Premios Lysístrata o cómo conseguir la paz por 'todos' los medios: la negociación de conflictos nace en Valencia
- La Asociación Valencia-Mediterráneo para la UNESCO organizó el galardón que reconoce los esfuerzos por la mediación en las disputas.
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En la Grecia antigua, las ciudades independientes estaban todo el día en guerra, unos con otros; por conquista, por oro o por amor. En esa situación, el dramaturgo clásico Aristófanes cuenta cómo las mujeres, lideradas por Lisístrata y siempre tan listas, consiguieron poner fin a la guerra en Atenas con su mejor arma: se pusieron en huelga sexual. Al final, los hombres tardaron poco en alcanzar la paz. Aunque solo es una comedia de ficción, demostraba lo fácil que es ponerse de acuerdo.
Inspirados en esta obra, la UNESCO inauguró el pasado miércoles, 16 de octubre, los premios Lysistrata de Mediación, en el marco del programa europeo MED21. Este programa nació en Roma 2010, y alberga varios laureles en el ámbito social, cultural y científico, entre ellos este de Lysistrata. Entidades de lugares como Beirut, Chipre, Finlandia, EE. UU. o Francia fueron propuestos para reconocer su papel como 'pacificadores'.
En esta ocasión los galardonados han sido Hanna Assouline, directora y cofundadora de la ONG Guerrières de la Paix; Huda Abuarquob, directora para Palestina de la ONG Búsqueda de una tierra común; y el premio Nacional para D. Francisco Almenar Cubells, presidente del Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia.
Estas organizaciones no tienen voz solo en cuestiones bélicas, como las mujeres de la comedia, sino en otros muchos aspectos como los conflictos sociales, de agua o los asuntos diarios en las ciudades. Precisamente este año, la ceremonia se ha celebrado en Valencia, que está impulsando su declaración como Ciudad Internacional de la Mediación.
A esta edición acudió desde Francia una delegación del Comité de Ciudadanas de Sarcelle y Line Kleinebreil en representación de su alcalde. Una ciudad que promueve la paz frente a los conflictos de convivencia y trabajan en una iniciativa de Ciudades de Mediación para 2026, a la que Valencia opta.
Fin de las disputas
Para abanderar la negociación y la resolución pacífica de las disputas, el Consejo de Europa reconoció la importancia de lograr una mayor unión entre las partes. Esto lleva aparejado unos valores universales de respeto, colaboración y entendimiento que a veces son tan escasos. Así, se quiere impulsar las iniciativas que trabajen en pos del desarrollo de la democracia, el Estado de derecho y los mismos derechos humanos.
El papel que hacen estas organizaciones es fundamental para llegar a acuerdos, las relaciones interculturales y la seguridad. Las tres premiadas no podían ser más merecedoras de este premio.
El primero, el Tribunal de las Aguas de la Vega de Valencia, media en uno de los conflictos más antiguos y que más profundamente afecta en España. Las guerras del agua se extienden entre pueblos y ciudadanos. Y la resolución justa y ecuánime de estos conflictos es necesaria, especialmente en momentos de sequía.
La ONG Búsqueda de una tierra común hacen un trabajo en búsqueda de la paz. La activista Abuarquob se centra en el conflicto de Gaza. Una masacre que lleva más de un año.
La ONG francesa de Assouline reúne a mujeres de todas las sensibilidades, culturas, creencias y orígenes. Ellas dicen que luchan contra todas las formas de odio que atraviesan la sociedad francesa y en particular el racismo, el antisemitismo, la islamofobia, el odio anti-LGBT.
Todos los conflictos tienen solución a través del diálogo y la negociación... ojalá que no haya que llegar tan lejos como hizo Lisístrata.