Uno de los mayores retos de nuestra sociedad es lograr que el desarrollo sea sostenible, justo e inclusivo, avanzando en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la Naciones Unidas.
Desde su publicación en 2015, los ODS son el marco de referencia para la sostenibilidad a nivel internacional. Los Estados miembros de la ONU aprobaron 17 objetivos como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Eso en sí es un gran logro.
Son objetivos difíciles. Hay que escalar y superar una valla muy alta. Para mí es uno de los mensajes principales del foro Liderazgo joven para los ODS: Los nuevos changemakers. Los ODS no se conseguirán espontáneamente, sin esfuerzo.
A la vez, recordemos que no es una tarea sisifea -subir una piedra inútilmente a lo alto de un monte para que vuelva a caer una y otra vez-. Tenemos un objetivo, es cumplible y los resultados serán claramente palpables.
Necesariamente avanzar en los ODS implica cambios de hábitos, de modelo y nuevas formas de entender la economía y el trabajo. Esto no generará tribulaciones, pero muchas cosas tienen que cambiar para que podamos acercarnos a la ambición contenida en estos objetivos.
Los retos no son sólo para los Gobiernos o los parlamentos. Son retos para las personas y las empresas. Son retos que nos interpelan a todos. Y en particular, las empresas tenemos un papel clave para contribuir a las metas fijadas para los objetivos de desarrollo sostenible.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible no se conseguirán espontáneamente, sin esfuerzo
Porque, sin duda, la sostenibilidad debe ser ya una prioridad en todos los ámbitos empresariales. Como todos podemos observar, los Gobiernos y los reguladores están acentuando crecientemente la relevancia de los aspectos ESG a través de la legislación y de los compromisos que deben asumir las empresas.
Los inversores incluyen aspectos ESG en sus decisiones ya de forma sistemática. Las agencias de rating incorporan calificaciones ESG en sus valoraciones, y los analistas las tienen cada vez más en cuenta. Los inversores pagan más por las acciones de compañías líderes en sostenibilidad y las compañías financian su deuda más barata cuanto mejor desempeño ESG tienen.
Para clientes, empleados y la sociedad en general, la sostenibilidad también es una prioridad, aunque a veces no podemos todavía medir esa preocupación en impactos reales. Esto no es un aspecto menor.
Todo se acelerará a medida que se incremente la demanda y el interés por las empresas que no sólo generan valor para sus accionistas, sino también generan bienestar social y medioambiental. Empezamos a ver esa tendencia, pero hay que avanzar más.
La sostenibilidad ha entrado con fuerza en la agenda política nacional y europea, los ojos están en la pelota. A través del Pacto Verde Europeo (el Green Deal), la UE se ha comprometido a lograr la neutralidad climática de aquí a 2050. Para conseguir este objetivo será necesaria una transformación de la sociedad y de la economía europeas.
En España, entre otros ejemplos, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética aprobada el pasado mes de mayo se configura como el instrumento clave para modernizar y transformar nuestro modelo energético.
En este contexto, la exigencia de compromisos en materia de sostenibilidad para las empresas es cada vez mayor. Exigencia que se verá incrementada cuando la nueva directiva de reporte no financiero de la Unión Europea, denominada Corporate Sustainability Reporting Directive (CSRD), vea la luz y se publique el estándar europeo de reporte de sostenibilidad con todos los requisitos que tendremos que cumplir las empresas.
La buena noticia es que, para las empresas, la sostenibilidad no solo supone obligaciones, sino que tiene gran potencial de creación de valor. Existen incentivos positivos, hay inversión con retorno y el trabajo a realizar no es cuestión de munificencia.
Ofrece oportunidades de negocio en sectores que requieren de innovación y tecnología para alcanzar sus objetivos de sostenibilidad, como la eficiencia energética, la economía circular o la movilidad sostenible.
