"Los cambios individuales son los que suman, los colectivos los que transforman". Con estas palabras, Ana de Santos, periodista especializada en sostenibilidad y colaboradora de ENCLAVE ODS, inaugura uno de los eventos más especiales que recordará en el futuro, cuando eche la vista atrás y haga repaso de los hitos en su carrera. Este 14 de junio vio la luz por primera vez Thinks For Future, encuentro inspirado por los rugidos de los Viernes por el Futuro de Greta Thunberg y que busca visibilizar la importancia de dar una segunda vida a nuestros residuos.
El foro tuvo lugar en la Casa de la Moneda de Segovia, coincidiendo con el Día del Alcázar que se celebra anualmente en la ciudad leonesa. A la periodista se sumaron Javier Goyeneche, fundador de ECOALF, empresa líder de moda sostenible, y Manuel Jiménez, al frente de Nagami, expertos en diseño 3D conocidos por sus muebles vanguardistas. Ambos emprendedores compartieron ideas y reflexiones en una cita que visibiliza la importancia de impulsar cambios en el paradigma empresarial para construir un futuro beneficioso para las personas y el planeta.
“Al usar una prenda solo 5 veces, producimos un 400% más de emisiones de CO₂ que si la usamos 50 veces. La industria de la moda es una de las más contaminantes en cuanto a emisiones y consumo de agua. Sin embargo, no tiene por qué ser así", dijo Goyeneche. En un contexto marcado por el auge del ultrafast fashion y unas tendencias que cambian cada pocos meses, todos tenemos el poder de decir 'no' al consumo excesivo "y comprar de forma más responsable y consciente, con ropa que sea atemporal, de alta calidad, reciclada, con diseño ecológico, monomaterial y reciclable".
El fundador de ECOALF, que acaba de recibir el The Pitti Immagine Uomo Award 2024, equivalente a los Óscar de la moda, lanza una tarea para las empresas y los nuevos emprendedores que quieran hacerse un hueco en el sector: apostar por el ecodiseño para que los productos sean sostenibles en las últimas etapas de su ciclo de vida. "Para alcanzar una verdadera circularidad, las prendas deben diseñarse cuidadosamente desde el punto de vista ecológico, con los mismos materiales reciclables para volver a reutilizarlos; de lo contrario, seguiremos contribuyendo a los vertederos de ropa".
Del mar a nuestro armario
Goyeneche sabe bien lo que es eso de hacer limpiezas y ver que los residuos inundan el paisaje. Pero todo reto es una oportunidad. ECOALF la vio en el mar: "Nadie se ocupaba de él", así que un día, de la mano de la Fundación homónima, comenzaron a colaborar con los pescadores locales para limpiar nuestras aguas de residuos plásticos. ¿El objetivo? Que estos después tuvieran una segunda vida mediante el reciclaje.
A día de hoy, "el 68% de lo que sacamos del mar vuelve al sistema", por ejemplo, en forma de hilaturas que después se usan para confeccionar bolsos, chaquetas y otras prendas de la marca. La iniciativa comenzó con tres pescadores en un puerto de Villajoyosa, y desde entonces se ha expandido tanto que su objetivo es llegar a los 10.000 en 2025. La clave de este éxito, aseguró su impulsor, reside en el interés de quienes participan en él por "servir a un propósito real", ya que los barcos colaboran con el proyecto de manera totalmente desinteresada.
Hoy en día, es necesario hacer las cosas así, porque con tanta información sobre circularidad como hay disponible actualmente "ya no engañas a nadie", intervino Ana de Santos durante la conversación. Y destacó, celebrando la misión de la marca, la importancia de que las empresas tengan "coherencia" a la hora de alinear sus acciones con sus valores y los compromisos que declaran a la sociedad.
De Santos, que fundó en 2023 la asociación medioambiental Oxígeno Azul, aplaude los proyectos que apuestan por la circularidad y apuntó que, aunque "la crisis climática es un reflejo de la crisis existencial" de las sociedades contemporáneas y "muchas veces pensamos que nuestros gestos individuales no cuentan", como consumidores somos fundamentales. Y es que "donde ponemos nuestro dinero, ponemos nuestro voto”, zanjó en el evento.
Muebles rompedores con 3D
En el caso de Nagami, lo que empezó "en un garaje con tres compañeros de piso y un robot de segunda mano" hoy es una marca que con sus muebles de vanguardia ha llegado a conquistar hasta a Dior. Manuel Jiménez, una de las mentes detrás de esta empresa, explicó cómo, tras dos años de investigación en Londres, nació esta propuesta. Idearon un sistema "sin precedentes", presumía en el acto, y con razón: solo hay cuatro empresas en el mundo que hagan lo mismo que ellos, "pero Nagami es la más grande, ¡y todo desde una nave en Ávila!", contó.
La marca aprovecha las más que "infinitas" posibilidades de la impresión 3D para simplificar los procesos de manufactura y explorar nuevas formas y colores que les acercan, a través de robots, a la categoría de artesanos. Todos sus proyectos se producen utilizando plásticos 100% reciclados postindustriales, de la mano de arquitectos, ingenieros, diseñadores e investigadores especializados en robótica que trabajan día a día para desarrollar impresiones a lo grande a partir de un concepto: la eco-innovación.
“Sin duda, la sostenibilidad es un modelo de negocio rentable, un nuevo lujo que aporta valor. Existe una revolución con el reciclado, sobre todo en el terreno de la moda, que ha llevado a asociar el reciclaje como un valor añadido de mayor nivel, incluso de mayor calidad. Marcas como Dior o Gucci están utilizando materiales reciclados y también está empezando a llegar esta tendencia al mobiliario y a la arquitectura. Hay un mercado para la sostenibilidad y cada vez más las nuevas generaciones lo ponen como un requisito”, explicó Jiménez.
Entre otras reflexiones que se compartieron en Thinks For Future, Segovia nos dejó con el recordatorio de que las empresas comprometidas con los ODS se sostienen, necesariamente, sobre tres bases: ambiental, social y económica. No se puede entender un concepto sin tener en cuenta los dos que lo acompañan, puesto que el objetivo de la sostenibilidad es alcanzar un equilibrio entre cuidado del medioambiente, el crecimiento económico y el bienestar social.
Como explica la impulsora de esta cita en su libro Vivir sin huella (Zenith, 2023), nuestra forma de vivir deja rastro en la Tierra. De media, cada persona consume 15 kilos de ropa al año, lo que supone más de una tonelada a lo largo de su vida, mientras que los océanos albergan gran parte de la basura plástica que generamos: 150 millones de toneladas de plástico han sido vertidas en el fondo marino. Puede que se queden allí o no, porque donde hay un problema, como recuerda optimista esta primera edición de Segovia Thinks For Future, también hay una oportunidad.