Hubo una vez que España, antes de llamarse como tal, fue un lugar de comprensión y entendimiento entre tres culturas tan distintas como la árabe, la cristiana y la judía, aunque a veces se intente empañar. En la época de al-Ándalus y Alfonso X, las tres religiones pudieron convivir en equilibrio y armonía. Lo mismo se respiró el pasado 19 de junio en la Basílica de San Francisco El Grande en Madrid.
La majestuosa basílica se llenó de música y cultura con la celebración del concierto de Tres Culturas por la Asociación Arco forum. Bajo el lema "Abrazando la diversidad, protegiendo espacios de culto y abogando por la libertad religiosa", el evento buscó promover la convivencia y el diálogo entre las religiones católica, musulmana y judía, que tanta falta hace.
Arco Forum es una organización sin ánimo de lucro que quiere apoyar la tolerancia entre culturas y religiones, a través de la comunicación y entendimiento entre ellas compartiendo rituales y tradiciones. Así promueven la paz en el mundo y la convivencia entre diferente culturas, etnias, religiones y razas.
En un contexto de tensión política internacional, estos cuerpos representativos son necesarios para buscar la paz, y tal vez para conseguir que las tensiones tan arriba y tan lejos de la gente normal no filtre en las relaciones del día a día.
El objetivo de la organización es avanzar en la cohesión social mediante la conexión de las comunidades a través del diálogo. Con este fin organizan foros y eventos como el simposio del proyecto Protone del que el culmen fueron estos conciertos. Protone es un programa cofinanciado por la UE para proteger los espacios de culto de todas las creencias.
También, la intención de Arco Forum es facilitar el diálogo sobre una amplia gama de temas sociales, independientemente de cualquier fe o religión en particular. Se destaca por la democracia, los derechos humanos, la no instrumentalización de la religión en la política, la igualdad y la libertad de expresión.
Palabras por la paz y danza por la unión
El evento, organizado por la Fundación Arco Fórum, contó con la acogida de los Padres Franciscanos y con el patrocinio de diversas organizaciones comprometidas con la paz y el entendimiento intercultural como la Federación Española de Asociaciones y Clubs para la UNESCO (FECU). La ceremonia de apertura estuvo a cargo del director de la fundación Arco Forum, Temirkhon Temirzoda Naziri, quien habló de la importancia de la música como puente entre diferentes culturas y religiones.
Seguidamente, el presidente de FECU, Alberto Guerrero Fernández, ofreció unas palabras de bienvenida, resaltando el valor de este tipo de iniciativas para la construcción de una sociedad más inclusiva y respetuosa. Por su parte, el padre Jesús, párroco de San Francisco el Grande, también se dirigió a los asistentes, subrayando la relevancia de la iglesia como espacio de encuentro y reconciliación.
El concierto incluyó una rica variedad de piezas musicales representativas de las tres tradiciones religiosas tocadas por el grupo musical Joven Ensemble Interreligioso Español (JOIRE), . Y los asistentes disfrutaron de cánticos católicos, melodías musulmanas y canciones judías, interpretadas por destacados músicos y coros especializados en cada género.
La velada se enriqueció aún más con la inclusión de danzas Derviches, o giradores, asociadas al mundo musulmán, que añadieron un elemento visual y espiritual al evento. Al finalizar la ceremonia, se entregaron varios reconocimientos a personalidades destacadas que han contribuido al diálogo interreligioso y a la promoción de la paz.
Entre los galardonados se encontraba don Aitor de la Morena, delegado episcopal de ecumenismo y diálogo interreligioso de la Archidiócesis de Madrid, quien recibió un caluroso aplauso por su dedicación y compromiso.
El evento fue posible gracias al apoyo y patrocinio de Concierto Tres Culturas, proyecto
Protone, Arco Forum, Archidiócesis de Madrid, Community Construye
Comunidades Crea Paz, Federación Española de Asociaciones y Clubs para
UNESCO, Foro Abraham y Fundación Cultura de Paz.
La velada concluyó con un sentimiento de esperanza y hermandad, evidenciando que, a través de la música y el diálogo, es posible construir un mundo más unido y comprensivo.