El 11% de los españoles piensa que la violencia de género es inevitable, y esta opinión se manifiesta de manera acentuada en los más jóvenes, según el III Macroestudio sobre Violencia de Género-Tolerancia Cero. En el marco del mismo programa, la Fundación Mutua Madrileña y Atresmedia han reunido a distinguidos profesionales institucionales y sanitarios en la III Jornada Contra el maltrato. Tolerancia Cero para ahondar en el comportamiento de los jóvenes ante la violencia hacia las mujeres.
Para dar por comenzado el acto, que ha tenido lugar este jueves 16 de noviembre en el Business Center de Mutua Madrileña (Madrid), el presidente del Grupo Mutua, Ignacio Garralda ha señalado la tendencia que caracteriza la evolución de los casos de violencia de género en España: "Cada año vemos cómo aumenta la trágica cifra de mujeres que han sido asesinadas por violencia de género desde el 2003". Y esta es solamente la visible, junto a las decenas de denuncias que se acumulan de los archivos de los juzgados.
Garralda también aprovechó su intervención para destacar la preocupación social que "genera desazón por la dificultad que entraña en evitar y reconducir las conductas de los agresores". Y la inquietud es aún mayor en el caso de las personas jóvenes —menores de 24 años—, que citando el último informe de la entidad sobre esta cuestión, "son, con diferencia, el grupo de población menos crítico con la violencia de género.
"Debemos actuar", ha sentenciado el máximo responsable de Mutua. Porque "la tolerancia al control y actitudes machistas, las relaciones dominantes y el incremento de las agresiones sexuales se están extendiendo cada vez más entre nuestros jóvenes y adolescentes". En la inauguración del acto también intervinieron Javier Bardajñi, consejero delegado de Atresmedia y Angels García, directora general para el Servicio Público de Justicia.
Para aproximarse a esta cuestión, se han celebrado dos mesas con el foco en dos aspectos de esta realidad: la respuesta institucional y los comportamientos de los jóvenes ante la violencia de género.
"Es difícil reconocer la violencia"
En la primera de las mesas, que contó con la participación de Fátima Saura, magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer n.º 1 de Murcia, María Eugenia Prendes, fiscal delegada especializada en violencia de género y doméstica del Principado de Asturias y Daniel Moreno, teniente responsable del equipo mujer-menos (EMUME) Central de la Guardia Civil, reflejaron los diferentes mecanismos que están contemplados por la justicia para amparar a las víctimas o potenciales víctimas de una situación de violencia de género.
Frecuentemente, declara Saura, las mujeres viven la violencia sin saberlo. Las secuelas de las agresiones físicas son los indicios más claros de la violencia de género. Pero en el caso de otras manifestaciones de violencia como la psicológica o el acoso, sobre todo en las adolescentes, señala la magistrada, son delitos "impunes, pero con un daño potencialmente mayor que la agresión física".
[Benavente se llena de concienciación contra la violencia de género]
A las mujeres jóvenes y adolescentes, "les cuesta reconocer ese tipo de violencia", destaca Saura. Y lo aclara con un ejemplo muy normalizado: cuando un alguien le pide la ubicación a su pareja. "Es muy difícil reconocer que está siendo víctima en una adolescencia donde no recibe correctamente algunos valores", añade. En esos casos, las redes sociales se convierten en la fuente de valores en la palma de la mano.
Moreno, en la misma línea, comenta que "ni ellas mismas se dan cuenta que la están sufriendo [la violencia de género]". Y también ocurre que "hasta los más feministas no saben qué han hecho mal", añade. La vergüenza y el miedo son, según este experto que ha tratado casos de este tipo de violencia desde el origen, las principales razones que inhiben a las víctimas de contárselo a sus personas allegadas.
Otro mecanismo que lo impide es lo que Moreno llama "afán protector" del agresor. En las relaciones asimétricas —entre un mayor y una menor de edad—, ellas tienden a pensar "no quiero que le pase nada". Por eso no se llega a denunciar, explica Moreno.
Deficiencias en la justicia
Prendes, por su parte, puso el foco en las medidas que establece la justicia para proteger a las víctimas (mayores y menores de edad) de violencia de género. Dependiendo de si los agresores y las damnificadas son mayores o menores de edad se aplicarán medidas distintas.
Los menores de 14 años son inimputables y a los de 14-18 años se les aplicará la Ley de Protección Jurídica del Menor. Mientras que el enjuiciamiento de las personas mayores de edad se regirá por la Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género y otras normas.
Aunque las condenas no sean idénticas en todos los supuestos y la orden de protección solo se aplique a los mayores de edad, existen medidas cautelares que se pueden establecer como la prohibición de aproximación y comunicación.
Prendes reconoce que "los jóvenes son los que más quebrantan" este tipo de medidas. Y coincide con Saura al afirmar que "existen deficiencias en relación con la protección de las víctimas más jóvenes de violencia de género". Y ambas reconocen que no existe una protección suficiente de las víctimas de violencia vicaria.
Saura va más allá y sostiene que esta situación provoca que "existan víctimas de primera y segunda generación". Y Moreno pone el acento sobre los agresores: "Hay que centrarse en ellos y en los agresores potenciales". Y valora el papel de los medios de comunicación que ayudan a señalar esta forma de violencia y educar.
Una responsabilidad colectiva
La segunda mesa, moderada por Lorenzo Cooklin, presidente de la Fundación Mutua Madrileña, reunió: a Mar España, directora de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), Elena Palacios, inspectora jefa de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional y a Natalia Ortega, directora de Activa Psicología y Formación y experta en maltrato y abuso infantil. Estas expertas centraron el debate en la responsabilidad de las instituciones y de los padres y las madres de proteger a los menores del peligro de las redes sociales y la pornografía.
El 70,3% de víctimas de violencia de género adolescente no denuncia ni tiene intención de hacerlo, según el reciente Estudio sobre la Evolución de la Violencia contra las Mujeres en la Infancia y Adolescencia de la Fundación ANAR. Con este dato Mar España decidió iniciar su intervención para después enumerar otras cifras que dimensionan este problema en jóvenes. Son cifras que invitan a "una reflexión global" sobre la cultura de la violencia de género, que según España, se perpetúa con el consumo de contenidos sexuales durante la infancia y la adolescencia.
"Se está normalizando la violencia sexual", explica Palacios. La inspectora comparte el número de víctimas y agresores menores que recogen las autoridades competentes en el sistema estadístico VIOGÉN, este año se contabilizan más de 1.000 casos de víctimas y alrededor de 350 agresores menores de edad. Tanto la Policía Nacional como al AEPD reiteran que no es suficiente con el trabajo que realizan estas dos entidades desde sus respectivos ámbitos. "No llegamos a ellos [los jóvenes]", destaca.
Y la psicóloga Natalia Ortega, por su parte, confiesa "lo difícil que resulta hacer que ellas mismas se den cuenta de que han sido maltratadas". Y explica que cuando las profesionales de la salud no lo logran, "es difícil que la víctima vuelva a acudir a ellas". Se trata, tal como han ido desgranando los distintos ponentes de estas jornadas contra el maltrato, de una responsabilidad que permea todas las capas de la sociedad.