"Todo lo que aprendemos a lo largo de la vida hace que metamos a la gente en el cajón de la discriminación, ya sea por su género, por su edad, por su etnia, o por su discapacidad". Con estas palabras, Mar Aguilera, directora general de la Fundación Vivofácil (antes Alares), arrancaba anoche, 28 de junio, la gala de entrega de los XVII Premios Nacionales a la Conciliación de la Vida Familiar, Laboral y Personal, al Fomento de la Corresponsabilidad y a la Responsabilidad Social.

En ese "cajón de la discriminación", explicaba, todos metemos a aquellas personas que "no cumplen el prototipo que esperamos". Y contra eso, precisamente, es contra lo que intenta luchar la fundación que dirige, que durante la gala reveló su nuevo nombra: Fundación Vivofácil.

Porque, aseguró Aguilera, buscan ser más accesibles aún si cabe. "La mayoría de las personas que se benefician de la labor de la fundación no eran capaces de acordarse de nuestro nombre", admitió. Por eso, a partir de ahora les intentan "hacer la vida más fácil" con este renaming. Eso sí, bromeó, "ni hemos cambiado, ni nos han comprado".

Durante la entrega de premios, el presidente de la Vivofácil, Cipri Quintas, quiso poner el foco en los asistentes, tanto premiados como finalistas, entre los que se encontraba este vertical. Ellos, dijo, son parte de "una tribu esencial", esa que es "la base de la civilización". "No como las comunidades de vecinos de ahora, que nadie conoce a nadie ni se ayuda", bromeó. 

Por eso, explicó Quintas, los Premios Alares, tanto a la Conciliación de la Vida Familiar, Laboral y Personal, al Fomento de la Corresponsabilidad y a la Responsabilidad Social como a a la Excelencia en la Inclusión Laboral y la Prevención de Riesgos Laborales de las Personas con Discapacidad, que se otorgaron la misma noche, son "un homenaje  a todos los que han contribuido a construir una sociedad mejor". Y, señalando a los asistentes, añadió: "A esta tribu".