La cría de pulpos de manera intensiva no es algo que esté regulado porque tampoco es una práctica que se esté llevando a cabo. Al menos hasta el verano de 2023, cuando estará lista la primera macrogranja de pulpos del mundo en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria de la mano de la empresa española Nueva Pescanova.
La primatóloga Jane Goodall ha aprovechado para lanzar un mensaje radical en contra de este negocio. "Estas granjas no podrán ofrecer las condiciones que los pulpos necesitan y merecen, e inevitablemente causarán un nivel de sufrimiento que ahora sabemos que es inaceptable", lamenta, y añade que para evitarlo, "debemos actuar ahora".
El fin de estas macrogranjas es destinar estos animales para su consumo. Como recoge EfeAgro en base a los datos de la patronal de congelado Conxemar, la Unión Europea ya ha importado unas 64.869 toneladas de pulpo por valor de 693 millones de euros. Un volumen de negocio que revela un aumento del 37,3% con respecto hace un año.
Es de resaltar que solo en España, las importaciones suponen casi la mitad de las de la UE, con 36.836 toneladas. El negocio es jugoso: solo en un año los beneficios del comercio del pulpo en nuestro país generan más de 110 millones de euros, según recoge el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
Entretanto, se firman acuerdos para que importadores y productores aseguren un consumo responsable. Sin embargo, las granjas de pulpos pueden poner algunas piedras en el camino a este objetivo.
La compañía española tiene previsto empezar a vender a los primeros pulpos en 2023, pero el proyecto aún está en proceso de aprobación. Por este motivo, el programa ambiental Raíces y Brotes del Instituto Jane Goodall junto con la organización Acción Océanos, han impulsado la campaña No a las granjas de pulpos para reclamar una ley europea que prohíba la cría intensiva de pulpos. El objetivo es "evitar el desastre ambiental y el problema ético que implicaría esta práctica".
"Cuando me enteré de que empresas españolas planean encerrar a estas criaturas sensibles y fascinantes en 'granjas de pulpos', me sentí profundamente angustiada", asegura Goodall.
[Jane Goodall, una vida por los chimpancés]
Como recuerdan desde el Instituto que lleva su nombre, los pulpos son animales dotados de tres corazones y un complejo sistema nervioso y paquete neuronal en sus ocho tentáculos que les hace extremadamente inteligentes, capaces de usar herramientas. Además, son capaces de sentir emociones como el sufrimiento y el dolor al mismo nivel que los humanos.
Es importante resaltar también el impacto ambiental de explotaciones como las que se proyectan en Canarias. Como valoran desde la institución, es muy alto. La contaminación por el uso de compuestos químicos como alguicidas o antibióticos afectan a muchas zonas por las corrientes marinas. A eso se suma la sobreexplotación de los recursos pesqueros para alimentar a todos los animales criados en estas granjas. Necesitan consumir tres veces su propio peso para sobrevivir.
¿Hacia una nueva ley en la UE?
La campaña lanzada en Change.org por estas organizaciones ya acumula casi 99.000 firmas. Tras aprobarse en marzo de 2021 la patente para el cultivo de las larvas de especie que más se comercializa (el pulpo común), Nueva Pescanova se hizo con ella y solicitó en julio de 2021 su uso comercial. Desde la compañía aseguran que su negocio puede ser una estrategia para poner fin a la sobreexplotación de las poblaciones de pulpos.
Sin embargo, el proyecto se ha llevado la férrea oposición de organizaciones como Ecologistas en Acción. En un comunicado, denuncian que las poblaciones de pulpos salvajes están disminuyendo. En 2015 la cantidad de pulpos capturados en todo el mundo alcanzó un máximo de 400.000 toneladas, 10 veces más que en 1950.
Por este motivo, señalan que la cría en cautividad para su posterior consumo no es una solución a la sobreexplotación de las poblaciones salvajes, como sí lo es la adecuada evaluación y gestión pesquera de sus ejemplares.
Según declaraciones del Instituto Jane Goodall recogidas por Efe, existe un vacío legal y es que "las leyes de la Unión Europea que regulan el bienestar del ganado no se aplican a los invertebrados, por lo que los pulpos no están incluidos, así que no tienen protección bajo la ley desde el punto de vista del cultivo masivo".
Además, alegan que la directiva europea 2010/63/EU sobre la crianza de animales para fines científicos sí incluye a los cefalópodos, por lo que entienden que si esa norma "tiene en cuenta el bienestar y la capacidad intelectual y sintiente de los pulpos, no parece haber razón alguna en contra de la creación de una nueva ley que se aplique a otros ámbitos de su posible crianza, como lo sería el caso del cultivo como producto alimenticio".