La sostenibilidad ha entrado con fuerza en la agenda política nacional y europea, los ojos están en la pelota
Un buen desempeño en materia de sostenibilidad otorga un posicionamiento diferencial y supone una ventaja competitiva, sobre todo crecientemente en el sector público pero ya en muchos sectores también privados.
Las empresas más sostenibles están mejor posicionadas para atraer y retener talento, sobre todo entre las generaciones más jóvenes que prefieren trabajar en empresas que generan un impacto positivo. Los estudios demuestran que los programas ESG dentro de la empresa contribuyen a ello.
Los inversores también confían más en la capacidad de generar valor de las empresas con un buen desempeño ESG, y les otorgan una prima de valoración del ~10%, según un estudio publicado por consultoras de prestigio. Aquí no hay un galope a lo desconocido.
En este contexto de mayor presión por demostrar un comportamiento sostenible, como ya he dicho anteriormente, los ODS nos aportan a las empresas un marco de referencia para articular nuestras prioridades de actuación. Es un mapa universalmente inteligible.
Por tal como fueron concebidos y formulados, en algunos casos la definición de los ODS requiere cierta traslación a las realidades prácticas de las empresas. Parte del trabajo que desde la empresa debemos hacer es identificar cómo podemos contribuir con nuestras actuaciones de forma concreta a las metas fijadas en los ODS. Dicho trabajo de conceptualización y reflexión estratégica contiene muchas de las claves para que la empresa tenga un impacto social realmente efectivo.
Por todo ello, la sostenibilidad ya no es una adición más a la actividad de la empresa, sino que la dimensión ESG debe formar parte de la estrategia y del propósito de compañía.
Y hablando ya de Indra, nuestro propósito como compañía es contribuir a los ODS a través de la tecnología. En nuestra cocina, la tecnología es el ingrediente principal con el que cocinamos todos los platos.
Indra cuenta con una importante presencia a nivel internacional, con un 48% de las ventas anuales realizadas fuera de España. Sus casi 50.000 profesionales están repartidos en 46 países. Adicionalmente, desarrolla su actividad comercial en más de 140 países, por lo que su compromiso con el desarrollo sostenible tiene un alcance casi global.
Indra es la empresa tecnológica de referencia en el polo industrial español. No obstante, su presencia es también muy relevante en Latinoamérica y Europa. Estas dos geografías concentran la mayor parte de las ventas y empleados de la compañía. A nivel de proveedores, más de un 60% de las compras realizadas por Indra se dan en España.
Nuestro compromiso es contribuir al desarrollo sostenible a través de la tecnología, que es una herramienta fundamental para transformar el mundo. Como parte de su compromiso continuo con la ética y el desarrollo sostenible, así como con los distintos requerimientos de sus grupos de interés, el Consejo de Administración de Indra aprobó en marzo de 2020 una nueva Política de Sostenibilidad.
La nueva Política de Sostenibilidad de Indra se inspira en los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluidos en la Agenda 2030 de la ONU y tiene como objetivo dar respuesta a las expectativas de los grupos de interés y de la sociedad, utilizando para ello los principales estándares internacionales.
Los cuatro compromisos clave de nuestra Política de Sostenibilidad son: fortalecer el modelo de gobierno para un negocio responsable, adoptando las mejores prácticas en gobierno corporativo, persiguiendo el interés social y la sostenibilidad del grupo y cumpliendo con los principios de actuación de nuestro Código Ético, respetando los Derechos Humanos como establece la ONU en sus Principios Rectores de Empresa y Derechos Humanos.
El compromiso de Indra es contribuir al desarrollo sostenible a través de la tecnología, herramienta fundamental para transformar el mundo
Potenciar la tecnología con impacto en el desarrollo sostenible, impulsando el desarrollo de tecnología con impacto en la sostenibilidad, incluyendo criterios sociales y ambientales en el desarrollo de nuestra oferta de productos y servicios.
