La tecnología es para todo el mundo. Toca y afecta la vida de las personas y, cuanto más evoluciona, más impacto tiene en nuestras vidas. ¿No es cierto que, si la tecnología es para todos, deberíamos ser más inclusivos en la manera en la que vemos el futuro y a la gente que vemos en él? La diversidad nos ayuda a crear valor, la innovación nos ayuda a crear desarrollo sostenible, la transformación digital nos ayuda a evolucionar. Todo eso representa la tecnología.
La industria tecnológica se ha situado siempre a la vanguardia del cambio. Ha sido pionera en el desarrollo de la inteligencia artificial, de la industria, de la ciberseguridad, el internet de las cosas, y un larguísimo etcétera. Gracias a la tecnología conseguiremos el desarrollo energético, reducir nuestro impacto en el medio ambiente y, sobre todo, tener igualdad y equidad.
El ecosistema IT es el que se mueve más rápido y el que más impacta en la vida de las personas y para ello atrae a las personas que quieren ser parte del cambio y que ayudan a que estos cambios se produzcan.
Las mujeres, por regla general, tienen una representación menor en el mundo de la tecnología. Por tanto, es una necesidad imperiosa potenciar el talento femenino y generar modelos a seguir que ayuden a que las mujeres, desde niñas, nos podamos ver representadas y podamos anhelar ese espacio que nos pertenece (en potencia) a todos.
Los cambios se tienen que realizar a todos los niveles, desde pequeñas, en el colegio; en los ambientes de trabajo; en la sociedad. Hay que involucrar a las mujeres y apostar por ellas en el medio y largo plazo para crear esos modelos a seguir que todavía hacen tanta falta.
No hay tantas mujeres en la cadena más alta de mando porque no hay tantas mujeres desde el inicio. Cuanto más se fomente el talento femenino, cuantas más mujeres haya, más espacio crearán para aquellas que vienen detrás. Las empresas tienen la responsabilidad de crear planes de carrera para fomentar la diversidad (no sólo de género) y crear así la infraestructura necesaria para conseguir la equidad e igualdad.
Cuando entras en una clase o en un puesto de trabajo donde, por las circunstancias que sea, eres minoría, tu primer instinto es intentar fundirte con el ambiente, pasar desapercibida y es difícil dar ese paso adelante para intentar formar parte del cambio. Sin embargo, la clave para conseguir este cambio es el esfuerzo conjunto.
Todos tenemos que abogar por el cambio, mujeres y hombres por igual tienen que poner las cartas encima de la mesa y ser parte activa de este, porque la clave es hacerlo juntos. Una vez tienes el apoyo de la gente que te rodea, te sientes valorada y ves que hay un camino en frente de ti, te das permiso a ti misma para ser auténtica, y eso te da fuerza para apoyar y compartir la experiencia con los demás.
Yo he tenido la inmensa suerte de trabajar en una empresa como Dynatrace donde he tenido muchísimo apoyo, no sólo femenino, y eso se nota. He tenido grandes mentores y mentoras que me han inspirado y me han ayudado a estar donde estoy a día de hoy.
La industria tecnológica es un sector que recibe la diversidad y la igualdad con los brazos abiertos, y en su papel de revolucionaria de la sociedad siempre ha sido más abierta y una catalizadora del cambio.
Se necesitan empresas que crean en la contratación por potencial y por talento, en el medio y el largo plazo; en invertir en las personas y crear un ecosistema donde la gente pueda desarrollarse profesionalmente. Apoyar la maternidad y la vida personal es una característica que todas las empresas deberían tener.
En la industria IT es dónde más se promulga la conciliación laboral y este tipo de filosofía gracias a una mayor flexibilidad; trabajar en remoto; apostar por las nuevas tendencias; y evolucionar poniendo la tecnología al servicio de las personas.
Para liderar el cambio hay que inspirar y motivar. Buscar el punto donde tus habilidades se encuentren con las necesidades de la empresa y, a partir de ahí, crear una situación win-win desde la que liderar. No hay que tener miedo a reclamar nuestro sitio. Las líderes nacen y se hacen y se requiere compromiso y un gran voto de confianza por parte de las empresas para toda persona que quiera ser parte del liderazgo, facilitando que los demás den un paso al frente para formar a los siguientes líderes.
El sector tecnológico tiene la responsabilidad de ser un catalizador del cambio social. De la misma manera que abandera la evolución y la transformación digital, también tiene que liderar el cambio social; la inclusión; el desarrollo sostenible y la diversidad e igualdad.
Promover políticas que fomenten la inclusión y el empoderamiento femenino es nuestra responsabilidad como sociedad; nuestra responsabilidad como personas, empresas y gobiernos. Y para ello necesitamos generar una conversación que nos permita luego actuar en conjunto.
***Tatiana Gottlib es directora de Dynatrace ONE & Lab Lead Barcelona.