos se cuenta por toneladas, con una mayor incidencia en la última década.
Pero, ¿cómo llegan al medio marino? Sobre todo, a través de torrentes y rieras, derrames de polímeros de plástico de origen industrial y derrames directos a la mar por parte de embarcaciones.
La moda rápida está contaminando el medioambiente a un ritmo alarmante. Varios informes sitúan su impacto ambiental al nivel del de la industria petrolera
No obstante, recientes estudios señalan otras posibles fuentes. Entre ellas, las depuradoras, donde sólo una parte de las fibras microscópicas es eliminada, pero otra acaba vertiéndose al mar.
El 80% de los microplásticos que hay en el mar "son microfibras procedentes de la fabricación, lavado y uso de ropa sintética, pobladores habituales de la mayoría de nuestros armarios", señala la coordinadora de proyectos internacionales de Trashumancia y Naturaleza (pastores sin fronteras), Concha Salguero.
Hasta 700.000 fibras durante el lavado
Lo explica en una tribuna en la "blogosfera" de EFEverde.com en la que recuerda que se trata de un problema que afecta a todas las zonas marinas del planeta, desde las aguas costeras a los fondos oceánicos pues, "como aseguran los expertos", cada prenda suele desprender hasta 700.000 fibras durante el lavado.
Según Salguero, los estudios muestran "que el Mediterráneo occidental, entre la costa española y las islas Baleares, es la zona de mayor acumulación de microplásticos por efecto de las corrientes, y, en algunas zonas de la costa de Cataluña, se han encontrado acumulaciones muy altas, e incluso cogollos de microfibras asociados a materia orgánica y plancton".
El "impacto ambiental de la industria textil se conoce desde hace años" y la respuesta la ofrece la naturaleza con la "vuelta a las fibras naturales y biodegradables" argumenta.
En este sentido, desde Trashumancia y Naturaleza destacan el valor de la lana como material renovable, reutilizable y 100% biodegradable que, lamentablemente, se "considera un subproducto ganadero en lugar de producto".
En algunas zonas de la costa de Cataluña se han encontrado acumulaciones muy altas, e incluso cogollos de microfibras asociados a materia orgánica y plancton
"De hecho, el 80% de nuestra lana de uso textil en sucio (es decir, sin procesar) se vende a China a bajo precio, que vendrá devuelta en forma de productos acabados y con un precio mucho más alto", argumenta la experta.
Por ello el Día Europeo de la Lana volverá a celebrarse, por segunda vez, el 9 de abril impulsado por la European Wool Exchange Foundation (EWE) con el lema "bienestar, educación y arte" haciendo hincapié en el uso de este material en la artesanía textil como fibra natural de gran valor social y ambiental.
Su potencial, detalla, abarca nuevas aplicaciones tecnológicas que van desde generar un material capaz de desbancar al plástico en la construcción de pequeñas embarcaciones, utensilios de cocina, calzado o prendas deportivas.
Además, este año es España el país organizador, tomando el relevo a Italia que lo hizo en 2021, por lo que "desde Trashumancia y Naturaleza estaremos apoyando de cerca a la Asociación de tejedoras sociales IAIA.org, organización coordinadora de la EWE en España", apunta Salguero.