Es común a los mortales no prestar atención a aquello que escapa de nuestra vista en el día a día. Por ello, en un mundo donde gran parte de la población vive sumida en las grandes ciudades y siguiendo un ritmo frenético de consumo, es fundamental parar a tomar conciencia de los estragos que todo ello supone para la naturaleza. En concreto, para los océanos. 

La inmensidad de la Tierra y su frágil equilibrio se rige, en parte importante, por el estado en que estas grandes masas de agua que cubren el 70% de la superficie del planeta. Capaces de almacenar la radiación solar, distribuir el calor y la humedad o producir el 50% de oxígeno que necesitamos, son una influencia directa en el clima mundial. 

Y, sin embargo, a pesar de tal magnífica importancia, los mares y océanos, así como su fauna y flora, están cada vez más amenazados, destruidos y no protegidos debido a las actividades humanas. Para frenar esto, el único camino real es la conciencia colectiva y los acuerdos globales. 

Unión Europea y océanos

El 8 de junio, se "celebra" el Día Internacional de los océanos. Y las comillas a la celebración no son una casualidad pues, ¿hay realmente algo que festejar? 

En la víspera de esta fecha, Josep Borrell, representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y el comisario europeo de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, invitaron a consolidar esos acuerdos globales necesarios para proteger a los mares de las peligrosas prácticas e irresponsabilidades que todos acometemos en mayor o menor medida. 

 "La protección de los océanos es una responsabilidad compartida", reclamaban a la vez que abogaban por seguir los principios de diálogo, asociación y solidaridad en el mundo vistos los alarmantes datos.

Pesca responsable, conciencia con el medio ambiente Pexels

En estos momentos, los océanos sufren las temperaturas más altas registradas y una consecuencia directa es la desaparición acelerada de la vida marina "poniendo al mundo en riesgo" destacaban en su comunicado. 

Por suerte, parece que estos altos cargos comienzan a tomar la conciencia necesaria sobre la importancia de revertir el daño e impedir que vaya a más. Así pues, se han fijado objetivos, como los 40 nuevos compromisos por un océano sostenible, el Tratado de Alta Mar sobre la conservación y el uso sostenible de la diversidad biológica marina, o la intención de fortalecer la importancia del vínculo entre los océanos y el cambio climático. 

Y si cierto es que los planes sobre la mesa están muy bien, cuando se trata de cuidar, proteger y preservar los mares y océanos, no es solo la intención lo que cuenta. 

Pasar a la acción

Con motivo de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los océanos 2025, se han publicado unas declaraciones que ponen en conocimiento de todos los seis paraos para revertir la tendencia y dejar de dañar al planeta. 

• Prohibir la exploración de petróleo y gas en alta mar y abandonar de forma progresiva pero urgente las actividades actualmente existentes de extracción de combustibles fósiles
• Implementar medidas obligatorias de reducción de la velocidad de los buques
• Prohibir las prácticas pesqueras destructivas como la pesca de arrastre de fondo
• Adoptar a nivel mundial una normativa para poner fin a la contaminación por plásticos, abordando el ciclo de vida completo del plástico
• Acordar una moratoria global sobre la minería en aguas profundas
• Garantizar la protección efectiva de los hábitats marinos y aplicar medidas de conservación para restaurar los ecosistemas marinos dañados por las actividades humanas.

"Un océano sano, con una vida silvestre próspera y bien protegida, así como ecosistemas marinos resilientes, es esencial para un planeta sano. Nosotros, los gobiernos del mundo, por lo tanto, acordamos tomar medidas inmediatas para implementar los seis pasos a nivel global, regional y nacional". Ojalá y se convierta en un compromiso real de acción y transformación con el fin de seguir viviendo esta vida que conocemos, o mejor.