Mesa redonda de 'Arquitectura y sostenibilidad'. De izquierda a derecha: Alba Méndez García, Marta Vall-llosera Ferrán, Diego López Urruchi y Socorro Fernández Larrea.

Mesa redonda de 'Arquitectura y sostenibilidad'. De izquierda a derecha: Alba Méndez García, Marta Vall-llosera Ferrán, Diego López Urruchi y Socorro Fernández Larrea. Redeia

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Neuroarquitectura o el papel del capital natural: así ha sido el segundo día de las Jornadas Sostenibles de Redeia

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Para quienes ayer disfrutaron del primer día de esta cuarta edición de las Jornadas de Sostenibilidad organizadas por Redeia, hoy, 16 de octubre, han podido ser testigos de un segundo (y último día) en donde lo 'eco' se ha vuelto a poner sobre la mesa para debatir los retos y soluciones medioambientales actuales. 

En esta ocasión, el impacto positivo sobre el capital natural, la biodiversidad marina, la sostenibilidad en Iberoamérica y la arquitectura han sido las cuestiones centrales de la conversación. Un evento que ha subido al escenario a verdaderos profesionales de cada sector para acercar estas problemáticas a la sociedad. 

Esta segunda jornada, bajo el nombre 'actuando con impacto' ha comenzado preguntándose cómo es el impacto que estamos provocando porque, han dejado claro, "aquello que no se mide no se puede mejorar". Por ello, es totalmente necesario conocer con qué objetivo se toman las medidas medioambientales y si se está consiguiendo aquello que se buscaba. 

Porque, dice Cristina Monge, politóloga y conductora del evento: "Ya no es suficiente con no tener un impacto negativo, sino que hay que dar un paso al frente para hacer uno positivo". Y así arrancaba la primera mesa redonda de la tarde. 

Capital natural

Redeia, que ha tenido siempre el foco puesto en "el cuidado y la protección del medioambiente", según palabras de Mercedes Vázquez Miranda, responsable funcional de Cambio Climático de la compañía, tiene un propósito: minimizar el impacto sobre la naturaleza al construir infraestructuras. Una preocupación que, asegura, "se ha desarrollado en diferentes compromisos con objetivos y metas concretas". 

Por ese motivo, han optado por diseñar sus proyectos "aplicando un criterio de no pérdida neta de biodiversidad". Lo que, además de ser un gran reto empresarial, supone un desafío mayor a la hora de "medir, para cuantificar los impactos que se dejan en el medioambiente y los efectos positivos para equilibrar esos impactos y contribuir". 

Pero, ¿qué es el capital natural? Para Redeia es la biodiversidad, con lo que hace referencia al "activo hábitat y especies", porque, explica Vázquez Miranda, "son con los que más actuamos en las instalaciones". 

Fotografía del público durante la segunda jornada de Redeia.

Fotografía del público durante la segunda jornada de Redeia. Redeia

Con este objetivo, el proyecto de compensación del impacto sobre el capital natural de la compañía se ha apoyado, tal como indica Rodrigo San Millán Cruz, gestor de medio ambiente de Red Eléctrica, "en la metodología de mitigación". Y entre estas medidas llevadas a cabo se encuentra el clasificado de vegetación como compatible o incompatible, según el riesgo de su mantenimiento. 

Pese a ello, confiesa, "seguimos teniendo un impacto residual". Aunque, señala: "En el hábitat sobre el que nosotros afectamos vamos a intentar que fijen el CO₂". 

Y es que, como bien ha apuntado Antonio Troya Panduro, biólogo y presidente de Iniciativa Natura, "la Unión Europea cuenta con el acerbo más importante a nivel mundial y aporta una responsabilidad grande para llevarlo a cabo". Sin embargo, "solamente el 15% del territorio presenta buenas condiciones de conservación", destacando el "declive ligado a los medios acuáticos y los agrarios". 

La situación nacional se muestra distinta en algunos casos, como en el manchego, donde, asegura Mercedes Gómez Rodríguez, consejera de Desarrollo Sostenible de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, "somos los principales productores de energía renovable en España".

Y añadía: "Necesitamos mucha ayuda para que entiendan que es muy importante poder utilizar el territorio de la mejor forma posible, más sostenible". Porque, subraya, "eso es lo que nos está permitiendo que estemos desarrollando nuevos vectores, esa autosuficiencia y capacidad para proporcionar a nuestro país esa energía que se necesita". 

Biodiversidad marina

Como no se puede hablar de capital natural y dejar de lado los océanos, este ha sido el siguiente asunto a tratar. En esta mesa redonda, María Jesús Rodríguez de Sancho, directora general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, ha hecho hincapié en los nuevos datos: "La superficie marina protegida ha subido al 21% de las áreas en el último año, lo que nos acerca al objetivo del 30% para el 2030". 

Sin embargo, asegura, "necesitamos más conocimiento para conocer el impacto porque tenemos que gestionar esto de forma conjunta". Y es que la falta de información sobre el ecosistema marino es una realidad, tan "solo conocemos el 5%", apuntaba Theresa Zabell Lucas, presidenta ejecutiva de la Fundación ECOMAR. 

