Cada año, se capturan más de 60 millones de caballitos del mar, una especie especialmente amenazada por el cambio climático, a causa de la sobrepesca y las capturas furtivas que se destinan principalmente para la medicina tradicional asiática, según ha confirmado esta mañana Miquel Planas, investigador principal en el grupo de Ecología y recursos marinos del CSIC.
Su principal amenaza, señala el científico, está en su captura para la elaboración de recetas de la medicina tradicional china a la que se le otorgan una serie de beneficios que “en algunas ocasiones cuenta con corroboraciones científicas y en otras no”, explicó a EFE. En países como China, Japón y Corea, se considera un tratamiento útil para el asma, la disfunción eréctil y otras dolencias.
El mercado negro, por tanto, está causando gran mella en la población mundial de caballitos de mar o hipocampos (Hippocampus). Las mafias trabajan principalmente en lugares con poblaciones importantes de esta especie como Perú o el sur de Portugal, pero también en nuestro país.
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“En España, concretamente en Málaga, se han decomisado miles de caballitos de mar de capturas ilegales que estaban disecados y listos para enviarse a China para la medicina tradicional”, aseguró Planas a EFE.
En origen, se paga entre 550 y 1.200 euros el kilo. Y cuando llega a su destino, su valor puede multiplicarse hasta dos veces y medio el precio. “Se ha generado un mercado negro que puede esquilmar las praderas marinas en las que se cría este animal”, explicó a EL ESPAÑOL Jesús Bellido, biólogo del Aula del Mar de Málaga.
La amenaza del cambio climático
Además de la pesca, el calentamiento global es la otra gran amenaza de esta especie. Tal y como explicó Planas, se prevé que con el aumento de las temperaturas del agua del océano a causa de las emisiones globales de gas de efecto invernadero, algunas especies que no se encuentran más allá de Holanda o Gran Bretaña, “se desplacen más hacia el norte”.
También la destrucción de sus hábitats juega un papel importante en la reducción de su población. La especie suele habitar en “praderas marinas, manglares y arrecifes de coral en costas poco profundas, ecosistemas que son muy sensibles a la polución, al cambio climático y a otros impactos ambientales”, señalan en su página web la oenegé Oceana. Y es que, como afirmó Planas, “cada media hora desaparecen a nivel mundial el equivalente a un campo de fútbol de esas comunidades vegetales”.
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Los caballitos de mar son especialmente vulnerables, ya que son monógamos y muestran una alta fidelidad hacia su pareja. “Estos factores hacen que si uno de los miembros de la pareja desaparece, el miembro restante tarde mucho en encontrar una nueva pareja”, añaden en Oceánidas.
Un proyecto para salvarlos
Para preservar la especie, la oenegé Oceánidas promueve un proyecto, Save Little Big Seahorse, que cuenta con el asesoramiento de Miquel Planas, y pretende la conservación de las poblaciones existentes de caballitos de mar de la mano de una red de vigilantes marinos que ya cuenta con más de 2.000 buceadores, informó Efe.
“El Mediterráneo es mucho más susceptible a la aparición de estos animales”, advirtió el investigador a EFE, y señala que desde Oceánidas se han podido reportar hasta seis colonias de caballitos de mar en Andalucía y también en el Atlántico gallego.
Sin embargo, para el investigador del CSIC, es importante seguir apostando por la investigación para conocer la ubicación de los caballitos en nuestro país, ya que todavía “no hay muchas observaciones en el Cantábrico”.
Esta especie, aseguran desde la oenegé, aún no figura en el catálogo español de especies amenazadas y esto se debe principalmente a la falta de datos y estudios, lo que limita la capacidad de protección de la especie. Según Oceánidas, “en los últimos cincuenta años se ha visto casi reducida a la mitad” el número de ejemplares en España.