El ODS 17 —Alianzas para lograr los objetivos—, nos recuerda que “Los ODS solo se pueden conseguir con asociaciones mundiales sólidas y cooperación”. En consecuencia, la información se hace aún más necesaria. La colaboración entre diferentes actores precisa de reglas claras con las que todos sepamos qué es lo que podemos esperar de los demás y cuál debe ser nuestra contribución.
La Unión Europea ya definió el nivel de ambición en el Pacto Verde. Ahora, con esta Directiva sobre la Información, se avanza en la definición de los elementos que nos deben permitir llegar a ser “una economía moderna, eficiente en el uso de los recursos y competitiva, sin emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050”.
El mundo en el que nos movemos necesita el compromiso con un desarrollo sostenible más que nunca. Ya no es cuestión de futuro: es cuestión de presente. Las empresas de componentes de automoción tenemos mucho que decir al respecto y la obligación de tener las líneas de actuación de ESG alineadas con la estrategia empresarial y los ODS de las Naciones Unidas.
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El sector de la automoción refleja bien los cambios profundos que se están viviendo en la industria impulsando el desarrollo tecnológico y la innovación, así como el consumo eficiente de los recursos naturales. La electrificación es probablemente la cara más visible y conocida de esta transformación, pero en realidad es solo una parte de un proceso que va mucho más allá.
Las plantas manufactureras de vehículos y de componentes llevan años inmersas en profundos proyectos altamente innovadores y menos conocidos que la electrificación. La utilización de 5G en las plantas de producción, automatización y robotización de las cadenas o la eficiencia energética forman parte, en la actualidad, de la realidad en la producción del sector de la automoción.
En este escenario de transición y transformación, se hace aún más necesario el correcto flujo de materiales. En 2016, la Unión Europea produjo 2.600 millones de toneladas de residuos. Los cambios de tecnología en nuestras soluciones de movilidad llevan acompañada una reducción y gestión sostenible de residuos.
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Desde la UE, se impulsan iniciativas de Economía Circular, como la mejor manera de evitar este efecto insostenible, asociado a la renovación de nuestros vehículos. Según la definición de la UE, “La economía circular es un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende”.
En Gestamp, la economía circular ha estado presente desde el inicio de nuestra actividad. El asegurar el correcto reciclado de los materiales, y principalmente metales, durante todo nuestro proceso productivo, ha sido uno de los pilares de nuestra gestión responsable. Esto ha conllevado una relación muy estrecha con diferentes actores a lo largo de toda la cadena (o mejor dicho, red) de valor.
Confianza y colaboración para cumplir los ODS
Iniciativas como esta Directiva sobre información corporativa en materia de sostenibilidad (CRSD), refuerzan la posición de liderazgo en ESG de la industria europea y nos ayudan a mejorar el entorno de colaboración. Proporcionar la correcta información es imprescindible para aumentar la confianza entre las diferentes partes implicadas ("stakeholders").
Pero queda aún mucho camino por recorrer. En este sentido, merece la pena abordar la realidad de la producción industrial desde una perspectiva integral. Solo de esta forma es posible desarrollar un modelo productivo que sea rentable y sostenible en el tiempo, tomando como palanca la innovación. Este equilibrio solo se alcanza si la optimización de procesos y el aprovechamiento de materias primas forman parte de todo el proceso de producción.
Estamos cambiando nuestra manera de producir y consumir energía, avanzando hacia la descarbonización. El siguiente paso, debe ser introducir los cambios necesarios en la gestión de las materias primas. En este escenario, la economía circular es un elemento clave para seguir avanzando hacia un escenario sin emisiones netas de gases de efecto invernadero.
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Los cambios, la incertidumbre y los retos actuales dibujan una realidad emocionante y también retadora, que va a requerir de cada uno de nosotros esfuerzo, compromiso, altura de miras y una visión de futuro. El conjunto de la industria en general, y el sector de la automoción en particular, tienen ante sí enormes desafíos, pero también la oportunidad de asistir y contribuir de forma activa y rotunda a un cambio histórico en la forma en la que producimos nuestros productos.
Para ello, como ha ocurrido en el pasado, tendremos que seguir innovando, mirando las cosas de una forma distinta y también adaptarnos a un mundo que está aunando esfuerzos para hacer posible un futuro más sostenible para todos.
La transformación de la movilidad, a la que ya estamos asistiendo, va a suponer un hito a nivel económico, medioambiental y social. El sector tiene la capacidad innovadora, humana y técnica para convertirse en un ejemplo a seguir como un modelo de industria que ha sido capaz de evolucionar totalmente todo su negocio para dar respuesta a las necesidades de todo el entorno, con un estricto cumplimiento normativo y enfocados hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
***Ernesto Barceló Rodriguez es director corporativo de ESG Gestamp.