El 10% de las emisiones de gases viene de la energía de las casas, según Our World in Data. La forma más rápida de reducir esas emisiones sería, en primer lugar, reducir el consumo. Con estos seis consejos que dan los expertos se podrá ahorrar luz, agua... y dinero.
Solo los electrodomésticos de la casa son responsables del 50% del consumo energético. Aparatos tan comunes en el día a día como lavadoras, neveras o televisores, en realidad, suponen un gran consumo. La tecnología avanza, los aparatos reducen su consumo de luz o agua y tiene los programas más afinados. No se necesita un programa de altas temperaturas solo para lavar las camisas de la oficina.
Siempre hay pequeñas acciones individuales para apoyar un estilo de vida más sostenible. La forma en la que se usan los electrodomésticos es una práctica diaria de ahorrar, que multiplicado a todos los hogares de España, supone un cambio en el consumo del país. BSH Electrodomésticos, fabricante de marcas como Bosch, Balay o Siemens, tienen una serie de recomendaciones prácticas para que los usuarios puedan reducir su consumo.
María Asunción San Cirilo, responsable de Medioambiente de BSH España, reconoce que no basta con invertir en innovación para desarrollar productos inteligentes si no se enseña cómo usarlos: "Debemos acompañar a los consumidores a lo largo de la vida del producto con recomendaciones claras sobre su uso".
Las máquinas cada vez más inteligentes tiene un gran potencial. Se puede pedir a los asistentes virtuales que pongan la canción favorita solo con una orden, que regulen la temperatura de la casa para cuando se vuelve del trabajo o incluso que se apaguen o enciendan las luces cuando se está de viaje. Por eso, con todas esas opciones, San Cirilo explica que "hay que desmitificar algunas creencias que están arraigadas en nuestra sociedad y tienen un impacto en nuestro gasto energético y factura".
Estos son los consejos recabados por ENCLAVE ODS | El Español para reducir la huella de nuestras casas sin que se comprometa la comodidad que dan los electrodomésticos.
Utilizar los programas eco
Optar siempre por los programas eco en la lavadora y lavavajillas. Aunque suelen durar más, como su propio nombre indica, ahorran energía y agua sin comprometer la calidad del lavado. Al lavar a temperaturas más bajas, estos programas permiten un significativo ahorro de energía y utilizan la mínima cantidad de agua posible.
Por ejemplo, aunque mucha gente lo pone en duda, utilizar el lavavajillas consume menos agua y energía. De hecho, fregando a mano toda la vajilla, se estima que se pueda gastar hasta 40 litros, mientras que el lavavajillas, en modo eco, gasta 9 litros por ciclo. Si el objetivo es ahorrar, hay que llenarlo siempre antes de ponerlo en marcha.
Dosificación automática de detergente
Si la lavadora cuenta con un sistema de dosificación automática de detergente y suavizante, es necesario utilizarlo. Este tipo de tecnología ajusta la cantidad exacta de productos químicos necesarios, lo que puede reducir hasta un 38% el consumo de detergente y ahorrar hasta 10 litros de agua por ciclo de lavado.
Además, la acumulación de residuos en el circuito perjudica al electrodoméstico, produce malos olores, obstrucciones e incluso daños costosos de solventar. Además de que es agua será más difícil de tratar en las depuradoras.
Como beneficio extra, en las lavadoras las temperaturas más bajas también ayudan a que la ropa dure más.
Guardar los alimentos evita el desperdicio
Además del consumo de energía que tiene la nevera 24 horas al día, a ese impacto habría que sumarle todo el asociado al de la comida desperdiciada cuando se usa incorrectamente. Los expertos recomiendan dejar que los platos se enfríen a temperatura ambiente, porque si no, el refrigerador, tendrá que trabajar más con un aumento de energía.
Si esto preocupa al consumidor, es posible evitar el desperdicio de alimentos organizando correctamente la nevera. Hoy en día los frigoríficos disponen de zonas con diferente temperatura y grado de humedad, para mejorar la conservación de todo tipo de alimentos.
Tender mejor que secar
De igual manera que los alimentos, secar la ropa al aire libre o en un tendedero interior es, sin duda, la opción más eficiente. Sin embargo, cuando la casa es demasiado pequeña o son demasiados compañeros en la casa, la secadora es una gran aliada.
Primero, que se use solo como complemento para terminar el secado, y segundo, que esté a máxima capacidad. También es mejor que se use el modo eco para reducir el consumo de energía. Se aprovechará al máximo su uso sin comprometer el ahorro energético.
En la cocina
El horno es el mejor amigo de la cocina. Rápido, silencioso y limpio. Por eso siempre se recomienda precalentarlo vacío para que sea más rápido y cuando se meta la comida se haga en condiciones óptimas. Para eso, hay que confiar en el reloj y no abrir el horno. Así solo perderá calor rápidamente para recuperarlo lentamente. Se puede comprobar el estado del bizcocho o del gratinado a ojo.
A este respecto, la reciente integración de cámaras e inteligencia artificial en algunos hornos es crucial para garantizar una mayor eficiencia gracias a las ventajas que aportan estas tecnologías.
Por otro lado, algo mucho más analógico es usar las tapaderas de las ollas. Esto te permitirá obtener los mismos resultados bajando la potencia y reduciendo el consumo de energía hasta un 20%, y además salpica menos.
Extender la vida útil
Los electrodomésticos viejos pierden eficiencia. Por eso se recomienda que, aunque pueda tener un primer costo más elevado, se intente elegir siempre los que mejor calificación energética tengan. Además, los de primeras marcas, suelen ser más efectivos y duraderos.
Por último, es importante asegurarse que al final de la vida útil, se reciclan de manera responsable. Muchos de los materiales que contienen, como el acero, el vidrio y los plásticos, pueden ser reutilizados en la fabricación de nuevos productos contribuyendo a la economía circular.