El pasado 21 de junio se firmó en Madrid el Manifiesto a favor de la empleabilidad de las personas jóvenes en situación de vulnerabilidad, suscrito por la Asociación Española de Escuelas de Segunda Oportunidad, junto con agentes del mundo empresarial, representados por Orange, Danone, L’Oreal y Securitas Direct.
La Red Española de Escuelas de Segunda Oportunidad representa a 43 Escuelas acreditadas en nueve comunidades autónomas diferentes, que atienden anualmente a casi 8.000 jóvenes en situación de vulnerabilidad que han tenido dificultades en su recorrido académico ordinario y continúan teniéndolas para obtener una cualificación, o presentan riesgo de exclusión social y/o laboral.
Este modelo pedagógico innovador, caracterizado por el trabajo en red, está basado en la adaptación del itinerario a las necesidades de cada persona, un refuerzo en competencias básicas y laborales, experiencias prácticas en el mundo empresarial y un apoyo en demandas sociales con una especial atención a los más vulnerables.
El manifiesto firmado pretende ser una llamada de atención a toda la sociedad en general y al mundo empresarial en particular, de la importancia y urgencia de tejer alianzas que nos permitan, como sociedad, darnos la segunda oportunidad de recuperar a los y las jóvenes que han sido excluidos del mundo del empleo y de la formación.
Estas alianzas, en consonancia con el ODS 17 de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, nos permiten construir una sociedad y un modelo donde todos somos necesarios y donde el trabajo en alianza nos impulsa a reconocernos como complementarios y multiplicadores en nuestros esfuerzos.
Las altas tasas de abandono escolar temprano y de desempleo juvenil nos deben hacer reflexionar sobre las enormes dificultades que los jóvenes encuentran en nuestro país para acceder al mundo del empleo, o simplemente para poder terminar con éxito el proceso de escolarización básica y obligatoria.
Nuestros indicadores difieren significativamente, a peor, de los valores medios de los países que nos rodean y, por ello, el trabajo colaborativo de todos los agentes sociales se muestra indispensable para poder ofrecer nuevas y alternativas oportunidades para los jóvenes en vulnerabilidad.
Los y las jóvenes de las Escuelas de Segunda Oportunidad atesoran una cantidad enorme de talento y capacidad. Lo único que los distingue es haber vivido circunstancias que han provocado unas menores oportunidades de éxito.
Quizá, precisamente por eso, nuestra mayor labor como sociedad es repartir entre todas las personas las oportunidades disponibles y, si no las hay, crear de manera innovadora y colaborativa un ambiente que permita que todos los jóvenes puedan tener la oportunidad que necesitan.
Un discurso "tranquilizador"
A menudo, podemos escuchar en nuestra sociedad discursos que culpabilizan directamente a los jóvenes de su situación, intentando hacernos creer que ellos mismos no quieren “aprovechar” las oportunidades, o que no muestran el suficiente esfuerzo en su futuro. En cierta manera, puede tratarse de un discurso “tranquilizador” para la sociedad en general que carga las tintas del fracaso, precisamente, en el más débil o el que menos oportunidades tiene de defenderse.
Sin embargo, la experiencia de la Red de Escuelas de Segunda Oportunidad en España es que más del 65% de los jóvenes que siguen los procesos formativos y de inclusión acaba teniendo éxito en los mismos, bien a través de la inclusión en el mundo del empleo, o bien desde el retorno a la formación reglada o no reglada.
No son deseos, son datos y cifras que avalan la propuesta flexible y personalizada de nuestra Escuelas, y que ponen en valor cómo cualquier joven, por más adversas que hayan sido sus circunstancias, si percibe que su proceso educativo y social es importante y puede tener éxito, luchará con todas sus fuerzas por conseguirlo. No es cuestión de talento, es cuestión de oportunidad y motivación.
Y, en este escenario, el mundo de la empresa constituye un agente fundamental en los procesos educativos y sociales que hacen las escuelas de segunda oportunidad en España. La empresa no solo es la proveedora de una oportunidad laboral o de prácticas (que ya de por sí, sería más que destacable), sino que constituye, de manera inequívoca, el lugar privilegiado de la inclusión y socialización del joven en vulnerabilidad.
La dignidad que confiere el trabajo, la autonomía personal que provee la remuneración económica, y la red social y profesional que aporta a una persona su ocupación laboral, hacen que el acceso al mundo del trabajo sea la auténtica puerta de entrada a la inclusión de la persona.
“¡Apostemos por el talento joven!”, afirma el manifiesto publicado en uno de sus puntos. Y yo lo reitero desde este artículo. Es hora de pensar que no podemos permitirnos una sociedad donde el talento de los jóvenes sea desaprovechado o directamente ignorado. Necesitamos de todos y de todas, y no deberíamos aceptar ni siquiera un mínimo porcentaje de vidas jóvenes en los márgenes de la sociedad.
En mi opinión, tenemos delimitado el problema, y hemos probado con éxito algunas de las soluciones. ¡Empecemos a trabajar!
*** Ignacio Vázquez de la Torre Prieto es presidente de la Asociación Española de Escuelas de Segunda Oportunidad