Hace una década, allá en 2014, nacía Aqualogía de la mano de Agbar. Este programa de educación ambiental, dirigido a estudiantes de primaria, presenta el agua, como explican en la propia web del proyecto, desde una perspectiva acorde con los retos y oportunidades del mundo actual y futuro.
Esto es, los recursos hídricos llegan a los niños y niñas como lo que son: elementos vitales para la vida en la Tierra y cuya escasez pone en jaque el desarrollo humano. Según Agbar, entidad que puso en marcha esta iniciativa, Aqualogía es "clave en la formación de los escolares de primaria sobre el cuidado del agua y del medio ambiente, la sostenibilidad de los recursos y la actuación sobre el cambio climático".
Con el paso de los años, el programa ha ido creciendo e incorporando nuevos elementos interactivos y digitales. Ejemplo de ello es el aula virtual creada en 2020, que permitió mantener activo el proyecto en los primeros cursos tras la pandemia de la Covid-19. De esta manera, se ha ido generando impacto positivo en las nuevas generaciones cada vez más concienciadas de la situación de emergencia climática.
A través de juegos interactivos, experimentos y retos, Aqualogía conciencia al alumnado sobre la importancia del agua y su uso sostenible a la vez que descubre el ciclo integral de este recurso. Pero también cómo este recurso llega a nuestras casas y qué tratamientos son necesarios para su consumo y retorno al medio natural.
Desde su lanzamiento en 2014, más de 75.700 estudiantes han participado en el programa, en un total de 4.200 sesiones realizadas en centros escolares a lo largo del territorio español.
Con motivo del décimo aniversario de este proyecto —y como novedad este año—, el programa Aqualogía se renueva con las cajas pedagógicas Aquakit. Toda una revolucionaria herramienta al servicio del profesorado que ofrece experiencias prácticas y motivadoras para impulsar el aprendizaje activo entre el alumnado.
Aqualogía, que impulsa La Escuela del Agua de Agbar, se enmarca en el objetivo de la compañía de concienciar y educar a las personas sobre el valor del agua, en este caso desde la infancia, fomentando la creación de comunidades más sostenibles, un pilar fundamental en la acción social del grupo.