La forma de vestir, tal como describió Ignacio Sierra, director general corporativo de Tendam, "proyecta mucho de ti"; pero también "de la industria de la moda en nuestro país"; desde los materiales que utilizan hasta los socios que eligen para materializar su compromiso social y medioambiental. Esa fue una de las consignas de las V Jornadas sobre Sostenibilidad, Responsabilidad e Innovación en Diseño de Moda, organizadas por el Centro Superior de Diseño de Moda de Madrid de la Universidad Politécnica de Madrid (CSDMM-UPM) y Tendam en el Espacio Cultural Serrería Belga (Madrid).
Este evento, que se organiza cada año, se enmarca dentro del Aula TENDAM-CSDMM, un proyecto de colaboración para profundizar en cómo la Sostenibilidad, la Responsabilidad y la Innovación pueden crear nuevas oportunidades de crecimiento equitativo, diverso e inclusivo. El objetivo, declararon Sierra y Guillermo García-Badell, director del CSDMM-UPM, es crear un espacio para conectar a la academia (y la universidad) con las empresas. Y prueba de ello fue la presencia de numerosos estudiantes universitarios.
"En este momento el desafío es tan grande que ni siquiera las grandes compañías podemos pararlo, y de ahí que surjan iniciativas como esta, en la que todos y cada uno de nosotros, buscamos como mejorar. Sin este esfuerzo común por salvar el sector, esto sería imposible”, expresó Sierra durante su intervención.
[Tendam y el CSDMM reivindican un sector textil sostenible y responsable orientado a la innovación]
Las ponencias de Ana Rodes, Head of Sustainability en Recover, Christian De Angelis, consejero delegado del grupo Cinnamon News, Ana Anfruns, manager de Move!, y Albert Alberich, director de Moda Re-, precedieron un conversatorio en el que los representantes reforzaron sus argumentos y buscaron puntos en común sobre el estado de la sostenibilidad en el sector del que forman parte.
Del modelo lineal al circular
"Para cambiar el modelo lineal a modelo circular, lo primero que deberíamos de cambiar somos nosotros y la forma en la que compramos y consumimos, reducir la sobreproducción, el sobreconsumo y alargar la vida de los productos", dijo Ana Rodes, Head Sustainability de Recover, empresa dedicada a transformar los residuos textiles en fibras de algodón reciclado de alta calidad que pueden usarse para crear nuevas prendas.
Rodes insistió en la caducidad de los materiales de las prendas y en la capacidad limitada de recogida: "Sólo un 1% de la ropa que se vende se recicla para volver a utilizarse en el sector de la moda". Eso, tal como expresó la responsable de Recover, es algo que tiene que cambiar teniendo en mente que "antes o después, los textiles se convertirán en residuos".
En términos de regulación comunitaria, destacó Rodes, "nuestro sector estaba bastante olvidado". Para después repasar algunos de los cambios que se implementarán en los próximos años. Ecodiseño, trazabilidad, transparencia, rendición de cuentas y medidas contra el greenwashing son algunos de los conceptos que mencionó. Pero quizás el más importante tiene que ver con la recogida y reciclado de las prendas: a partir de 2025 será obligatorio contar con un contenedor para los residuos textiles.
Rodes confía en que ese 1% aumente de la mano de los sistemas colectivos de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP, por sus siglas en inglés). De entrada, en España, se ha empezado a gestar una plataforma integrada por grandes firmas, como Inditex, Decathlon, H&M, Ikea, Kiabi, Mango y Tendam, que pretende aglutinar a todos los actores dentro de la industria textil.
De la calidad intrínseca a la calidad percibida
Primero Alberich, y después Sierra, hicieron referencia a aquellos tiempos en los que la ropa —de una mayor calidad, y a precios más elevados— se heredaba. Y cuando no consagraba esta tradición, se llevaba a las parroquias para su entrega final a las personas más necesitadas.
Este es precisamente el modelo en el que se basa Moda Re-, cooperativa de iniciativa social sin ánimo de lucro impulsada por la Confederación Cáritas Española, que se dedica a la gestión del círculo completo de la ropa usada: recogida, reutilización, reciclaje, donación y venta del textil.
Se trata de un modelo circular que funciona, aseveró Alberich. No obstante, afirmó Sierra, la reutilización tiene un límite más allá del deterioro de las fibras textiles. Y lo ilustra con una anécdota: "Cuando llegabas con la bolsa a la parroquia, hubo una ocasión en la que el párroco dijo 'No más ropa'". El directivo de Tendam, más que abogar por una solución técnica, defiende una solución filosófica como solución real.
En cuanto el cambio en la calidad (y el precio) de las prendas, afirmó Sierra: "En los años 2000 se dio un cambio de la calidad intrínseca a la calidad percibida; estábamos acostumbrados a hacer abrigos de 200 € que se transmiten de generación a generación", pero se asentó una nueva concepción de la moda más asequible. Este sería un campo que habría que restaurar.
El directivo de Tendam declaró durante su intervención que la industria, como sector y también como agente de cambio, debe "respetarse a sí misma; hay que hacer una combinación —una reingeniería—" que tenga en cuenta siempre a todos los actores y hacerlo de una manera que sea "justa en el reparto de la riqueza".
"¿La legislación?", cuestionó Sierra. "Si esta medida y ajustada habiendo escuchado al sector, es un puerto seguro; en cambio, si se ha dejado llevar por apriorismos, puede ser un valle oscuro que nos mete en un lío", destacó.