El aumento de 1 °C de la temperatura media global no es el único efecto que ha experimentado la humanidad desde 1970, también se ha producido una pérdida de aproximadamente un 6,3% del Producto Interior Bruto (PIB) mundial ponderado por la población; y si no se pondera, la pérdida se reduce al 1,8%. Un nuevo informe publicado hoy, 28 de octubre, por el Climate Change Hub de la Universidad de Delaware, se ha atrevido a cuantificar, a partir del análisis de 58 modelos económicos y empleo del aprendizaje automático las pérdidas y daños del cambio climático en el mundo.
Si se combinan el PIB y las pérdidas de capital, los países de renta baja y media han experimentado una pérdida total de 21 billones de dólares desde 1992 (Convención de Río). Todas las agrupaciones de partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCC, por sus siglas en inglés), excepto la UE, han experimentado pérdidas totales, siendo las mayores las del G-77 (que incluye países de renta alta como Arabia Saudí y los EAU), con 29 billones de dólares.
Y estas son solo estimaciones que no han tenido en cuenta los canales de impacto ni pérdidas no relacionadas con el mercado. "Los cambios climáticos ya están deprimiendo la actividad económica en todo el mundo. Estos resultados subrayan la urgente necesidad de cooperación y apoyo mundiales para hacer frente a los impactos del cambio climático", reza en el informe.
"El mundo es billones de dólares más pobre a causa del cambio climático y la mayor parte de esa carga ha recaído en los países pobres. Espero que este tipo de información pueda aclarar los retos a los que muchos países ya se enfrentan hoy en día, y el apoyo que necesitan urgentemente para abordarlos", señala el economista James Rising, coautor del estudio e investigador especializado en el impacto económico del cambio climático.
En lo alto de la tabla presentada, que lista a todos los países del mundo, y entre otras cosas, en qué medida les ha afectado la crisis climática en el último año, se encuentran Paraguay (-56,3%), Uruguay (-21,9%), Belice (-21%) y Ghana (-19,4%). Mientras que hay países a los que les ha beneficiado: Islas Feroe (37,1%), Bielorrusia (16,5%) o Islandia (15,6%), entre otros. Lo que tienen en común estos países es su clima frío. “Unos inviernos más suaves pueden haber catalizado las actividades económicas, provocando el contradictorio aumento del PIB”, explican en el documento.
A nivel europeo, y en contraste con la tendencia media decreciente del resto de regiones, el balance es positivo. “En contraste con las pérdidas económicas experimentadas por muchos países en desarrollo, la Unión Europea (UE) muestra ganancias medias del PIB del 4,2%". No obstante, España es una de las excepciones: ha perdido un 1,8% del PIB en un año debido al cambio climático.
Los países ricos se benefician
Los expertos que han elaborado este revelador informe no solo prestaron atención al indicador macroeconómico por antonomasia —el PIB—, sino también a las inversiones de capital, detectando, tal como reflejan en la publicación, "una disminución del stock total de capital manufacturado de un país".
"Los países que se enfrentan a los efectos del clima tienen menos fondos para invertir en capital productivo, lo que agrava la erosión de su capacidad económica con el paso del tiempo", señalan. Y advierten que el alcance de estas pérdidas de capital podría afectar a su resiliencia económica a largo plazo y en su capacidad para mantener el crecimiento.
"Tanto las pérdidas de PIB como las de capital contribuyen a las pérdidas totales que han experimentado los países", aseveran en el informe. Lo sorprendente es que, según sus exhaustivas estimaciones, los países de la OCDE son podrían ser 1,6 billones de dólares más ricos debido al cambio climático.
En términos comparativos, y teniendo en cuenta los dos indicadores, "los países de renta baja y media han experimentado una pérdida total de 21 billones de dólares, aproximadamente la mitad del PIB total de 2023 del mundo en desarrollo (44 billones de dólares)". En sentido estrictamente geográfico, las naciones del sudeste asiático y de África, en particular el sur de África, se llevan la peor parte de estos impactos, con una pérdida media anual del PIB del 14,1%, 8,1% y 11,2%, respectivamente.
Pérdidas y daños, en una encrucijada
Las 'pérdidas y daños' (Loss and damage, en inglés) es un concepto que ha estado de fondo desde que se planteó durante las negociaciones de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCC, por sus siglas en inglés), pero que ha resurgido con fuerza durante la pasada COP27 en Sharm al-Sheikh.
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Allí, los representantes de los países convinieron crear un mecanismo de financiación de los esfuerzos de adaptación de las naciones vulnerables a las inclemencias climáticas (subida del nivel del mar, inundaciones, etc.). "Este resultado nos hace avanzar", comentó Simon Stiell, secretario ejecutivo de las Naciones Unidas para el Cambio Climático en un comunicado durante esas fechas.
Si bien la maquinaria diplomática se puso en marcha en cuanto se alcanzó el consenso, las negociaciones no han logrado avanzar demasiado. Hay que diseñar cuanto antes un fondo, pero no se sabe quién puede optar a la financiación, quién paga, ni cómo se reparte el dinero.
Tras cinco rondas de negociaciones, el Comité de Transición sobre Pérdidas y Daños, designado para concretar el contenido y la forma del fondo, a pesar de la preocupación de los países más vulnerables al cambio climático por la influencia que podría tener EEUU, ha concurrido que este mecanismo se enmarcará dentro del Banco Mundial, en Washington DC, al menos durante un período provisional.
Aún no se ha respondido a las preguntas de quién pagará y cuánto, quién podrá recibir financiación y por qué motivos. Y los países de renta alta no quieren un acuerdo vinculante que les obligue a contribuir, arriesgándose a que su contribución se convierta en una suerte de reparaciones.