"Si mi padre o mi abuelo me vieran trabajar con estas máquinas y técnicas agrícolas tan modernas estarían muy orgullosos de mí. ¡Pero también se quedarían patidifusos!", dice Emeric Duchesne entre risas. Este agricultor francés lleva la espiga y el grano en las venas, pues sus ancestros también se dedicaron a labrar la tierra. Pero no de la misma manera.
Los familiares de Emeric utilizaron técnicas tradicionales, aunque "siempre estuvieron dispuestos a innovar por mejorar el planeta". Sin embargo, el primero de los Duchesne que optó por utilizar la tecnología en sus cultivos fue Emeric: el agricultor forma parte del programa de trigo regenerativo Harmony desde hace diez años.
El programa Harmony es un proyecto de sostenibilidad del trigo impulsado Mondelēz International. Esta iniciativa, que se extiende por toda Europa, comenzó en 2008 como un programa pionero y, aunque en sus principios contaba solo con un puñado de agricultores franceses, a día de hoy ya ha agrupado a más de 1.100 agricultores, entre los que está Emeric. Pero, ¿cuáles fueron las razones por las que decidió adentrarse en esta aventura?
La finca de Emeric 'es historia'
Su explotación está situada en el norte de Francia, concretamente en Hauts-de-France. A lo largo de 240 hectáreas, el agricultor cultiva especies como trigo, remolacha azucarera, cebada, guisantes o maíz. Todos ellos bajo la técnica de la agricultura regenerativa, que tiene como objetivo preservar la salud de la tierra.
Con esta técnica como filosofía, Emeric Duchesne evita el uso excesivo de fertilizantes nitrogenados, reduce la labranza del suelo para impedir su erosión y emplea la rotación de cultivos para conservar las cualidades de sus tierras. Además, fomenta el aumento de la biodiversidad a lo largo y ancho de sus parcelas. "¡El campo siempre es la prioridad!", dice el francés.
"Tengo el mejor trabajo del mundo, aunque también es muy duro y para valientes. Cada vez tenemos que alimentar a más gente".
Emeric Duchesne, tomó las tierras de su padre en 2012 y dos años más tarde, en 2014, entró a formar parte del programa Harmony de Mondelēz International. "Estoy muy contento de formar parte de esto porque se debe a mi abuelo y a mi padre. Pero también estoy orgulloso de seguir adelante para asegurarme de que sea sostenible", comenta Emeric.
A su vez, y con voz melancólica, se pregunta si sus hijos tomarán el relevo de sus explotaciones cuando sean mayores: "Tengo tres niños, el mayor tiene 11 y todavía son muy pequeños para decidir qué serán de mayores. Si se dedican a lo mismo que su padre, su abuelo y su bisabuelo me darían una alegría, aunque prefiero que sean lo que ellos quieran ser", explica Duchesne.
¿Innovar? ¿Para qué?
Muchos agricultores piensan que cambiar sus formas de cultivos tradicionales puede ser arriesgado. Sin embargo, Emeric lo tuvo claro: la agricultura regenerativa y sus beneficios son múltiples para los consumidores, el planeta y los propios agricultores. A continuación, algunas de las razones que le impulsaron a innovar.
"Para empezar, porque lo que me importa es conservar la granja tal y como me la dejó mi padre. No quiero que se deteriore por su uso excesivo. Trabajamos con recursos naturales y tenemos que cuidarlos", comenta Emeric en referencia a la conservación de la tierra.
En la misma línea, una de sus grandes prioridades es reducir el uso de productos químicos, así como proteger la naturaleza y la biodiversidad: "Estamos investigando qué fertilizantes le convienen más a la tierra porque cuidar nuestro medio de vida debería ser parte de nuestro ADN".
Además, en cuanto al cambio climático, Emeric ha desarrollado una gran sensibilidad gracias a su trabajo: "Los agricultores seremos figuras claves la próxima década, estoy convencido de que somos parte de la solución. Tenemos un papel importante que desempeñar en el cambio climático y el calentamiento global. Por eso debemos actuar ya, en este momento", explica el francés.
La unión de agricultores
Para este agricultor también es importante la unión entre todos los de su gremio porque "muy a menudo podemos sentirnos solos en nuestras fincas". Así lo argumenta: "Dedicamos muchas horas al campo y no tenemos tiempo para interactuar, y por eso me gusta tanto la iniciativa del programa Harmony, porque da la oportunidad de conocer agricultores que comparten tus conocimientos y experiencias".
En este caso, Emeric se refiere a la Harmony Academy, un programa de formación ofrecido por Harmony para que los agricultores adquieran los conocimientos necesarios sobre las técnicas regenerativas de cultivo. En él, se tratan temas como las nuevas prácticas, la innovación digital o la perspectiva regulatoria.
Uno de los objetivos más destacados de este programa es concienciar a los agricultores con herramientas digitales que les ayudarán a tomar mejores decisiones en su finca en materia de mitigación del cambio climático. "Un ejemplo claro de esto es la cantidad de fertilizante que podemos utilizar. Las nuevas tecnologías nos ayudan a ser más exactos", comenta Emeric.
Todo esto, además de repercutir en los consumidores, tendrá un impacto altamente positivo en el planeta Tierra, pues, como dice Duchesne: "Todos podemos ayudar a cambiar el destino de la tierra, pero los agricultores somos y seremos siempre los soldados del cambio climático".