La escuela de música Reina Sofía sube la crisis climática a las tablas: nueva convocatoria para todos los artistas
- El conservatorio y la Fundación EDP abren un concurso a proyectos de danza, música y teatro que aborden la sostenibilidad de forma original y creativa.
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La teoría del storytelling es cómo se cuenta una historia. El mismo evento se transmitirá de forma diferente si el medio es visual, escrito, musical, o lo combina todo. Aunque el mensaje sea el mismo, hay diferentes técnicas e instrumentos para que los ODS se apliquen al arte.
Se han hecho películas de apocalipsis con mayor o menor acierto científico, novelas y canciones. Ahora, la Escuela Superior de Música Reina Sofía, en colaboración con la Fundación EDP, quieren subir el cambio climático a las tablas. Han abierto una convocatoria a proyectos de danza, música o teatro que traten esta temática.
Buscan que aborden el tema del medioambiente, de una forma creativa y original. Que se acerquen a temas como la pérdida de biodiversidad, la crisis energética o la adaptación de las ciudades. La convocatoria estará abierta hasta el viernes 29 de noviembre a todos los artistas de entre 18 y 35 años.
Los proyectos recibidos serán evaluados por un jurado formado por especialistas de la Fundación EDP, de la Escuela Reina Sofía, gestores y programadores culturales. Seleccionarán dos proyectos que recibirán apoyo financiero y logístico para su producción, y tendrán la oportunidad de presentarlo en la jornada medioambiental EDP Green Stage.
En esta jornada, que se celebrará el 19 de marzo de 2025, habrá una mesa redonda sobre los retos y oportunidades de ambos sectores, el artístico y el medioambiental. El cambio climático afecta a todas las áreas y se debe abordar también desde todos los ángulos posibles.
Arte por el cambio climático
"El arte es completamente inútil", decía Oscar Wilde en el prólogo de El retrato de Dorian Gray. Y aunque pueda tener razón en el plano material —Aunque no el económico, como se ha visto en las numerosas acciones por el clima en los museos, como el ataque contra la Venus de Velázquez— es la forma más efectiva de transmitir los mensajes: a través de las emociones y directa al alma.
Como si fuera un diario, también es una forma de registrar un momento de la historia. Así lo usó el meteorólogo José Migue Viñas con cuadros de Van Goh o Sisley. Usando esas pinturas explica que los cielos rojos de Los descargadores de Ariés del artista holandés, o las calles heladas del Camino de Versalles, Louveciennes, sol de invierno y nieve, de Pissarro, posiblemente no se repitan en un mundo por encima del 1.5 ºC.
Pero también es un modo de imaginar el futuro de un modo más o menos distópico y catastrófico, como hizo el fotógrafo y artista francés Fabien Barrau. Este ilustrador 'volvió' del futuro con malas noticias, donde la estatua de la libertad de Nueva York estaba sumergida o el Coliseo de Roma golpeado por la desertificación.
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A través de ilustraciones, películas o teatros los mensajes son más efectivos. Esto es fundamental en un mundo cada vez más visual y rápido en el que se quiere que las ideas duren. Para eso, compiten con cientos de estímulos diarios constantes, pero que a la vez se apoyan entre ellos para reforzar el mensaje de acción por el clima.