Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no son una entelequia abstracta, sino que se encarnan en nuestras acciones y objetos cotidianos. Por ejemplo, en la camiseta que suele ponerse en las calurosas tardes de verano.
Y se preguntará: "¿Qué tiene que ver una simple prenda de vestir con los bosques y los criterios ODS?". Tiene mucha relación, comenzando por su propia composición.
Los objetivos 12 (producción y consumo responsable) y ODS 15 (vida de ecosistemas terrestres) se encuentran directamente involucrados en el asunto.
Como veremos, a través de una adecuada gestión forestal, plantaciones sostenibles y cuidado de nuestros árboles, se fabrican prendas con fibras de origen forestal, que promueven la circularidad y la producción textil sostenible.
Es en el ODS 12 en el que más impacto negativo tiene el sector textil según el reciente informe La transformación del sector textil elaborado por la asociación Women Action for Sustainability (WAS) y KPMG.
Somos conscientes del incremento de demanda de los productos textiles en el cómputo global, determinado en gran medida por el crecimiento de las clases medias asiáticas y el fast fashion.
Con ella, también ha aumentado el consumo de fibras sintéticas derivadas del petróleo como el poliéster. Pero también del apreciado algodón, que precisa de 2.700 litros para fabricar una única camiseta, o 10.800 litros para confeccionar un único vaquero.
Sin embargo -y esto es menos conocido-, a través de la gestión forestal sostenible, con las plantaciones controladas de especies como el bambú, el eucalipto, los pinos o las hayas, hoy en día se obtienen tejidos de máxima calidad y medioambientalmente sostenibles.
Ejemplo de ello es el Lyocell, una fibra obtenida de madera de bosques sostenibles. Para su fabricación emplea una tecnología que hace posible la reutilización del 100% del agua, que reduce el consumo mundial de insecticidas en un 16% y en herbicidas en un 7%.
Además, elimina los químicos que necesita el algodón para adquirir el blanco necesario.
En la actualidad, el sector textil es el responsable del 30% de los residuos plásticos en los océano
Los bosques crean ecosistemas sostenibles, embellecen el paisaje y capturan ingentes cantidades de CO₂. Casi la mitad de las emisiones de dióxido de carbono producidas por el hombre a la atmósfera son absorbidas por los sumideros naturales de carbono.
Son los bosques los que retienen ese carbono gracias a la fotosíntesis de los árboles que los habitan y, por supuesto, dan cobijo a una flora y fauna asombrosa.
Debemos cuidarlos y, por eso, hemos sufrido al comprobar -un verano más-, como los bosques del sur de Europa, desde Portugal a Grecia, pasando por España, se cubrían de fuego y devastación. Sintiendo honda tristeza al ver cómo se convertían en cenizas años de vida, de naturaleza, de belleza y de captura de CO₂.
Además, a estas alturas del siglo, somos conocedores de que la deforestación, debido a estos fuegos, a la expansión agrícola y a la degradación de los ecosistemas forestales, constituyen causas importantes del calentamiento global registrado en el último siglo. Representan el 17% de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial.
Por ello, no creo atrevido afirmar que si no se incentiva el cuidado y la gestión de los bosques, será poco probable lograr en el 2030 los objetivos planteados en la estabilización atmosférica de los GEI.
La preservación responsable de los bosques va de concienciación ciudadana y de gestión forestal sostenible
Y si este problema nos preocupa: ¿cómo podemos buscar alternativas más allá del lamento puntual cuando las imágenes azotan nuestra conciencia? ¿Cómo podemos mejorar la productividad de los bosques y optimizar sus recursos? ¿Y cómo fomentamos la circularidad en el sector textil?
Lo haremos siendo conscientes de que la preservación responsable de nuestros bosques no sólo va de concienciación ciudadana, ni de dominación de unos fenómenos adversos, sino de gestión forestal sostenible.
Administrando, planificando y organizando el uso de los bosques, tanto en acciones presentes como futuras, favoreceremos el mantenimiento de la biodiversidad. Pero también de la productividad, y la capacidad de regeneración de los montes, potenciando las diferentes funciones ecológicas, económicas y sociales.
Además, esta gestión, incentiva un sector forestal equilibrado entre la conservación y el aprovechamiento de sus recursos, en el que las certificaciones como las de Forest Stewardship Council (FSC) y la Asociación para la Certificación Española Forestal (PEFC) avalan los estándares más altos de gestión de nuestros bosques y, por ende, de los productos que de los mismos se extraen.
Gracias a la avanzada gestión forestal sostenible, en Europa hemos aumentado la masa forestal en los últimos 20 años, siendo la única región del mundo que lo ha conseguido. Esto nos muestra el saber hacer y el absoluto compromiso de las empresas forestales europeas y las administraciones públicas.
La fibra viscosa es capacez de sustituir el 80% del plástico, lo que contiene cada toallita higiénica que usamos
Basando esta gestión en el impulso de la bioeconomía, esta se convierte en un gran instrumento en la lucha contra la desertización, los incendios forestales y el abandono del medio rural, generando empleo y fijando su población.
Lo que sumado a políticas ambiciosas de I+D+i en la búsqueda de productos sostenibles basados en el ámbito forestal, hoy en día está dando sus frutos.
Así que, si nuestra meta como consumidores textiles es la búsqueda de productos y consumos responsables, así como la protección de los bosques, desterremos de nuestros armarios las prendas realizadas con productos poco sostenibles.
Y potenciemos, por ejemplo, las prendas realizadas con bambú, con la fibra viscosa o el mencionado Lyocell, producidas estas últimas a través de la gestión forestal responsable de plantaciones de eucalipto.
En nuestro país mayoritariamente desconocemos las virtudes del eucalipto. El Ministerio de Transición Ecológica indica en su guía para la estimación de Absorciones de Dióxido de carbono, que el Eucalyptus Globulus y el Eucaliptus Camaldulensis son las especies que más absorciones unitarias de CO₂ producen.
Para fabricar la fibra de Lyocell se emplea una tecnología que hace posible la reutilización del 100% del agua
En la actualidad, el sector textil es el responsable del 30% de los residuos plásticos en los océanos. Por lo que debemos ser ambiciosos en la sustitución de este plástico por los productos realizados con fibra viscosa, capaces de sustituir el 80% de plástico -lo que contiene cada toallita higiénica que usamos-.
Además, esta fibra tiene la increíble capacidad de diluirse -como base celulósica que es -, simplemente en contacto con el agua, eliminando los atascos en los colectores de nuestras ciudades.
Todo camino comienza con un primer paso. La elección de la camiseta que llevamos puesta, puede significar bosques sostenibles, mayor captura de CO₂, disminución de plásticos en los océanos y más eficacia contra incendios forestales.
Pero también, la importante disminución de insecticidas y herbicidas, oportunidades laborales y económicas en el ámbito rural y un medio ambiente mejor para todos.
*** Gema Díaz Real es Consejera Independiente y expresidenta de Sniace.