160.000 euros. Esa es la cantidad total que la Fundación FERO ha repartido a los ganadores de la 29ª edición de sus becas y la 6ª del proyecto FERO-ghd en Cáncer de Mama.
Dos investigadores han sido los galardonados que podrán utilizar estos fondos para llevar a cabo sus trabajos. Uno de ellos relacionado con cáncer de colón y otro con el de mama.
En concreto, esta edición de las becas plantea proyectos para mejorar, por un lado, el conocimiento sobre cómo los cambios metabólicos relacionados con la edad pueden afectar el desarrollo del cáncer colorrectal. Y por otro, sobre cómo la glucosilación alterada en las células tumorales puede afectar la eficacia de los conjugados anticuerpo-fármaco en el cáncer de mama.
Mate Maus, investigador del Vall d'Hebron Institut d’Oncologia (VHIO), y Ana Ruiz-Sáenz, investigadora Ikerbasque del CIC bioGUNE, son los responsables de sendos proyectos que quieren dejar esta enfermedad en el pasado.
Cáncer de colon
Mate Maus, investigador del Vall d'Hebron Institut d’Oncologia (VHIO), ha sido el seleccionado en esta XXVIII Beca FERO por su proyecto sobre el cáncer colorrectal de aparición temprana (EO-CRC). Este tipo de neoplasia está aumentando en los menores de 50 años, un grupo que tradicionalmente no se considera en los programas de detección mediante colonoscopias. Como consecuencia, el diagnóstico suele ser tardío, cuando la enfermedad está ya en una etapa avanzada y, por ende, el tratamiento es más complicado.
Por lo tanto, la necesidad de desarrollar métodos asequibles y no invasivos para evaluar el riesgo de este tipo de cáncer es real. El proyecto de Maus busca que las personas con mayor riesgo puedan ser identificadas y sometidas a un seguimiento temprano.
La manera de hacerlo es a través de explorar la relación entre los cambios metabólicos relacionados con la edad en el colon y el desarrollo del EO-CRC. "Sabemos que algunos procesos biológicos asociados con el envejecimiento, como la dishomeostasis del hierro, podrían estar acelerados en los jóvenes que desarrollan este tipo de cáncer", explica el investigador.
Y añade: "La hipótesis central es que esos cambios en el metabolismo del hierro en el microambiente del colon podrían favorecer la aparición de clones precancerosos, lo que aceleraría la formación de tumores en personas más jóvenes".
Para abordar esta cuestión, el estudio utilizará diferentes enfoques científicos, como el análisis de muestras de tejido de pacientes y modelos animales, para observar cómo se acumula el hierro en el colon. Además, se investigarán las vías biológicas que vinculan la alteración en el metabolismo del hierro con el crecimiento del cáncer.
También se realizarán experimentos con organoides. Es decir, estructuras celulares que imitan el comportamiento del colon. Así intentarán entender mejor cómo los cambios en los niveles de hierro afectan la supervivencia de células normales y cancerosas.
Además, se evaluará si es posible detectar este desequilibrio de hierro a través de biomarcadores en muestras fecales. Esto abriría la puerta a un método no invasivo para identificar a las personas en riesgo.
Cáncer de mama
La otra galardonada es Ana Ruiz-Sáenz, investigadora Ikerbasque del CIC BioGune, por su proyecto para investigar cómo afecta la glicosilación tumoral a la eficacia de un anticuerpo conjugado a fármaco (ADC) utilizado en el tratamiento de cáncer de mama HER2 positivo.
Los ADC están revolucionando el tratamiento del cáncer al combinar anticuerpos que identifican células tumorales con fármacos que las destruyen. "Estos tratamientos dirigidos están siendo utilizados para combatir distintos tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama HER2-positivo", explica Ruiz-Sáenz.
En este tipo de cáncer, cuenta, "los ADC se diseñan para atacar una proteína esencial en la superficie de las células tumorales, llamada HER2. Esta superficie celular se encuentra altamente glicosilada, es decir, modificada por azúcares, y en entre esa densa capa de azúcares está HER2, la puerta de entrada para los ADC en la célula tumoral".
La glicosilación, que es el proceso por el cual se añaden azúcares a las proteínas, cambia en las células cancerosas y desempeña una función importante en la progresión del tumor. Esto influye en su crecimiento, su capacidad para evadir el sistema inmunológico y la diseminación del cáncer a otras partes del cuerpo.
Estos cambios en la capa de azúcares que rodea las células tumorales podrían afectar también a la unión y eficacia de los ADC. "Basándonos en estudios previos, este proyecto tiene como objetivo entender cómo esos cambios en la glicosilación tumoral influyen en la efectividad de las terapias. Para ello, vamos a alterar el perfil de glicosilación tumoral y a analizar su impacto en la eficacia de los ADC utilizando técnicas moleculares, sistemas de cocultivo en 3D y modelos animales", indica Ruiz-Sáez.
"Esperamos que nuestros resultados muestren por primera vez cómo la glicosilación del tumor influye en la respuesta a uno de los ADC más usados en el tratamiento de cáncer de mama HER2+, el T-DM1. Estos hallazgos podrían tener un impacto más amplio, revelando claves de la eficacia de otros ADC, como el recientemente aprovado T-DXd, que ha mostrado resultados excepcionales, también en otros tipos de cáncer", concluye la investigadora.