Ante tal escenario, Ignasi Ferrer Pellicer, CEO de Ocean Ecoestructures, ha recordado el papel de la tecnología como "pieza clave para los dos retos que se presentan: medir el impacto y hacer que las infraestructuras sean positivas". Destacando la "tecnología regenerativa para poder monitorizar el efecto de esa renaturalización". 

Mesa de 'Biodiversidad marina'. De izquierda a derecha: María Jesús Rodríguez de Sancho, Theresa Zabell Lucas, Ignasi Ferrer Pellicer y Antonio Calvo Roy.

Mesa de 'Biodiversidad marina'. De izquierda a derecha: María Jesús Rodríguez de Sancho, Theresa Zabell Lucas, Ignasi Ferrer Pellicer y Antonio Calvo Roy. Redeia

Se trata de acciones imprescindibles porque, como bien señala Rodríguez de Sancho, "España es uno de los países más vulnerables a los efectos del cambio climático y la consecuencia es la generación de desastres" donde, indica, "entra el papel de la biodiversidad". 

Y aunque bien es cierto que la innovación tecnológica puede ser un gran aliado, la directora general también ha querido destacar el papel del componente social y emocional, porque "muchas veces se rechazan medidas por cuestiones más emocionales que racionales"

Zabell ha insistido en que "en este barco estamos todos y todos tenemos la misma necesidad de que nuestros mares estén sanos". Por su parte, Ferrer, ha hecho hincapié en el papel de colaboración empresarial porque "sumar es lo que va a llevarnos al éxito". 

Conexión iberoamericana

Y precisamente conectados por mares están los territorios iberoamericanos. Una región que, acorde a las palabras de Andrés Allamand, secretario general iberoamericano, "contribuye contra el cambio climático que no solo se generó en Iberoamérica, aunque los efectos sí impactan significativamente en ella". 

Por ese motivo, asegura, "debe cuidar su patrimonio y ser una gran proveedora de los recursos generales que se necesitan". Y añade Juan Majada, director general de Negocio Internacional de Redeia, "hay que duplicar la cantidad de eficiencia energética" porque, subraya, "no podemos dejar atrás a esos 18,5 millones de personas [chilenos] que no tienen acceso a la electricidad"

Mesa 'Sostenibilidad Iberoamericana' con Andrés Allamand, secretario general iberoamericano.

Mesa 'Sostenibilidad Iberoamericana' con Andrés Allamand, secretario general iberoamericano. Redeia

Una problemática en la que, dice Allamand, "las respuestas nacionales individuales son insuficientes y hay que unificar la acción política de los países en esta línea". Porque, apunta Majada, "la transmisión es el héroe anónimo de la transición energética, pero eso requiere muchísima inversión". 

Subraya entonces el papel de "la digitalización de los sistemas" de la mano de una mayor "agilidad y reducción de burocracia innecesaria" para salir exitosos. A lo que Allamand responde: "Es difícil, pero hay plata y es la única manera de que Iberoamérica consiga estos objetivos". 

Por su parte, Albina Ruiz Ríos, exministra del Ambiente de Perú, ha dejado claro que es preciso "comprometernos más, porque lo que estamos haciendo ahora no está dando resultados". Y de no hacerlo, "la madre naturaleza siempre va a encontrar formas de regenerarse, pero los que no estaremos somos nosotros". 

Arquitectura y sostenibilidad

Urbanismo y arquitectura han sido las cuestiones encargadas de cerrar este segundo día de las Jornadas Sostenibles. En este contexto, Marta Vall-llosera Ferrán, presidenta del Consejo Superior de los Colegios Arquitectos de España, ha subrayado el papel de estos "para mejorar la situación". 

Para ello, ha apuntado la figura de "las nuevas tecnologías pueden aportar muchísimo". Aunque, matiza, "hay que abordar los temas partiendo de datos, porque no podemos generalizarlos". 

Y es que, como bien indica Diego López Urruchi, Co-head of Architecture and Technology de la Unidad de Arquitectura y Tecnología de la Norman Foster Foundation, estos avances tecnológicos nos pueden ayudar a crear viviendas que se construyen más rápido, con menos impacto y con posibilidad de ser transportadas, lo que las hace sostenibles. 

Alba Méndez García, fundadora y CEO de Qualia Estudio, ha sido la responsable de traer el término 'neuroarquitectura' a la sala. Lo ha definido como la disciplina destinada a "dar respuesta a las necesidades de esta especie que somos como seres humanos". Porque "la arquitectura no es un fin en sí mismo, sino un elemento que tiene que medir entre la naturaleza, pero también a los humanos que es al servicio de los que está". 

Por ese motivo, ha señalado López Urruchi: "Tenemos que pensar cómo se van a preparar esas ciudades [del futuro] y debemos prepararlas para este calentamiento. [...] Tenemos las herramientas para hacerlo".