Combatir el cambio climático y proteger el medio ambiente, minimizando el impacto ambiental de nuestras operaciones y utilizando los recursos de forma racional siguiendo los principios de economía circular. Y reforzar la relación con nuestros grupos de interés, dialogando y compartiendo información de forma fluida y transparente, informando sobre el cumplimiento de los compromisos adquiridos de forma voluntaria.
El impacto de Indra en los ODS se realiza a través de su oferta tecnológica y de la colaboración con sus clientes, un proceso de los tres mosqueteros: todos para uno y uno para todos.
Existen numerosos ejemplos que ilustran cómo la innovación tecnológica de Indra favorece un desarrollo económico más sostenible, y demuestran el fuerte vínculo entre sostenibilidad y digitalización. Promover una movilidad más sostenible, crear tecnología que facilite la transición energética o garantizar la sostenibilidad de las ciudades y núcleos urbanos, por ejemplo, son retos que afrontamos desde Indra, así como contribuir a la transformación digital sostenible, que es otro de nuestros grandes retos.
A través de la digitalización de la administración pública, la industria, la sanidad, la educación y la justicia habilitamos servicios de valor sostenibles para el ciudadano. La protección de las personas, infraestructuras críticas y entorno natural es otra de nuestras prioridades. Y nuestra tecnología es garantía de seguridad para las personas y las infraestructuras críticas.
El impacto de Indra en los ODS se realiza a través de su oferta tecnológica y de la colaboración con sus clientes
La actividad de Indra es transversal a casi todos los ODS, y siempre tiene un elemento común: la innovación. En 2020, hemos realizado una inversión de 265 millones de euro en I+D+i lo que supone el 8,7% sobre ventas, el valor más alto de la compañía en la última década pese a la crisis de la covid-19.
Adicionalmente a nuestros proyectos y soluciones, en Indra asumimos compromisos corporativos ambiciosos en los aspectos clave de la sostenibilidad, como el cambio climático. Nuestro compromiso para contribuir al ODS 13 (acción por el clima) nos ha llevado a fijar unos ambiciosos objetivos de emisiones.
Queremos reducir al 50% nuestras emisiones por consumo energético en 2030, alcanzar las cero emisiones por este concepto en 2040 y extender la descarbonización a toda nuestra cadena de suministro, para ser netamente neutros en carbono en 2050.
También Indra trabaja para impulsar el respeto a los Derechos Humanos en todas las geografías en las que operamos. Trabajamos para facilitar a nivel global un entorno de trabajo que favorezca la integración y desarrollo de todos los empleados, el respeto, la lucha contra toda discriminación, la promoción de la diversidad y la igualdad de oportunidades y la integración de colectivos en riesgo de exclusión
Para finalizar, solo mencionar que todos los esfuerzos que venimos realizando en los últimos tiempos para impulsar la sostenibilidad dentro y fuera de Indra han sido valorados positivamente por los analistas ESG. No solo somos nosotros los que nos evaluamos.
Gracias a todas las iniciativas implementadas, nos enorgullece haber sido reconocidos con la medalla de oro a la sostenibilidad por S&P como segunda mejor compañía de nuestro sector a nivel mundial. Los principales índices de sostenibilidad también han valorado nuestro esfuerzo lo que nos ha permitido situarnos entre los líderes en nuestro sector, y trabajaremos para seguir siendo una empresa de referencia en ESG.
No quiero finalizar mi intervención sin dejar de dar la enhorabuena a EL ESPAÑOL por crear este Foro de encuentro y debate sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible. En Indra creemos firmemente en el poder catalizador que tiene la tecnología para dar respuesta a los retos que tenemos por delante y tenemos el firme compromiso de seguir trabajando para alcanzar las metas de los ODS poniendo todo nuestro talento y nuestra tecnología al servicio de las personas y del planeta.
*** Marc Murtra es presidente de Indra. Este texto reproduce íntegramente su intervención en el foro 'Liderazgo joven para los ODS: Los nuevos changemakers', organizado por EL ESPAÑOL y Fundación "La Caixa" y celebrado ayer martes en el CaixaForum de Madrid.