Elefantes con plumas, ovejas bípedas, reptiles peludos, anfibios rumiantes, lagartijas bicéfalas y topos con ojos luminosos. Lo que puede parecer el zoológico de los horrores es la naturaleza, tal y como se la imagina el artista Álvaro Soler-Arpa. En un mundo azotado por la contaminación, el peligro nuclear o la guerra química, bien puede ser más posible de lo que parece. 

El Círculo de Bellas Artes (CBA) organiza un conjunto de actividades englobadas en la temática de emergencia climática. En este contexto, Soler-Arpa muestra 24 esculturas de la colección Especies Mensajeras sobre naturaleza y contaminación. La amenaza se cierne sobre las especies, el último informe de Planeta Vivo registra que las poblaciones de los vertebrados han disminuido el 73% en los últimos 50 años

Las obras están inspiradas en mezclas y combinaciones de animales mutantes que habrían seguido una extraña, e inesperada, línea de evolución. Las modificaciones genéticas impulsadas por la mano del hombre y la contaminación producida por las fábricas hacen que una rana con pelos llegue antes de lo que creemos. 

El CBA ha explicado que esas obras están ubicadas en el plano de un futuro hipotético que juega con los límites de la imaginación. ¿Es posible o imposible? ¿Real o ficticio? ¿Grácil o tortuoso? A pesar de los esfuerzos y de las alianzas, los científicos han registrado la desaparición de las especies a una velocidad que ha hecho que establezcan el periodo de la sexta extinción masiva. 

Un planeta en transformación

"Llegar a estas esculturas ha sido un camino muy largo. Desde siempre me ha gustado la anatomía y los huesos. Conecté con la naturaleza a través de los huesos de animales. Al principio los rescataba de restaurantes, después de mataderos, de muladares. Aprendí a tratarlos y a limpiarlos con un taxidermista. Eso te hace reflexionar sobre la vida y la muerte, sobre la huella que dejamos en nuestro planeta", cuenta Álvaro Soler-Arpa.

La comisaria de Especies mensajeras, Marián Boadas explica que la exhibición "es una invitación a contemplar nuestra posición como habitantes de un planeta en transformación". Cree que, "a través de la mirada de Soler-Arpa, somos testigos de la convergencia entre la belleza intrínseca de la naturaleza y los desafíos existenciales que enfrentamos como especie".

Esto es una celebración de la dependencia de las especies de una y otra, un homenaje a su belleza y un espacio dedicado a la contemplación. Así, según Boadas, hay que encontrar una nueva forma de vivir nuestra relación con la naturaleza, desde el respeto y la humildad. 

La dirección del Círculo de Bellas Artes dice que los próximos meses ofrecerán propuestas que ayuden a combatir la crisis climática desde "la reflexión, el arte, la tecnología y la ciencia". Esta exposición podrá verse en la Sala Goya desde el miércoles 9 de octubre de 2024 y hasta el 26 de enero de 2025. 

Su director Valerio Rocco dice: "Soler-Arpa es un claro ejemplo de cómo contribuir a la sensibilización de uno de los grandes desafíos actuales de la humanidad: hacer frente a las consecuencias de los excesos ambientales cometidos". Porque sus esculturas llevan a la cavilación sobre el tipo de ecosistema en el que parecemos destinados a vivir.