Naciones Unidas (ONU) ha dado a conocer una noticia histórica para las mujeres de la industria cultural: el organismo ha creado la primera red global femenina del cine y el audiovisual, con el objetivo de establecer en torno a esta una comunidad colaborativa que sirva como trampolín de la igualdad de género en un sector tradicionalmente masculinizado como lo es el de la televisión, las series y el séptimo arte.
La iniciativa, presentada el pasado lunes, 18 de marzo, en el foro feminista de la ONU —la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer (CSW)—, sirve como muestra de los compromisos que la comunidad internacional ha elevado con los años para promover la paridad en todos los escalones del sector. Desde los equipos técnicos que participan en los rodajes hasta la dirección y producción ejecutiva, puestos en los que en 2024 ellas continúan globalmente infrarrepresentadas.
España será el país encargado de liderar la red a través de su principal promotora, la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales de España (CIMA). Contará, además, con el respaldo de la Misión Permanente de España en la ONU, los comités de ONU Mujeres de España y Australia, la Spain Film Commission, y colaboradores como Women in Film and Television International (WIFTI) y la productora Chicken & Egg Pictures.
La vicepresidenta primera de CIMA, Isabel Raventós, celebró su puesta en marcha y destacó la importancia de que se establezcan conexiones globales con la sociedad, universidades, instituciones y plataformas para que los créditos cada vez incluyan más firmas femeninas. Unas palabras que también coinciden con las de la embajadora de Buena Voluntad de ONU Mujeres, la filipina Karen Dávila, que puso el foco en "el mantra de este año, que es lograr más inversión en las mujeres".
El objetivo de la red, además de promover la igualdad salarial y la financiación de proyectos femeninos, es crear valor sobre lo que profesionales como Jenni Wolfson, de Chicken & Egg, denominan "mirada femenina". Este concepto resurge con fuerza con el lanzamiento de taquillazos como Barbie (Greta Gerwig, 2023) —que pese a haber recaudado más de mil millones de dólares en todo el mundo no tuvo premios Óscar— o la reciente Priscilla (Sofia Coppola, 2024) —cuya trama sigue la complicada relación romántica de la que fuera esposa de Elvis en los 80—.
Esta comunidad, que tiene previsto realizar un encuentro virtual entre junio y julio, ya cuenta con la participación de 30 organizaciones procedentes de países. Entre ellas, se encuentran la Geena Davis Institute on Gender in Media, Time's Up UK, Encuadradas y Jeva, estas últimas en apoyo a las cineastas colombianas y venezolanas, respectivamente.
La brecha del audiovisual en España
En el caso de nuestro país, los avances han sido más que palpables esta década, pero aún estamos lejos de llegar al 50-50 propuesto para 2025. Según el informe presentado por CIMA en 2023, solo un 37% de las profesionales del sector son mujeres, frente al 63% de varones. Cuando se presentó por primera vez el informe en 2015, la estadística femenina apenas alcanzaba el 26%.
El problema se encuentra principalmente en los puestos de responsabilidad y en la postproducción. Por ejemplo, en materia de dirección, ellas solo alcanzan el 24%; en producción, el 28%; en dirección de fotografía, el 19%; en composición musical, el 21%; en sonido, el 28%; en montaje, el 36%; y en efectos especiales, el mismo porcentaje. Al mismo tiempo, en departamentos tradicionalmente feminizados como el diseño de vestuario, maquillaje y peluquería, las cifras se disparan.
A esto se suma que las cineastas suelen estar al frente de producciones más modestas. El informe destacó que los costes de las películas dirigidas por mujeres son más bajos que los de las dirigidas por hombres, con una brecha del 41%. Esto se hace aún más acusado en la televisión, donde el reparto de la financiación de las cadenas generalistas es muy reducido: en 2022, el porcentaje de apoyo de RTVE a sus obras fue del 39%; en Atresmedia Cine, del 9%; y, en el caso de Telecinco Cinema, de un redondo 0%.
La paradoja es que, pese a esto, el reconocimiento internacional al cine hecho por mujeres no ha hecho más que crecer. Este año, por primera vez en la historia de los premios Goya, el 61% de las nominaciones correspondieron a mujeres como Estíbaliz Urresola y Sofía Otero (por 20.000 especies de abejas) o nuestra internacional Isabel Coixet (con Un amor). "Cada vez tienen más derechos y oportunidades para demostrar su talento", celebró entonces Cristina Andreu, presidenta de CIMA.