En 2020, el teletrabajo cambió la rutina de los españoles y fue la vía de escape de muchas familias que descubrieron que con este sistema podían organizarse mejor y contribuir mutuamente en las tareas del día a día. La nueva normalidad llevó a muchas empresas a instalarse en el home office y desde entonces los cambios se han dejado notar en la vida de sus trabajadores, especialmente en sus casas, donde la paridad en lo que a las tareas del hogar y el cuidado de los hijos aumenta al disponer de más facilidades para coordinarse en la pareja.
Así lo destaca el estudio Teletrabajo después de la pandemia. Análisis desde la perspectiva del trabajador, del Observatorio Social de la Fundación "la Caixa", donde se destaca que la implicación de los hombres en el hogar aumenta cuando estos trabajan por vía telemática. Esa es la conclusión principal del informe, realizado en mayo de 2022 —a partir del sondeo a 4.000 personas de entre 25 y 50 años—, que refleja que el teletrabajo puede contribuir a reducir la brecha de género.
Sin embargo, en 2024 solamente el 30% de los hombres encuestados que teletrabajan afirman participar más que sus parejas en las tareas del hogar. Una cifra que se reduce más aún entre los hombres que trabajan desde puestos presenciales, ya que solo un 12% afirma hacer más que sus parejas, mientras que el 66% declara hacerlo en una proporción similar. Si el foco se pone en el cuidado de los hijos, el 24% de quienes teletrabajan, al menos un día a la semana, aseguran involucrase más, y el 59% cree hacerlo de forma equitativa.
Igualmente, el proyecto de investigación, liderado por Marta Curull y Laia Maynou, investigadoras de la Universidad de Barcelona, y por Lídia Farré, del Instituto de Análisis Económico del CSIC y la Barcelona School of Economics, constata que la contribución de las mujeres a las tareas domésticas y el cuidado de los hijos es muy similar independientemente de si teletrabajan o no.
En este sentido, el estudio arroja luz sobre cómo, mientras los hombres que se acogen a esta modalidad ven más oportunidades a la conciliación, en el caso de ellas apenas se deja nota la diferencia: un 51% de las que teletrabaja declara contribuir más que sus parejas en casa, frente al 50% de las que se acogen a la presencialidad en sus profesiones. Se trata de una variación de tan solo un punto porcentual, pero que es muy inferior a la que se ve en los varones.
Quién quiere (y puede) teletrabajar
Otra de las conclusiones que arroja el estudio se centra en el perfil de los trabajadores que quieren y tienen la oportunidad de teletrabajar en España. En este sentido, constataron que hay trabajadores que están dispuestos, incluso, a renunciar a una fracción de su salario a cambio del home office. Ahorrar en tiempo de viaje hasta el puesto de trabajo, poder autoorganizarse y disponer de más oportunidades para conciliar la vida personal con la laboral son tres de los aspectos que se más priorizan desde la pandemia a la hora de asumir un nuevo empleo.
El estudio también destaca que "las estimaciones sugieren que la probabilidad de aceptar un trabajo peor pagado con la opción de teletrabajar disminuye progresivamente a medida que aumenta la penalización salarial". De este modo, cuando el recorte es de más del 10%, la probabilidad de aceptar la oferta se reduce hasta en más de un 20%.
Los resultados también sugieren que los trabajadores cualificados tienen más probabilidades de aceptar el home office a cambio de una renuncia salarial. ¿La razón? Suele ser un perfil con más ingresos elevados y es probable que cuente en su hogar con espacios "mejor adecuados" en los que desarrollar sus funciones. Además, la brecha se ensancha entre quienes título universitario (el 54% de los hombres teletrabaja y el 53% de las mujeres también) y quienes no (solo el 30% en el caso de los varones y 29% en el de ellas).
Otra de las grandes preguntas que parecen resolverse en el estudio es, ¿nos hace más felices teletrabajar? Según la Fundación "la Caixa", sí. De los encuestados, el 88% de las mujeres y el 86% de los hombres están de acuerdo o muy de acuerdo en señalar que el trabajo a distancia mejora el equilibrio entre las responsabilidades familiares y personales. En este sentido, el home office es una realidad laboral que se instaló temporalmente en la pandemia y que muchos trabajadores, desde el momento que la probaron, vieron más cómoda, eficiente y positiva en la mejora de su bienestar emocional.