España puede tener muchos problemas, pero uno de ellos, quizás el más acuciante que para los jóvenes es el acceso a la vivienda. Precios altos, hipotecas imposibles y un ascensor social en el que no todos se pueden subir.
La Fundación Afi Emilio Ontiveros ha publicado el II estudio Demografía, vivienda y brechas de riqueza en el que profundiza en los factores que condicionan los cambios que se están dando en las finanzas de los hogares españoles, atendiendo especialmente la demografía y la vivienda.
Primero, como dice el director de la fundación, Daniel Manzano: "No es posible entender, y mucho menos tratar de anticipar, el comportamiento financiero y no financiero de los hogares sin atender al factor demográfico". Y luego añade: "La vivienda, desde muy diferentes perspectivas, constituye una pieza angular que impacta en la dinámica de los hogares".
Según Manzano: "Buena parte de la riqueza de los hogares se concentra en patrimonio inmobiliario", pero específica que precisamente por eso, la vivienda en propiedad provoca las desigualdades y la acumulación de riqueza en menos manos.
Una segunda parte del estudio analiza el comportamiento demográfico. Actualmente, el mayor peso del crecimiento lo lleva la inmigración. Es el sector que proporciona la gran porción de población en edad de trabajar, se espera que en 50 años cubra el 40% de la población.
Además, se está produciendo un cambio acelerado en la localización de la población hacia los núcleos urbanos, el denominado efecto de 'la España vaciada', que según el estudio está afectando incluso a ciudades y capitales de provincia de tamaño medio.
Aunque no solo por esta razón, este fenómeno lleva a la subida de precio de la vivienda, y aumenta a la acumulación de riqueza en forma de patrimonio inmobiliario. Y con vistas a las previsiones que parecen que seguirán la misma tendencia, se seguirán construyendo más casas en un espacio más reducido. Según las previsiones del estudio, por lo menos cuatro de los cinco millones de personas que se esperan en los próximos 15 años irán a las grandes ciudades.
Casas pequeñas pero nuevas
El parque de viviendas en España tiene una antigüedad en torno a los 40-50 años. Y en ese tiempo las necesidades la población ha cambiado mucho. Por eso, gran parte del las viviendas que hay no pueden cubrir las necesidades actuales.
Así, aunque en las zonas de alta demanda se puede esperar una que una parte opte por la rehabilitación, habrá otro gran trozo de construcción de vivienda nueva, que con la subida de precios de los materiales y la demanda geográfica, llevarán a una subida de precios de la vivienda. Por eso, el estudio advierte de que la oferta tendrá que estar ajustada a las necesidades de los demandantes en cuanto a ubicación y características.
Sin embargo, la vivienda en los últimos años, además de haber sufrido una
importante contracción respecto a la producción previa a la crisis de 2008, ha derivado en compradores con capacidad de inversión y acceso a financiación bancaria.
Esto también lleva un peso elevado de las viviendas de alquiler, especialmente entre la población joven e inmigrante a partir de 2002. En los últimos 20 años se han incorporado cerca de 2 millones de viviendas en alquiler. Y eso que, en muchas ocasiones, el alquiler es superior al coste que tendría la hipoteca en caso de compra.
De acuerdo a las previsiones del estudio, la riqueza acumulada en las generaciones de mayor edad se transmitirá a las siguientes. El estudio estima que cada milenial, la generación nacida entre 1985 y 2000, recibirá una herencia de 250.000 euros, herencia que irá aumentando en las siguientes generaciones, pero también advierte del factor amplificador de la desigualdad hacia los hogares con mayor tenencia de propiedades inmobiliarias.