La fuerza de la naturaleza es imparable, como tristemente se ha visto estos días con la DANA. Al menos 207 muertos y cientos de desaparecidos. Valencia está construida sobre un terreno inundable, y las lluvias torrenciales son cíclicas. No hay nada más poderoso, y devastador, que el agua buscando el mar. Y los responsables de urbanismo deberían saberlo
Un informe del Observatorio de Acción Cimática (OAC), publicado el 30 de octubre, nombraba los esfuerzos de las ciudades españolas en los avances hacia la neutralidad climática. Lideran Madrid y Barcelona, seguidas Valencia, Valladolid, Zaragoza y Vitoria-Gasteiz. También menciona el potencial que tiene Sevilla
El informe Liderazgo de ciudades españolas hacia la neutralidad climática: Buenas prácticas a 2024 analizó diez metas en seis fases con 27 indicadores, dejando a Madrid como líder de las mejores prácticas con 6,79 puntos sobre 10.
El proceso de evaluación se basó en la metodología 'Carbon Integrity Index'. OAC desarrolló este sistema que evalúa el desempeño climático y subraya las mejores prácticas y estrategia aplicadas por las urbes españolas seleccionadas por la Misión de la Unión Europea como ciudades inteligentes y climáticamente neutras para 2030. Según el estudio, Sevilla es la que más margen de maniobra tiene
Se establecieron diez metas: participación y educación ambiental, huella de carbono, monitorización de la calidad del aire, reducción de emisiones, eficiencia energética, movilidad sostenible, gestión de residuos y vertidos, resiliencia urbana, pactos y alianzas y verificación por registros, que fueron evaluadas en las siete ciudades del estudio.
Todos estos valores son aspectos que se apoyarían en soluciones basadas en la naturaleza como parques, jardines, refugios climáticos, ríos naturalizados en las ciudades e infraestructuras que fomenten el transporte activo.
Sergio Álvarez, presidente del OAC, una organización sin ánimo de lucro, ha explicado a EFE que muchas de las organizaciones que registran su huella de carbono en el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, "no cuantifican las emisiones indirectas de gases de efecto invernadero, es decir, las generadas por los residuos, la movilidad o por la compra de bienes".
Según Álvarez todas las ciudades deben poner en marcha las estrategias de mitigación y adaptación climática en beneficio de los ciudadanos. Esto evitará las consecuencias mortales como las avenidas que se han sucedido durante la DANA.
No es solo el carbono
La adaptación al cambio climático no es solo reducir las emisiones de carbono. Es poder hacer frente a las consecuencias de las catástrofes naturales, como la DANA, las inundaciones o con un aspecto más difuso, las olas de calor. El clima mediterráneo tiene veranos muy cálidos, y lluvias torrenciales. Aunque estos son cada vez más imprevisibles e intensos, las ciudades deben prepararse para ello.
Marta Olazabal, investigadora del centro vasco de cambio climático BC3, es experta en cómo las urbes se pueden ajustar a nuevas condiciones, mucho más extremas por el cambio climático. Ella hacía especial hincapié en la necesidad de hacerlas permeable. El hormigón y el asfalto, en caso de lluvias copiosas, sólo hacen que corran más rápido sin calar. Esta ha sido una de las razones por la que en esta tormenta tantos garajes subterráneos se han inundado.
Pero también, por qué en verano, las zonas más urbanizadas, sin parques y jardines, son las que más temperaturas alcanzan. Esto además suele ser más habitual en los barrios trabajadores, donde a la hora de la planificación se primó la habitabilidad sin tener en cuenta otros factores.
En este sentido, el mayor reto que ve Olazabal es conseguir el espacio. Se sabe qué son, cómo funcionan y sus beneficios, solo hace faltar encontrar dónde ponerlas: "El suelo es un elemento muy capitalizado, y muchas veces los intereses económicos ganan a los ambientales y que tienen la salud humana y de los ecosistemas como interés principal".