Este pasado martes 27 de septiembre, las repentinas fugas en los gasoductos Nord Stream 1 y Nord Stream 2, que conecta Rusia con Alemania, hicieron saltar todas las alarmas. A la espera de conocer las causas exactas, cada vez más voces señalan a un sabotaje.
Aunque las consecuencias medioambientales están cada vez más claras: los científicos apuntan a que la expulsión de metano de las tuberías reventadas podría ser una de las peores fugas de gas natural de la historia y puede tener desentrañar riesgos climáticos significativos.
Mientras crecen las preocupaciones por el suministro de este combustible fósil clave para el invierno en Europa, los expertos advierten de que podría desencadenar un aumento del efecto invernadero. Y es que, como aseguran científicos consultados por ENCLAVE ODS, el metano tiene una potencialidad contaminante 80 veces mayor que el CO₂ en una perspectiva de 20 años.
Según ha publicado el diario británico The Guardian este miércoles, las estimaciones de los científicos indican que podrían alcanzar entre 100.000 y 350.000 toneladas de metano expulsado.
Los cálculos realizados por la Agencia Federal del Medio Ambiente (UBA) de Alemania estiman que estas cifras equivaldrían a la emisión de 7,5 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
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En términos comparativos, señaló Jean-Francois Gauthier, vicepresidente de mediciones de la firma satelital comercial de medición de metano GHGSat, en declaraciones recogidas por el diario británico, la fuga podría equivaler a 1,3 millones de automóviles circulando por las carreteras durante un año.
De hecho, la Agencia Danesa de Energía ya ha señalado este miércoles que los gasoductos contenían 778 millones de metros cúbicos de gas natural en total, lo que equivale al 32% de las emisiones anuales danesas de CO₂.
Tal cantidad podría tener unos efectos devastadores. Pedro Zorrilla, coordinador de campaña de Greenpeace, señaló a EL ESPAÑOL que el metano "tiene un poder de calentamiento 84 veces mayor que el dióxido de carbono".
Normalmente, cuando existen pequeñas fugas de gas, la naturaleza suele ayudar a digerirlo. Sin embargo, con semejante fuga, la naturaleza no podrá hacer su trabajo.
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"Mi experiencia científica me dice que, con una gran explosión como esta, el metano no tendrá tiempo de ser atenuado por la naturaleza. Por lo tanto, una proporción significativa se ventilará como gas metano", señaló el profesor Grant Allen, experto en ciencias ambientales y de la Tierra de la Universidad de Manchester, a The Guardian.
Si bien aún se desconocen las causas exactas de lo ocurrido con el Nord Stream, las fugas son una problemática para la lucha contra el cambio climático.
Como indicó el científico Javier Peña, de la Fundación Hope! Acción Climática, "las fugas de pozos abandonados o mal gestionados y de gasoductos representan el 6% de las emisiones de efecto invernaderos globales". Es decir, el equivalente a la contaminación que emite la climatización (calefacción y refrigeración) de todos los edificios del mundo.