La segunda (y última) semana de negociaciones de la 28ª Conferencia de las Partes (COP28) de Naciones Unidas sobre el cambio climático dio comienzo el viernes 8 de diciembre con una jornada dedicada a la educación y a los jóvenes. Y han sido precisamente ellos, los miembros de las nuevas generaciones, los que han querido lanzar un mensaje alto y claro a los líderes mundiales y delegados reunidos en Dubái: menos promesas, más acción, y más hablar de eliminación de las energías fósiles.
La frustración ante una “acción climática lentísima” es lo que mueve a los activistas climáticos a plantarse a las puertas de la cumbre en Dubái y pedir —o más bien, exigir— a los países que acaben de una vez por todas con el uso de unos combustibles fósiles que, según la evidencia científica, provocan el calentamiento del planeta.
Para poner los puntos sobre las íes, algunos rostros conocidos de las últimas cumbres del clima se dieron encuentro a las puertas del pabellón que acoge a los delegados en las negociaciones. Es el caso de la activista alemana Luisa Neubauer o la ugandesa Vanessa Nakate.
La primera aseguró a Reuters que “los países siguen postergando la eliminación de los combustibles fósiles”. Y es, insistió, a pesar de que la ciencia es clara al acusar a estas energías como causantes del cambio climático antropogénico. Los compromisos, dijo Neubauer, caen en saco roto cuando “solo sirven para seguir invirtiendo en proyectos de gas natural y petróleo”.
“Así es imposible ejercer presión sobre el resto”, reivindicó la activista de 26 años. Y añadió: “Necesitamos un compromiso real para impedir que se lleve a cabo ningún nuevo proyecto con combustibles fósiles o que se sigan financiando…”. Ese dinero, insistió, “tiene que ir a las renovables”.
¿Eliminar los fósiles en Dubái?
Esta cumbre del clima es clave, pues —se espera— las negociaciones arrojarán luz sobre los próximos años en materia de combustibles fósiles. El texto final hablará o bien de reducir o de eliminar paulatinamente. Si bien desde la Unión Europea se aboga por la segunda nomenclatura —algo por lo que también abogan los pequeños Estados insulares, por ejemplo—, el país anfitrión de la COP28 o India prefieren (por el momento) hacer referencia a la reducción de esto.
Este año, la cumbre de Naciones Unidas ha atraído a más de 2.450 lobbies relacionados con las energías sucias. Esta cifra, aseguran desde la ONU, no tiene precedentes y muchos activistas climáticos se preguntan hasta qué punto será posible alcanzar acuerdos ambiciosos con una presión tan alta por parte de las petroleras y gasísticas sobre los líderes mundiales.
Y es que, como se anunció el miércoles 6 de diciembre, la Tierra está al borde de cruzar los cinco puntos de inflexión climáticos, lo que provocaría un cambio irreversible en el planeta y, por tanto, en la vida que habita en él.
En declaraciones a Reuters, Nakate recordó que los eventos meteorológicos adversos, como los ciclones o las inundaciones, ya han destruido los medios de vida de miles de personas en su país de origen, Uganda. Y lo mismo se ha venido repitiendo una y otra vez en diferentes lugares del mundo.
Por eso, dijo Nakate, los jóvenes se están “hartando” de unas “negociaciones que no se traducen en una reducción de las emisiones ni de los combustibles fósiles”. La paradoja de atajar las pérdidas y daños, reconoció la activista ugandesa, está en que “primero tenemos que acabar con las nuevas prospecciones de petróleo, gas natural y carbón”. Y zanjó: “Todos los anuncios vistosos sobre nuevos compromisos e inversiones en pérdidas y daños no significan nada si los países siguen desarrollando combustibles fósiles”.
Hay que recordar, además, que un primer borrador del acuerdo de la COP28, publicado el pasado martes 5 de diciembre, enumera tres posibles puntos de acción para abordar los combustibles fósiles. Por un lado, estaría la "eliminación gradual ordenada y justa" de este tipo de energías.
Por otro, la “aceleración de los esfuerzos para eliminar los combustibles fósiles "que no se hayan reducido ya". La tercera (y más polémica) opción evitaría mencionar los combustibles fósiles en el acuerdo final de la cumbre.
El nuevo borrador, publicado el mismo 8 de diciembre, sugiere eliminar todo el lenguaje posible sobre el futuro uso de combustibles fósiles. E incluye "eliminar gradualmente" este tipo de energías "acorde a las mejores opciones científicas disponibles".
Los expertos, sin embargo, aseguran que "vamos a la inversa". Friederike Röder, de Global Citizen, dijo a The Guardian que "queda mucho trabajo por hacer para asegurar el éxito de la COP28". Además, insistió en que "las nuevas opciones" que hay "sobre la mesa" acerca de la eliminación de los combustibles fósiles demuestra que "es una cuestión clave que no puede quedarse en la nada".
Aunque alertó de que "el lenguaje sobre las ayudas a las energías fósiles se ha visto debilitado". Y señaló: "¿Cómo es posible que hayamos vuelto al lenguaje de 2009?".
¿Qué pasa con las emisiones de la ganadería?
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicaba también este viernes 8 de diciembre una nueva investigación sobre el impacto de las emisiones del ganado en el clima. Presentada en el día que arranca la recta final de la COP28, el estudio pone el punto de mira sobre la producción de metano de las explotaciones ganaderas y el poder contaminador de este gas de efecto invernadero —80 veces más potente que el CO₂—.
Los sistemas agroalimentarios ganaderos, explica la FAO, son responsables de 6,2 megatones de emisiones equivalentes a CO₂. En su estudio, incluyen datos de ganado bovino, ovino, porcino y también de búfalos y pollos.
De todas las especies analizadas, el ganado bovino contribuye a más del 60% de las emisiones ganaderas. De los productos animales que consume el ser humano (carne, leche y huevos), dos terceras partes de las emisiones proceden directamente de la producción cárnica de todos los animales.
Otra tercera parte de las emisiones procede de la producción, los sistemas de procesamiento y de transporte de la alimentación de los animales. Además, asegura la FAO en su texto, la demanda de productos animales, de no cambiar los patrones sociales, crecerán un quinto de los niveles de 2020 para 2050.
FAO concluye su informe diciendo algo que Naciones Unidas lleva poniendo de relieve desde hace año: “Se necesitan prácticas ganaderas más sostenibles y cambiar las dietas humanas” para que las emisiones no se disparen aún más.
[La UE buscará un acuerdo para eliminar los combustibles fósiles en la próxima COP28]