Blanqueo de dinero, crímenes de guerra en Yemen, presos políticos, vigilancia y espionaje, comunidad LGTBIQ+, libertad de expresión, derechos de la mujer y trata de personas. Estos son algunos de los temas señalados por un documento del gobierno de Emiratos Árabes Unidos (EAU), al que ha tenido acceso The Guardian.
En él se establecen las directrices mediáticas y las líneas rojas del país del Golfo en preparación para la próxima COP28, que tendrá lugar entre noviembre y diciembre en Dubái.
Esta hoja de ruta para plantar cara a las críticas de los medios de comunicación, comienza, según revela el diario británico, con tres páginas de "mensajes clave de la COP28 EAU" y "puntos narrativos". El propósito del documento se resume en una de ellas: "Construir una comprensión de las cuestiones más importantes planteadas por los medios de comunicación internacionales contra los EAU […]. El objetivo final es mejorar la imagen reputacional de los EAU".
Uno de los mensajes clave de la COP28 es que "tenemos que reducir las emisiones en los sistemas de los que dependemos hoy". Por eso, en el documento se evita intencionalmente mencionar los combustibles fósiles, como el petróleo o el gas, pero sí se hace referencia al potencial de las energías renovables y el hidrógeno.
De esta manera, EAU trataría de sortear la inclusión de la consigna que aboga por evitar el quemado de combustibles fósiles en su narrativa como país organizador de la cita climática, haciendo referencia a las emisiones solamente.
Una de las recomendaciones de los expertos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), recopiladas a principios de año, es acometer una "reducción sustancial del uso total de combustibles fósiles, un uso mínimo de combustibles fósiles no reducidos y el uso de la captura y almacenamiento de carbono en los sistemas de combustibles fósiles restantes", entre otras medidas.
Y a mediados del mes de junio, António Guterres, secretario general de la ONU, reiteró la necesidad de que los países empiecen a eliminar progresivamente el petróleo, el carbón y el gas —no sólo las emisiones— y exigió a las empresas de combustibles fósiles que "cesen y desistan" de las medidas que pretenden "poner rodilleras" al progreso climático.
Controlar la narrativa
"Estas páginas de tediosos temas de debate destruyen la 'fachada verde' de la presidencia de la 'COP de los combustibles fósiles'", explica Pascoe Sabido, del Corporate Europe Observatory y coordinador de la coalición Kick Big Polluters Out, a The Guardian. Por eso, "cualquiera que lo lea debería alarmarse".
Uno de los engorrosos asuntos que tiene que enfrentar Emiratos en el campo mediático tiene que ver con Sultan Al Jaber, la persona al frente de la organización de la cumbre por el clima. Como ya se explicó en ENCLAVE ODS, Al Jaber es ministro de Industria y Tecnología Avanzada de Emiratos Árabes Unidos, y además, es director ejecutivo de Adnoc, la compañía nacional de petróleo de Abu Dabi.
Desde que fue nombrado presidente de la COP28, el pasado mes de enero, Al Jaber ha estado en el ojo del huracán de la polémica. Y no solamente a ojos de los activistas climáticos, que criticaron duramente la decisión. En mayo, más de un centenar de miembros del Congreso de Estados Unidos y del Parlamento Europeo pidieron su dimisión, alegando que su nombramiento podía socavar las negociaciones.
El documento, según relata The Guardian, también enumera que Adnoc no ha divulgado sus emisiones de gases de efecto invernadero ni ha publicado un informe de sostenibilidad desde 2016, lo que podría resultar problemático. Ante este hecho, el texto sugiere responder a la crítica afirmando que "Adnoc está realizando actualmente los estudios necesarios" para ponerlos a disposición del público.
Y, en defensa a las críticas sobre las competencias de Al Jaber para ejercer como presidente de la COP28, el documento resuelve que "la carrera profesional de Al Jaber [en energía, clima y diplomacia] le da la experiencia necesaria para comprometerse constructivamente, perturbar y unir a los mismos sectores necesarios para lograr una acción significativa".
Otro de los representantes de la sociedad civil que ha podido expresar su parecer sobre el documento filtrado, Nicholas McGeehan, de FairSquare, afirmó al medio británico la evidencia de que "no se puede tomar la palabra a los EAU". Y exhorta a los activistas climáticos a "reconocer la duplicidad de los EAU".
Blindar la respuesta frente a la crítica
Una de las directrices de esta hoja de ruta establece que "es obligatorio que todas las entidades gubernamentales se adhieran a informar y obtener la aprobación final de la Oficina Nacional de Medios de Comunicación antes de cualquier respuesta real [a los medios]".
Esta medida no resultaría extraña, ya que en los últimos meses, los organizadores de la COP28 han sido acusados de tratar de ejercer un control férreo sobre las respuestas a los medios de comunicación.
The Guardian reveló en junio que Adnoc había podido leer correos electrónicos entrantes y salientes de la oficina de la cumbre del clima de COP28 y fue consultado sobre cómo responder a una investigación de los medios de comunicación.
Hace un mes, una investigación del Climate Action Against Disinformation Project reveló la existencia de más de dos docenas de cuentas de Twitter –un ejército de bots– que salían en defensa de Al Jaber y de la celebración del encuentro en EAU ante cualquier comentario negativo.
"Todas estas cuentas citaron muchos de los mismos tuits, utilizando un lenguaje similar (pero no idéntico), a menudo añadiendo hashtags asociados con la sostenibilidad o la red cero", decía la investigación.
Y en mayo, Al Jaber fue acusado de greenwashing. Según informaron el Centre for Climate Reporting y The Guardian, algunos miembros del equipo de la COP28 editaron páginas de Wikipedia sobre el jefe de la conferencia, que destacaban su papel como director general de la Abu Dhabi National Oil Company (Adnoc).