Nos encontramos en un momento excepcional, en el que tenemos una gran oportunidad para impulsar políticas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía que den respuesta no solo a la situación generada por la pandemia, sino también a la lucha contra el cambio climático, a la movilidad sostenible, al impulso de la economía circular y al equilibrio territorial.
Es decir, políticas que diseñen ciudades sostenibles, seguras, resilientes e inclusivas.
La situación de crisis provocada por el coronavirus ha puesto de manifiesto algunas deficiencias de nuestras ciudades, a la vez que ha provocado importantes cambios en el uso de los espacios públicos, del transporte, de los lugares de ocio… lo que nos obliga a diseñar nuevas ciudades.
Para ello, es necesario que las distintas Administraciones públicas trabajen de manera coordinada, en colaboración con el sector privado y con la ciudadanía, buscando soluciones que permitan dar respuesta a las nuevas necesidades.
El modelo de reconstrucción de nuestras ciudades debe estar alineado con los principios del Pacto Verde Europeo: energía limpia, eficiencia energética, movilidad sostenible, economía circular, incremento de la biodiversidad, eliminación de la contaminación y lucha contra el cambio climático.
Los ayuntamientos llevan muchos años impulsando distintas políticas acordes con estos principios. Ahora, se puede contar con una herramienta que nos permitirá diseñar las ciudades que necesitamos de manera coordinada: la agenda urbana.
Muchas ciudades están trabajando ya en su propia agenda, diseñando planes de acción que permitan integrar y coordinar los principios del Pacto Verde, que se podrán aplicar con los fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Es prioritario seguir impulsando un modelo urbano compacto, complejo y razonablemente denso, con ciudades bien planificadas, equipadas, conectadas entre sí, seguras, saludables, inclusivas y resilientes. Ciudades en las que la ciudadanía sea protagonista, ciudades más humanas.
El modelo de reconstrucción de nuestras ciudades debe estar alineado con los principios del Pacto Verde Europeo
Sin duda, hay que seguir apostando por el modelo de ciudad mediterránea, fomentando la regeneración urbana y garantizando la accesibilidad para toda la ciudadanía. Pero también mejorando la calidad de los espacios públicos, aplicando estrategias de renaturalización y actuaciones de verde urbano.
Otro de los grandes retos que hay que afrontar, y sobre ello son conscientes los gobiernos locales, es la mejora del parque edificado: hay que apostar por reducir considerablemente el consumo energético, así como la dependencia de combustibles fósiles.
Para ello, hay que promover la rehabilitación integral de los edificios, mejorando su eficiencia energética e impulsando las energías renovables y el autoconsumo, reduciendo así la dependencia energética.
Asimismo, las ciudades están impulsando la movilidad sostenible, apostando por una ciudad de proximidad y reduciendo la presencia del vehículo privado, fomentando el uso de la bicicleta y ampliando los espacios disponibles para el peatón.
Y a la vez, promoviendo el uso del transporte público y mejorando su calidad, mediante programas de fomento de las energías renovables y disminución de la utilización de combustibles fósiles.
El reto de hacer frente al cambio climático requiere una apuesta decidida por la descarbonización de las ciudades. Para ello, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) cuenta con la Red Española de Ciudades por el Clima, que aglutina a 358 ciudades y que representan a más de 31 millones de habitantes.
Hay que promover la rehabilitación integral de los edificios, mejorando su eficiencia energética e impulsando las energías renovables
Desde esta red, se trabaja para prevenir y reducir el impacto del cambio climático, potenciando políticas para disminuir la contaminación atmosférica y las emisiones de CO₂, conforme a los objetivos del Acuerdo de París.
Se trata, en definitiva, de apostar por ciudades más verdes, menos congestionadas por la movilidad motorizada, con más espacios de disfrute para el peatón y con una mejor calidad del aire.
Las ciudades tendrán un papel importante en el desarrollo del nuevo modelo económico que está impulsando la Unión Europea a través de su paquete de medidas para el impulso de la economía circular.
Quiero poner en valor la Declaración de Sevilla sobre Economía Circular, que fue aprobada en marzo de hace cuatro años. Ha sido ratificada por más de 230 ciudades y representan aproximadamente a 20 millones de habitantes, con el objetivo de abrir un debate en los plenos de las entidades locales para favorecer una Europa ecológica, circular y competitiva.
Un modelo de ciudad más sostenible solo será posible si se cambia de estrategia para competir. Es decir, si se persigue a la vez un modelo que contribuya a democratizarla avanzando en los procesos de decisión colectiva. Tenemos un gran desafío por delante, hagámoslo posible.
*** Susana Sumelzo es miembro del Congreso de los Diputados, presidenta de la Comisión Mixta UE y miembro de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.