Ceuta es un lugar de oportunidades por su ubicación geográfica, por su idiosincrasia, porque siempre ha sido un cruce de caminos, y un lugar de encuentro de diferentes religiones, culturas y sensibilidades.
Esta mezcolanza y el espíritu emprendedor de sus habitantes, nos da el empuje necesario para afrontar uno de los momentos más complicados y difíciles de la historia reciente de nuestra ciudad y de nuestro país.
La economía de nuestra ciudad ha pivotado, en las últimas décadas, sobre el tránsito de personas, bienes y servicios entre Marruecos y España a través de la frontera del Tarajal. Y sobre una fuerte presencia de las Administraciones públicas.
En la actualidad, la ciudad autónoma de Ceuta es la principal empleadora de todas las empresas ubicadas e instaladas aquí.
La actual situación de pandemia originada por la covid-19, sumada al colapso fronterizo que venimos padeciendo en los últimos años, han puesto de relieve que debemos cambiar nuestra estructura económica y nuestro tejido productivo y someternos, urgentemente, a una reconversión empresarial.
La historia está llena de momentos en los que las cosas se tienen que poner muy mal para que se encuentre la verdadera raíz del problema, en los que las crisis se convierten en una oportunidad para salir más reforzados y sólidos. En los que de la necesidad se hace virtud.
Estamos en uno de esos momentos. Por eso, el ánimo de la sociedad ceutí en su conjunto debe estar impregnado de empeño, confianza, ilusión y esperanza.
La crisis, por sus graves consecuencias y muchas implicaciones –y por lo que pone en riesgo–, nos sitúa en una encrucijada de la que depende el futuro. Ceuta debe apostar por un modelo alternativo, en el que nuestra economía no dependa de Marruecos y donde la frontera funcione como tal, de manera eficaz para contener la inmigración irregular.
Es decir, un modelo económico y de ciudad basado en más España y más Europa.
El ánimo de la sociedad ceutí en su conjunto debe estar impregnado de empeño, confianza, ilusión y esperanza
Se deben establecer planes sectoriales, a medio plazo, para compensar la pérdida en el Producto Interior Bruto causada por la brusca caída de la actividad comercial con el vecino país y la nueva situación surgida tras la pandemia.
Dichas estrategias deben contribuir al desarrollo de una actividad económica sostenible y sólida que no dependa de decisiones de terceros no compatibles con los intereses de Ceuta y España.
Los programas de desarrollo sectorial deben suponer la reactivación del comercio, la mejora de la conectividad con la península, el fomento de la actividad turística, el desarrollo portuario, el incremento de la presencia de las administraciones y la implantación de proyectos de base tecnológica y digital al amparo del Régimen Económico y Fiscal especial de Ceuta.
En definitiva, nos encontramos en una situación límite. No obstante, entre todos y contando con el apoyo imprescindible de quien puede y debe darlo, podemos convertirla en una oportunidad.
Y, haciendo de la necesidad virtud, resolver los problemas y déficits estructurales y, al mismo tiempo, sentar las bases de un nuevo modelo económico para nuestra ciudad más sólido, estable y seguro, que no dependa de decisiones que puedan tomarse al otro lado de la frontera.
Una oportunidad que, partiendo de considerar que la única manera de salir airoso de la actual encrucijada es elegir la senda de más España y más Europa, se sustente en una estrategia definida, realista y viable, que contemple, al menos, los siguientes ejes prioritarios:
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Establecer un paquete de medidas de apoyo al comercio para paliar los efectos de la crisis. Mejorar la competitividad y, de esta forma, aumentar su capacidad para fidelizar el consumo local y atraer demanda externa. Y favorecer, al mismo tiempo, su acceso a nuevos mercados y formatos.
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Ayudar a las personas y empresas directamente afectadas por la brusca caída de la actividad comercial y, al mismo tiempo, promover la inserción laboral de quienes, como consecuencia de la misma, han perdido su puesto de trabajo.
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Señalar las medidas que deberían ser adoptadas para dinamizar los sectores con potencial de crecimiento, así como las que sean necesarias para favorecer el desarrollo endógeno, es decir que las rentas que Ceuta genera se traduzca en oportunidades de ocupación y empleo para quienes en nuestra ciudad residen (trabajadores y empresas).
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Realizar el esfuerzo que sea preciso y adoptar las medidas adecuadas para lograr una frontera segura, moderna y bien dotada, que parezca lo que es, una de las dos fronteras terrestres de Europa en África, y que funcione como tal, de manera eficaz y sin excepciones a las normas establecidas con carácter general para el tránsito de personas y mercancías en las fronteras exteriores de la UE.
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Afrontar la problemática de los menores extranjeros no acompañados como un asunto de inmigración y de alcance nacional, teniendo en cuenta, en particular, las peculiaridades que en nuestras dos ciudades autónomas concurren por razón del singular hecho fronterizo.
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Garantizar, mediante ley, las ayudas que la ciudad recibe de la Administración general del Estado para cubrir necesidades y déficits estructurales.
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Potenciar la presencia del Estado en nuestra ciudad y, en consecuencia, llevar a cabo las inversiones, dotación de recursos y cualesquiera otras medidas sean precisas para cubrir las carencias existentes en las áreas de defensa, seguridad, sanidad, educación, justicia e instituciones penitenciarias, entre otras. Todo ello con el objeto de cumplir con una triple finalidad: garantizar unos niveles de calidad en los correspondientes servicios equiparables a los del resto de España; servir de yacimiento para la generación de renta y empleo; y poner de manifiesto la presencia vigorosa del Estado en nuestra ciudad.
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Favorecer unas comunicaciones con la península, y con el resto de España, de calidad y asequibles para todos, tanto para los residentes en nuestra ciudad como para quienes nos visiten.
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Profundizar en la mejora del Régimen Económico y Fiscal especial, con la intención de aumentar, hasta donde la ley permita, su capacidad para incentivar la residencia y la localización empresarial.
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Fijar una posición definitiva acerca de la posible integración de Ceuta en la Unión Aduanera común y Schengen.
***Kissy Chandiramani es consejera de Economía, Hacienda y Función Pública.