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Aunque muchos adviertan en España que el 'tecnooptimismo' no es la solución al cambio climático, lo cierto es que la tecnología invade todos los rincones de la vida en la ciudad. Lo primero que piden los expertos es una modificación en el modo de producción y consumo que permita asegurar los recursos para las generaciones venideras, pero lo cierto es que ahí las innovaciones también juegan un papel muy importante. 

Las tecnologías limpias, también conocidas como las cleantech, son la esperanza del futuro. Son aquellas que, sin estar específicamente relacionadas con el clima, como la tecnología de captura de carbono, ayudan a la descarbonización del clima para conseguir el objetivo del Acuerdo de París, de mantener el calentamiento global por debajo de los 2 °C, idealmente los 1,5 °C.

Bianca Dragomir, impulsora de la iniciativa Cleantech for Iberia, explica en el pódcast Futuro sostenible que estas tecnologías "fundamentales para lograr la neutralidad climática, igual que lo es su escalabilidad". Actualmente, se sabe lo qué pasa y la tecnología que se necesita, pero las barreras están en poder hacerlas a tamaño global. 

Están centradas en el campo de la energía, en la producción y el almacenamiento, pero no solo eso. También incluyen las tecnologías que mejoran la gestión del agua, como las depuradoras o desaladoras, las que ayudan a conservar la biodiversidad, utilizando un GPS en los animales en peligro de extinción, o las que usan los gestores de residuos que favorecen la economía circular. 

"Son hermanas, pero no gemelas", explica Dragomir. Aunque muchas todavía en fase de desarrollo, estas tecnologías pueden tener un coste elevado o parecer que los ahorros que proporcionan no son suficientes para compensar. 

Por ejemplo, el hidrógeno, que está levantando mucho interés como fuente de energía limpia y abundante, y están desarrollando varias plantas, como la de La Robla Green en León, para producir e-metanol e hidrógeno, y ya tiene luz verde.

Pero Drogomir, usa el ejemplo de las placas solares, que hace una década tenían un elevado precio y ahora se pueden instalar hasta en los balcones gracias al avance de la tecnología y la llegada de otros operadores que le proporcionaron competitividad.

Contaminación tecnológica

La sociedad es cada vez más eficiente e intenta conseguir más con menos por medio de la tecnología y a los avances informáticos, pero estos también tienen una huella, no tendría sentido negarlo. 

Eso se refleja en el consumo de energía que tienen los servidores de las grandes tecnológicas, el consumo de agua para su refrigeración o el cambio del uso del suelo que necesitan estas construcciones.  

Esa huella se puede ver claramente en la retransmisión de los grandes eventos deportivos en streaming, como El Clásico, que congregó el récord de 650 millones de espectadores en el mismo evento al mismo tiempo, incluyendo los que lo vieron en directo, en televisión o por Internet.  

Ese impacto es algo que los proveedores de telecomuniciones son conscientes y buscan energía limpia hasta debajo de las piedras, literalmente. Pero al final, el impacto de las cleantech es inferior al de la tecnología convencional; como podría ser la disputa de coches eléctricos contra coches convencionales.

Además, Drogomir recuerda que se está creando un ecosistema de trabajos verdes alrededor de esta tecnología y está marcando la dirección de la industria. Para ella, España, que está en una posición energética aventajada y apostar por la reindustrialización verde.