En 2022 arranca el primer año del Decenio Internacional para las Lenguas Indígenas (2022-2032). Se trata de una conmemoración declarada por las Naciones Unidas para dar visibilidad a la situación en la que se encuentran las miles de lenguas indígenas en el mundo que están en peligro de enmudecerse y, con ellas, su universo de conocimientos ancestrales y entendimiento de la vida. El decenio pretende también actuar de forma concreta para que éstas se revitalicen y se difundan y así poder salvaguardar ese valor incalculable que constituyen para la humanidad.
Según estudios recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el mundo existen 476 millones de indígenas en más de 90 países, representando el 6% de la población mundial. América Latina y el Caribe alberga a su vez 54,8 millones de indígenas que, aunque en términos absolutos no represente la región con mayor población indígena en el mundo, en términos relativos congrega al 8,5% de la población total de la región.
Es decir, prácticamente uno de cada 10 latinoamericanos se consideraría perteneciente a un pueblo originario. Esta es una realidad variable dependiendo del país pues en Bolivia, por ejemplo, el porcentaje de población indígena es de 62,2% y en El Salvador es de 0,2%, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Existe una gran heterogeneidad en la región, tanto en los porcentajes sobre la población total como en la cantidad de diferentes pueblos indígenas en un sólo país. Sin embargo, todos los Estados de América Latina han reconocido plenamente los derechos de los pueblos indígenas, gracias particularmente al empuje de organismos de las Naciones Unidas como la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (OACDH), la OIT, la Unesco, entre otras, que han velado y siguen trabajando por la protección y promoción de sus derechos.
Pese a este reconocimiento, los pueblos indígenas se encuentran todavía en situación de vulnerabilidad, especialmente económica, y queda lejos el reto de conseguir sociedades realmente multiculturales, inclusivas y equitativas y donde no se les discrimine.
"Según la ONU, cada dos semanas se pierde una lengua en el mundo"
Uno de los elementos donde se hace más evidente esa discriminación, y a su vez, uno de las más importantes y determinantes para los pueblos indígenas es su lengua. Desde ella se transmiten de generación en generación conocimientos, tradiciones, vínculos con la tierra y el entorno natural, cosmología, relaciones entre la comunidad, quehaceres, vivencias, espiritualidad y,en definitiva, su propia identidad como pueblo y como individuo perteneciente a este.
A pesar de la gran relevancia que tienen las lenguas indígenas, según la ONU cada dos semanas se pierde una lengua en el mundo. Actualmente en América Latina se hablan 522 lenguas indígenas y de estas un 26 % está en peligro de desaparición. Además, uno de cada cinco pueblos indígenas en la región habría ya perdido su idioma. Se alerta también de que para inicio del siglo próximo la mitad de los idiomas del mundo se habrán extinguido, según informa el Banco Mundial.
Ante este alarmante panorama, la comunidad internacional decidió dar visibilidad a esta realidad. La proclamación del Año Internacional de las Lenguas Indígenas en el 2019 fue un buen ejemplo de ello. Posteriormente, a finales de ese mismo año, la Asamblea General de la ONU adoptó una resolución en la que se proclamaba el decenio 2022-2032 como el Decenio de las Lenguas Indígenas, donde los propios pueblos originarios toman un papel central.
Paralelamente en Iberoamérica también se ha cristalizado el compromiso de los Estados hacia sus pueblos indígenas y sus lenguas. Durante la última Cumbre Iberoamericana de jefes de Estado y Gobierno a inicios del 2021 en Andorra, donde se reunieron los 22 países que engloban la región, se acordó crear el Instituto Iberoamericano de Lenguas Indígenas bajo el liderazgo de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) junto al Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe (FILAC) y la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB).
"El cambio climático es considerado como una amenaza para la preservación de los pueblos indígenas y sus lenguas"
Su principal objetivo es la conservación y desarrollo de las lenguas indígenas de la región a través del diseño e implementación de políticas lingüísticas y culturales para el fomento de su uso, promoción y preservación. Es un respaldo al compromiso de la región Iberoamericana para la consecución de los objetivos del Decenio de las Lenguas Indígenas en el mundo.
Y es que, sin duda, Iberoamérica, caracterizada por esa extensa diversidad cultural y lingüística, tiene un valioso patrimonio que hay que preservar y fomentar. Una manera indiscutible para esa preservación pasa por el principal instrumento de inclusión: la educación multilingüe.
Esta vía es probablemente la más certera para asegurar el conocimiento, preservación y uso de las lenguas indígenas y al mismo tiempoe garantiza la no discriminación hacia los pueblos indígenas. El papel de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) desempeñan un papel central para el proceso del aprendizaje y a su vez pueden ser un instrumento de preservación de las lenguas indígenas.
Un elemento relevante es el aporte de las lenguas indígenas al desarrollo sostenible, particularmente, en lo que se refiere a la gran diversidad biológica y sus conocimientos ancestrales relacionados con el entorno natural en el que viven. Por otra parte, el cambio climático es considerado como una amenaza para la preservación de los pueblos indígenas y sus lenguas, ya que al ser las lenguas, el resultado del entorno natural, al verse alterado por los cambios medioambientales, repercute irremediablemente en su lengua y su cultura. Es, por tanto, primordial poyar a los pueblos originarios a través de políticas lingüísticas y culturales, para que sus lenguas sigan vivas pese a estas adversidades.
"La perspectiva de género no puede ser obviada en este Decenio de las Lenguas Indígenas"
El papel de la mujer indígena iberoamericana en la preservación, fomento, uso y enseñanza de las lenguas es también fundamental. Su participación en la defensa de los derechos de los pueblos indígenas, y por ende de sus lenguas, ha de ser visibilizada y también hay que darle espacios y empoderarla para que sea partícipe en estas labores. La perspectiva de género no puede ser obviada en este Decenio de las Lenguas Indígenas.
El próximo 11 de febrero en La Paz, Bolivia, se marcará el inicio de las acciones del instituto y se inaugurarán oficialmente sus actividades. Estas serán sin duda un marco perfecto para poder desarrollar una cooperación Sur-Sur en Iberoamérica donde los países de la región puedan aportar sus mejores prácticas, compartir experiencias y unir esfuerzos para conseguir que para el 2032 podamos felicitarnos de que las lenguas indígenas siguen aún no solo vivas y en uso, sino que han podido contribuir para la mejora de las sociedades de toda nuestra región.
*** Andrés Delich es Secretario General Adjunto de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI)