El mundo perdió 11 campos de fútbol de selvas tropicales cada minuto en 2022 a pesar del compromiso de la COP 26
Un nuevo informe elaborado por la Universidad de Maryland y GFW señala a Brasil como el principal deforestador del mundo, con un 43% sobre el total.
27 junio, 2023 11:59La pérdida global de selvas tropicales primarias ascendió a 4,1 millones de hectáreas el año pasado, un espacio equivalente al tamaño de un país como Suiza o la pérdida de once campos de fútbol cada minuto, según un informe de la Universidad de Maryland (EEUU) y Global Forest Watch (GFW) publicado esta mañana. Esta cifra supuso un aumento del 10% en comparación al año anterior.
Nacionalmente hablando, Brasil fue, sin duda, el mayor destructor de bosques tropicales primarios del mundo. Con un 43% sobre el total, el país sudamericano perdió 1,8 millones de hectáreas durante el año pasado. Le siguen muy de lejos la República Democrática del Congo (512.672 ha), Bolivia (385.567 ha) e Indonesia (230.002 ha).
Esta destrucción de selvas “resultó en 2,7 gigatoneladas (Gt) de emisiones de dióxido de carbono, equivalentes a todas las emisiones anuales de combustibles fósiles de la India”, indicó Mikaela Weisse, directora del Global Forest Watch, en declaraciones recogidas por la Agencia Efe.
Un camino equivocado
Este aumento se produce después de que 145 países se comprometieran en la Declaración de los líderes de Glasgow sobre los bosques y el uso de la tierra de la COP 26 a detener y revertir la pérdida de bosques para finales de esta década. En ella, reconocieron, además, el importante papel de los bosques primarios en la lucha contra el cambio climático y la pérdida de la biodiversidad.
Sin embargo, señalan desde GFW, la tendencia mundial se está moviendo en la dirección contraria. “Las cifras de 2022 son particularmente desalentadoras”, indicó Francis Seymour, del World Resources Institute (WRI), a Reuters. "Esperábamos a estas alturas ver una señal en los datos de que estábamos dando un giro a la pérdida de bosques".
La minería ilegal, el comercio ilícito, la construcción de vías, el aumento de pastizales y la invasión de tierras fueron las principales causas de deforestación en el trópico.
Las selvas tropicales primarias, donde se producen el 95% de la deforestación mundial, señala el informe, son ecosistemas críticos para combatir el cambio climático, ya que son un sumidero de carbono. Reducir la deforestación, explica el informe, supone una de las medidas más rentables para reducir las emisiones. Los bosques eliminan el dióxido de carbono cuando están en pie o vuelven a crecer y lo emiten cuando se talan o se degradan.
Pero estos bosques también son extremadamente importantes por albergar la mayor biodiversidad de cualquier ecosistema en la Tierra y por ser un medio de vida para muchas comunidades humanas. Según GFW, unas 1.600 millones de personas —entre las que se encuentran 70 millones de pueblos indígenas— dependen de los recursos forestales para su sustento.
Brasil, el mayor deforestador
En el caso de Brasil, la tasa de pérdida de bosques primarios aumentó en un 15% de 2021 a 2022, lo que supuso la tasa más alta desde el año 2005, especialmente en la región amazónica, que alberga el área de bosque tropical húmedo más grande del mundo. En el estado de Amazonas, indica el documento, la tasa de pérdida de bosques primarios casi se ha duplicado en tan solo tres años.
El incremento de la deforestación coincidió con el gobierno de Jair Bolsonaro (1 de enero de 2019-31 de diciembre de 2022), que flexibilizó los controles y debilitó las protecciones medioambientales. Entre otras medidas, denuncian desde GFW, el expresidente desmanteló diversas agencias ambientales, trató de otorgar amnistías por deforestación ilegal e intentó debilitar los derechos de los indígenas.
El resultado fueron 1,8 millones de hectáreas de selvas tropicales primarias arrasadas, que devinieron en 1,2 Gt de emisiones de dióxido de carbono, lo que equivale a 2,5 veces las emisiones anuales de combustibles fósiles de Brasil.
Si bien la reelección de Lula da Silva como presidente podría revertir la tendencia, indica el documento, “algunos funcionarios advierten que es posible que no haya un progreso viable hasta 2024 como muy pronto”. Ya que, añaden, “las agencias de cumplimiento se tienen que reequipar y dotarse de personal, y se tienen que investigar las actividades ilegales”.