Un 11,3% de los jóvenes españoles piensa en el suicidio con cierta frecuencia y el 13,8% experimenta ideas de suicidio con mucha frecuencia o continuamente. Esta cifra se dispara al 34,8% en el caso de los jóvenes con carencias materiales severas. Estos son datos alarmantes extraídos del IV Barómetro Juvenil 2023. Salud y Bienestar, publicado por la Fundación Mutua Madrileña y Fad Juventud el pasado mes de septiembre.
Y es que el suicidio es la principal causa de muerte extrema de la gente joven en nuestro país. Según los datos más recientes, de 2021, en un año se registraron 336 suicidios entre la población de 12 a 29 años. El origen de este malestar no solamente se explica por la capacidad de los jóvenes para enfrentarse a la vida.
En la víspera del Día Mundial de la Salud Mental, y haciendo eco de la declaración de Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud, que anima a "reconocer la salud mental como un derecho universal y poner de relieve las mayores vulnerabilidades y conocer la naturaleza de estos problemas”, desde ENCLAVE ODS analizamos el estado de la salud mental en este vulnerable grupo.
Un factor significativo de la vulnerabilidad frente a enfermedades y trastornos mentales en las personas jóvenes, señalan en el informe, está relacionada con el estado de salud física, el estilo de vida, las carencias materiales y la red de apoyos del entorno.
En el barómetro destacan que "quienes declaran un estado de salud y un estado físico deficientes y quienes argumentan tener un estilo de vida poco saludable". Y, en cambio, quienes no tienen ideaciones suicidas son personas que "muestran en mayor medida una buena situación económica y fuertes apoyos en su entorno cercano".
Esta no es la única problemática que afecta al bienestar mental de los jóvenes, sino más bien el último recurso para un deterioro acuciante del mismo. Según el documento, casi un 60% de los jóvenes españoles reconoce haber tenido problemas de salud mental. "La percepción que tienen los jóvenes de su salud mental no es buena, tal y como venimos constatando, y debemos actuar para ayudarles a que esto cambie", explica Lorenzo Cooklin, director general de la Fundación Mutua Madrileña.
Y los síntomas asociados a esta condición son, según declara parte de los más de 1.500 jóvenes españoles de entre 15 y 29 años encuestados, el cansancio o falta de energía (46,2%), sensación de estar triste o decaído/a (44,2%), problemas para concentrarse (44,9%), miedo ante el futuro (42,7%), poco interés por hacer las cosas (40,7%), problemas para dormir (39,2%) o ataques de ansiedad (37,8%).
1 de cada 3 no pide ayuda profesional
El porcentaje de jóvenes con problemas de salud mental que deciden acudir en busca de ayuda profesional es del 62,5%. En términos comparativos, hay más jóvenes que buscan ayuda hoy que hace 6 años. "El hecho de que busquen cada vez más ayuda profesional es un síntoma de que esta situación puede revertirse”, señala Cooklin.
Una de las barreras que impide a los jóvenes pedir ayuda profesional para aliviar su malestar mental continúa siendo la cuestión económica: es un problema para el 37% de los que no piden ayuda. Y es que, según una investigación MundoPsicólogos, el coste medio de una sesión con un psicólogo en España se sitúa en 51 euros la hora. Un gasto que no está al alcance de todos los bolsillos. Otra de las razones declaradas por este colectivo es la desconfianza en los profesionales de salud mental.
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Según el barómetro, la juventud en paro recurre considerablemente menos a la ayuda profesional. Y de entre las personas que trabajan, apenas un 31,5% lo hace. Cuando van al psicólogo, gran parte recurre a los oídos de sus allegados para hablar sobre los problemas de salud mental que les aquejan. Lo más habitual es recurrir a las amistades (28,3%) o la familia (17,2%), en menor medida a otras personas (8,8%) y de forma prácticamente residual a docentes (0,6%).
Pero no todos lo hacen: el porcentaje de jóvenes con problemas relacionados con la salud mental que no acuden a la ayuda psicológica y que tampoco comparten con nadie sus problemas es del 9,8%.
Depresión y ansiedad: los más extendidos
La mitad de los y las jóvenes mencionan al menos un tipo de trastorno psicológico diagnosticado. Los más extendidos son la depresión (17,7%) y la ansiedad (15,9%). Y otros trastornos citados son los TDAH (7,6%), los trastornos alimenticios (6,1%), los TOC (4,8%), los debidos a estrés postraumático (4,6%), los trastornos de personalidad (un 4%), los debidos a las adicciones sin sustancias (4%) y los derivados de las adicciones a sustancias (2,5%).
Con respecto al barómetro del año 2021, se ha reducido la afectación de los jóvenes a casi todos los trastornos mencionados. A excepción de la ansiedad, que ha aumentado en alrededor de siete puntos porcentuales, situándose este año en el 37,8%. Además, destaca el hecho de que los dos principales trastornos acusados —depresión y ansiedad— afecten en mayor medida a las mujeres son el doble que a los de los hombres. Y, nuevamente, el factor socioeconómico también influye en su incidencia.
Para aliviar los síntomas de estos trastornos, muchos jóvenes han recurrido a los psicofármacos. En 2023, casi uno de cada tres jóvenes (31,7%) ha tomado fármacos de este tipo, donde se incluyen ansiolíticos, hipnóticos, antidepresivos o anticomiciales. Un hecho preocupante es que más de la mitad de ellos lo hace sin prescripción médica.