Si todavía no has incluido los Objetivos de Desarrollo Sostenible en tu estrategia empresarial, tengo una mala noticia: llegas tarde. Hace seis años, en septiembre de 2015, los Estados Miembros de las Naciones Unidas aprobaron 17 objetivos para terminar con la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de la humanidad.
Estos puntos forman parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y representan un nuevo esfuerzo tras los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), unas metas definidas en el 2000, cuyo alcance, previsto para 15 años más tarde, fue desigual e insuficiente.
Pero ahora, en una era totalmente distinta, nos encontramos en una situación que dista mucho de la de aquellos años, y en la que contamos con una gran aliada que antes no era esencial, pero ahora será sin duda la clave para el cumplimiento de estos nuevos objetivos: la tecnología.
Desde aquellos años de comienzo de milenio hasta ahora han ocurrido varios sucesos que han modificado por completo nuestro compromiso social como individuos y como empresas.
La pandemia de la covid 19 -especialmente- ha dejado al descubierto dos asuntos que se venían asimilando de una forma muy paulatina. Por un lado, no podemos seguir haciendo las cosas como hasta ahora en materia de sostenibilidad medioambiental y social. Y por otro, la tecnología es el vector que posibilita y acelera el avance en la dirección correcta para hacerlo.
El desarrollo digital es la gran diferencia, que sin duda tenemos que aprovechar, entre los ODS y los ODM.
La sociedad ya está demandando que, desde las empresas, las preocupaciones sean otras, y que entre los objetivos no se encuentre la rentabilidad económica exclusivamente, sino también un impacto social y medioambiental positivo.
Desde el mundo empresarial ya se está tomando un grado de conciencia muy profundo respecto a esto, un compromiso empresarial que en el año 2000 no era tan fuerte.
La tecnología como vértice
Si algo tienen en común estos 17 objetivos es que todos pueden implementarse de una forma más eficiente e igualitaria a través de la tecnología, que funciona como vértice en cada una de las líneas de actuación de los ODS.
El desarrollo digital es la gran diferencia, que sin duda tenemos que aprovechar, entre los ODS y los ODM
Suelo hablar a menudo de la universalización de la digitalización, para mí el concepto clave para avanzar en la consecución de estos objetivos. Si nuestra meta es alcanzar un panorama empresarial y, en general, una sociedad más sostenible y sostenida en el tiempo, la universalización de la digitalización posibilita el acceso igualitario a la información y tecnología en cualquier rincón del mundo. Y como consecuencia, es el gran aliado cuando hablamos de los ODS.
La cultura del dato es otra de las vías para impulsar el cumplimiento de estos objetivos. Disponer de una buena recopilación de datos, analizarlos y utilizarlos para medir y monitorizar información nos ayuda a la hora de obtener resultados más eficientes y tomar mejores decisiones.
Lo hemos comprobado durante la crisis de la covid 19, en el entorno de la salud, donde el data science ha sido clave en la rápida investigación y creación de vacunas y prevención de nuevas pandemias.
La tecnología también es el eje principal a la hora de desarrollar nuevos modelos de negocio que ayudan en el cumplimiento de los ODS, generando desarrollo y riqueza a nivel global.
Lo vemos en las plataformas de uso compartido de transporte, de venta de artículos de segunda mano o de alimentos a punto de caducar o en todas las posibilidades que ofrecen las smart cities.
La universalización de la digitalización posibilita el acceso igualitario a la tecnología en cualquier rincón de nuestro planeta
También lo vemos en las aplicaciones de monitorización, que ayudan a mejorar las producciones agrícolas, a controlar el consumo de electricidad, el despilfarro de agua en el hogar y en el uso de drones para la prevención de incendios. Todos estos negocios, cada vez más numerosos, influyen directamente en los siete objetivos relacionados con la sostenibilidad.
También la tecnología es protagonista en la creación de nuevos servicios y productos adaptados a las necesidades y condiciones de todos los miembros de la sociedad e incidiendo directamente en el objetivo de reducir las desigualdades.
Lo vemos en los dispositivos que facilitan las tareas diarias a personas con discapacidad, en las nuevas opciones de financiación como el crowdfunding, que arroja esperanza a cualquier emprendedor. Pero también en la posibilidad de estudiar o trabajar de forma online, por ejemplo, facilitando la conciliación con las situaciones personales de cada uno.
Como digo al principio de estas líneas, la tecnología es el vértice de actuación y, como tal, ha de ser el medio, no un fin en sí mismo. Como individuos que forman parte de la sociedad y también como profesionales desde nuestras empresas, tenemos la oportunidad de hacer uso de la tecnología para alcanzar estos objetivos de una forma más eficiente y sostenida en el tiempo.
En 2030 podremos tener un mundo mejor. El compromiso y los medios existen, solo tenemos que seguir trabajando en ello decididamente. El mundo que le dejemos a las futuras generaciones está en juego
*** Gianni Cecchin es CEO de Verne Technology Group.