Los riesgos asociados al cambio climático no han hecho más que aumentar en las últimas décadas. En Europa, los incendios forestales, los ritmos de aumento del nivel del mar cada vez más acelerados o las inundaciones afectan especialmente a los países del sur. Así lo confirman estudios recientes, como el publicado en diciembre en Environmental Research Letters, que advierte que más del 80% de las costas mediterráneas estarán expuestas a grandes impactos sobre la actividad humana y sus infraestructuras a lo largo de este siglo.

Los españoles no hacen caso omiso del corpus científico que alerta de estas amenazas: de hecho, se encuentran entre los europeos más preocupados por ellas, según el Eurobarómetro sobre actitudes hacia el medio ambiente publicado este miércoles. Los datos revelan que al 93% de los ciudadanos les preocupa que el deterioro del planeta impacte directamente en su vida cotidiana y en su salud. Este porcentaje es muy superior al promedio de la Unión Europea (UE), situado en 78%.

La encuesta, realizada a nivel nacional, revela que un considerable 91% de los encuestados en España cree que la legislación europea desempeña un papel crucial en la protección del medio ambiente en el país. Esta cifra también supera el promedio del bloque comunitario, que ronda el 84%, y evidencia el interés por la puesta en marcha de acciones concretas y coordinadas para hacer frente a problemáticas como la contaminación o la pérdida de biodiversidad, que afectan no solo a nivel local, sino a escala global.

Los datos son una llamada de atención para la UE, porque casi 6 de cada 10 personas creen que no se está haciendo lo suficiente por proteger la salud humana frente a químicos nocivos. Al 90% les alarma cómo puede perjudicarles la exposición a las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS), un grupo de agentes sintéticos conocidos como "químicos para siempre" precisamente porque hasta hace menos de dos años han sido imposibles de descomponer.

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España se prepara para la crisis

Al tiempo que la Tierra continúa acumulando récords consecutivos de aumentos de las temperaturas, los europeos se preparan para vivir uno de los veranos más calurosos de sus vidas. Como ya explicó ENCLAVE ODS, la estación estival del 2023 arrastró los termómetros a temperaturas pico en el viejo continente. Las olas de calor que arrasaron la mitad sur fueron extremas, con zonas superando los 45 °C y España como la más afectada, con 10 días más de calor con respecto a la media.

En nuestro país, el impacto del calentamiento global es especialmente visible en las muertes relacionadas por la exposición a temperaturas extremadamente altas: estudios recientes recuerdan que 39,9 muertes por cada 100.000 habitantes se deben al calor. Muy por encima de la tasa del continente, que también se ha visto afectada, situada en 17 por 100.000 habitantes.

Un hombre se refresca durante una ola de calor en 2023. Bridget Bennett Reuters

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Los resultados publicados hoy ponen de manifiesto la creciente preocupación de la población sobre los temas medioambientales, en contraste con el estudio publicado el pasado abril por la consultora beBarthet y la compañía demoscópica Cluster 17, en el que se sugirió que un 29% de la ciudadanía se define como "negacionista" del cambio climático, bien porque niega su existencia o porque cree que no es obra de la acción humana.

Precisamente esto último es lo que la organización Amigos de la Tierra trató de refutar el pasado 20 de mayo asegurando que España ha entrado en déficit ecológico. La organización asegura que el país ha consumido en solamente 141 días tantos recursos como la Tierra es capaz de regenerar en un año, apoyándose en los datos facilitados por la oenegé Global Footprint Network a partir de evidencia científica de la Universidad de York (Canadá). 

Preocupados por quienes contaminan

En este sentido, la mayoría de encuestados en el Eurobarómetro considera que ninguno de los sectores más relevantes, como la industria, los productores de energía, el turismo o la agricultura, está llevando a cabo esfuerzos verdaderamente suficientes para utilizar el agua de manera eficiente. Además, el desperdicio (63%), junto con la contaminación (69%) son, a su juicio, los dos principales problemas relacionados con uno de nuestros recursos más preciados.

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Un 36% de los españoles apoyan aumentar la fiscalidad de las actividades contaminantes, y el 30% respaldan que se supriman las subvenciones públicas a estas. En cuanto a los residuos dañinos para los ecosistemas, lo que más les preocupa es el plástico (66%), seguido de los químicos (64%), residuos electrónicos (26%) y de baterías (21%), desechos alimentarios (8%) y textiles (11%), un listado que sigue el mismo orden de preocupaciones a nivel europeo.