Alcanzar la meta de neutralidad climática para 2050 supone una transición cuya puesta en marcha requiere hoy más que nunca la implicación de todas las personas y sectores productivos, incluido el sector financiero. El papel que este desempeña es clave, ya que está en condiciones de dirigir más capital hacia modelos sostenibles y nuevas tecnologías, así como de animar a las compañías a desarrollar nuevos planes de descarbonización.
De la misma manera en que el cambio climático ha impactado en nuestra vida cotidiana, también ha modificado los hábitos de los inversores, cuyo interés por las denominadas inversiones con criterios ESG —aquellos que se refieren a factores medioambientales, sociales y de gobernanza— han ido en auge con el paso del tiempo, dada la creciente concienciación por seleccionar empresas responsables y alineadas con los objetivos del Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030.
Este año, sin embargo, las finanzas sostenibles han perdido peso en las carteras globales. Así se extrae de la nueva encuesta anual realizada por Robeco, que destaca que la mayoría de los inversores consideran prioritaria la inversión climática, si bien este porcentaje ha disminuido diez puntos porcentuales en comparación con el año pasado, pasando del 71% al 62%.
Los resultados del informe realizado por la gestora independiente, que se han basado en encuestas a 300 inversores, reflejan algunos de los síntomas de la ESG fatigue que se ha vivido mundialmente, y especialmente en Estados Unidos, en los últimos meses. Se ha hablado mucho de este concepto, por ejemplo, desde que Wall Street comenzara a desinflarse en sus compromisos ambientales.
En febrero se conoció la noticia de que varios gigantes financieros como JPMorgan, State Street y Pimco, se retiraron de Climate Action 100+, una coalición internacional que ejercía presión sobre las grandes empresas para que tomasen medidas alineadas con los parámetros del Acuerdo de París. "Han dado una señal de falta de confianza en ese proceso de transformación tan importante que requieren las finanzas a nivel global", les reprochó entonces Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica del Gobierno de España.
Los resultados de Robeco desvelan algunos de los síntomas del debilitamiento del discurso favorable a la sostenibilidad en Norteamérica, donde solamente el 35% de los inversores considera que el cambio climático es un tema central en sus inversiones.
Como punto positivo, sin embargo, se ve cómo estas actitudes varían significativamente entre regiones en Asia-Pacífico (APAC) ese porcentaje es más del doble: el 79% de los inversores considera que la emergencia ambiental es significativa en sus políticas. Esta región lidera el ranking seguida de Europa, donde el 76%, una cifra muy similar, considera prioritaria la inversión climática.
La encuesta también revela que alrededor del 39% de las aseguradoras se han comprometido públicamente a alcanzar cero emisiones netas, mientras que otro 20% está en vías de hacerlo. No obstante, los inversores norteamericanos temen más a comprometerse: el 46% ha descartado vincularse al objetivo Net Zero frente al 26% del año pasado.
La transición climática: una tarea compleja
Robeco arroja luz sobre la creencia por parte de la mayoría de los inversores (77%) de que la transición climática a la que nos enfrentaremos en los próximos años será algo desordenada y que solo una pequeña parte se realizará de forma colectiva. Sin embargo, también hay un pequeño grupo (15%) que cree que esta se desarrollará de forma ordenada y que los Gobiernos y los mercados colaborarán para reducir las emisiones.
La reciente encuesta también revela que solo el 37% de los inversores invierte en estrategias dirigidas a empresas con planes de transición creíbles. Aún sigue siendo un reto del futuro, al menos a corto plazo, ya que la mayoría (63%) tiene previsto invertir en este tipo de estrategias en un plazo de uno a dos años.
En cualquier caso, y pese a que la tendencia hacia la inversión sostenible y activa ha perdido algo de fuelle en los últimos meses, es una realidad que pretende quedarse a largo plazo y se observa en la elección de estrategias preferidas. Alrededor del 45% encuestados usa estrategias activas de renta variable que se centran específicamente en invertir en empresas que participan en la transición, mientras que el 43% invierte en bonos verdes o bonos centrados en la sostenibilidad.