Juan Villanueva
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Después de la catástrofe ocurrida en España en torno a la DANA que principalmente ha afectado el territorio del este, muy especialmente en la provincia de Valencia y los pueblos de alrededor como Paiporta o Chiva, es momento de analizar qué zonas inundables están construidas y qué nivel de riesgo tienen. 

El Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO) muestra detalladamente toda la información en un mapa online que divide las áreas. Lo hace según el riesgo que tiene, es decir, si es a 50, 100 o 500 años y si ese se refiere a zonas pobladas, infraestructuras, viviendas, el medioambiente o para otros. 

Si nos atenemos estrictamente a los indicadores expuestos, la mayor parte del litoral español y las riberas de los grandes ríos como el Duero, Ebro, o Guadalquivir están en zonas en riesgo de inundación

En España hay 25 de demarcaciones hidrográficas y todas con un plan diferente. Además, hay zonas de marismas y deltas como la del Ebro o el Guadiana que tienen mucha agua subterránea y en superficie, por eso hay tantas zonas en riesgo de inundaciones ocasionales. 

¿Qué zona es inundable?

Un tercio de los municipios tienen terrenos con riesgo; en muchos casos, casi todo su territorio. Huelva, Sevilla, Valencia, Valladolid y Gerona o Zaragoza son las capitales más expuestas. También la mayor parte del este y sureste español está expuesto como zonas de alto riesgo, como tristemente se ha visto en estos días. 

Mapa de riesgo de inundación de Zaragoza. Mapa

Hasta Madrid tiene varias zonas en terreno inundable y miles de viviendas están en áreas con peligro de ser arrastradas por el agua en caso de inundaciones, bien por la caída de lluvia o por la crecida de los ríos.

De hecho, uno de los principales problemas es que muchas urbanizaciones están construidas en los lechos secos de arroyos desviados o embovedados subterráneos que en muchas ocasiones no son capaces de soportar grandes avenidas de las lluvias torrenciales que se dan en España. 

Inundaciones en el río Ebro Europa Press

Como Marta Olazabal, investigadora del centro vasco de cambio climático BC3, dijo a ENCLAVE ODS | EL ESPAÑOL el problema fue la lógica urbanística que siguieron los planes de ordenación urbanística en las ciudades; por un lado, para cubrir la necesidad habitacional y por otro el valor económico del suelo, pero sin tener en cuenta los riesgos ambientales

"El suelo es un elemento muy capitalizado, y muchas veces los intereses económicos ganan a los ambientales y que tienen la salud humana y de los ecosistemas como interés principal", aseguraba Olazabal. 

El mayor riesgo de la ciudad es que el hormigón y asfalto le quita la permeabilidad a la tierra, esto es, la capacidad del suelo de almacenar humedad y lo que la permite empaparse y absorber grandes cantidades. 

La canalización

Algo que es extremadamente importante en situaciones de sequía en la que la tierra se endurece y, antes de empapar, hace que la corriente corra rápida y furiosa, cauce abajo, buscando una salida. Así es como se provocan las grandes riadas que se han visto en la Comunidad Valenciana.

Gran parte de la Comunidad Valenciana está sobre la Albufera, donde se unen el río Turia y el Júcar. Para construir la ciudad han embovedado y canalizado las corrientes con acequias, tuberías y construcciones de hormigón que cuando llueve mucho se desborda.  

Por eso se recomienda analizar la ubicación de las casas con herramientas como el mapa de MITECO para saber qué riesgo tiene las edificaciones y poder actuar en consonancia con las aseguradoras.

También, la promotora está obligada de informar de los riesgos que están contemplados en la zona de construcción e informar adecuadamente para que el comprador pueda actuar con pleno conocimiento.