Fue lord Byron quien dijo "cuando caiga el Coliseo, Roma caerá; y cuando Roma caiga, también lo hará el mundo". Ahora, el fotógrafo y artista digital francés Fabien Barrau recupera sus palabras para, en su cuenta de Instagram, invitarnos a realizar un viaje en el tiempo con destino al mañana de la Tierra azotada por el cambio climático.
Ponemos rumbo al futuro. Y empezamos nuestro recorrido en un mañana no tan lejano, con "un ecosistema que está a punto de desaparecer", como publica el propio autor. La silueta de la cara de un lobo, un animal cada vez más amenazado, nos muestra la crudeza del deshielo. Para, acto seguido, llevarnos al París de finales de siglo.
La ciudad de la luz y del amor ya no es tan. Está cubierta por arena; la desertificación se ha cebado con ella. "El final del siglo fue duro, pero los últimos humanos se adaptaron", escribe Barrau.
El artista coge los impactos del cambio climático que ya se están viviendo hoy en muchas partes del mundo y los lleva al extremo. Saca al espectador de su zona de confort, ese hogar en el que –aún– se siente seguro, y le enfrenta a la que podría ser la realidad del mundo si no se toman las medidas necesarias en el presente.
El mañana que dibuja no será el nuestro –quien lee o escribe estas líneas–, pero sí el de los más jóvenes, los que aún son niños, o de aquellos que están por venir en los próximos años. Porque, como dijo a ENCLAVE ODS el activista islandés Andri Snær Magnason, "todos conocemos a alguien que vaya a tener seres queridos que vivan en el próximo siglo".
Es decir, que vayan a vivir en ese año 2119 que ilustra Barrau y en el que el deshielo de los polos y la subida del mar habrán sido tan pronunciadas que Nueva York y su estatua de la libertad queden cubiertas por el agua.
Esta colección de imágenes, titulada Noticias del futuro (News From the Future, en versión original), nace precisamente para concienciar de que ese mañana apocalíptico está más cerca de lo que pensamos. Pero también para recordar que aún estamos a tiempo de evitarlo.
En un artículo publicado por la revista Inhabitat, Barrau asegura que su motivación para crear esta serie fue remarcar "la urgencia de actuar cada día, con el poder que cada individuo tiene, para sensibilizar a otros sobre el cambio climático" y "actuar ya".
Por eso, mientras el Coliseo se sitúa en mitad de una nada árida y desértica, Chicago ha sido devorada por la vegetación más salvaje. Barrau muestra, así, las dos caras de la misma moneda: el cambio climático trae consigo fenómenos climáticos extremos y no afectará a todos los lugares del mundo de la misma manera.
El artista asegura haberse inspirado en El planeta de los simios, Mad Max y el pintor francés Roland Cat, a quien pretende rendir homenaje con esta serie de ilustraciones. Y es que Barrau se autodefine como fan del arte, las novelas, las películas y los documentales posapocalípticos.
"Me encanta usar las fotos que tomo con mi dron para hacer montajes postapocalípticos como estos", asegura a Inhabitat. Y concluye: "Intento imaginar qué ocurriría en una región si subiesen los niveles del mar, el clima se volviese tropical o se produjese un evento de desertificación". Y así lo plasma en su arte.