Si saliésemos a la calle y preguntásemos "¿sabe usted qué es un alimento clean-label o de etiqueta limpia? ¿Y uno plant-based? ¿Sabe qué diferencia una alimento sostenible de otro que no lo es?",  seguramente obtendríamos muchos más noes que respuestas correctas. Pero que no nos sepamos los nombres, no significa que no nos importen e incluso los estemos comprando ya. 

Movimientos como los llamados real fooders o los cada vez más numerosos influencers de alimentación sana, dan fe de esta tendencia. Pero, ¿qué son los alimentos naturales, sostenibles o veganos? Y más importante: a pesar de que en las encuestas aseguramos que queremos apostar por este tipo de alimentación,¿estamos dispuestos a modificar nuestra cesta de la compra (y su coste) para optar por por una dieta más respetuosa con nuestra salud o incluso el medio ambiente y  los animales? ¿Qué hay de tendencia real y qué de simplemente trending topic
Estas son las 4 claves al respecto.

1. Nuestra alimentación sí importa

Según Naciones Unidas, nuestra alimentación impacta en el progreso de hasta 17 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Dicho de otra forma: muchos de los problemas actuales relacionados con el medio ambiente y con la salud tienen su raíz en cómo y qué comemos. 

A esto se añade que nuestro actual sistema alimentario está ya actualmente bajo presión y no es sostenible a largo plazo: no será posible alimentar al actual volumen de población.

2. El 'consumidor consciente' no son los padres.

El consumidor consciente, ese que da la vuelta al envase para saber más sobre los ingredientes o el origen de los alimentos que ingiere, existe. Ya sea por su salud, la del planeta o por cuestiones éticas, cada vez son más los consumidores preocupados por la 'lista de ingredientes' de los productos que adquiere. 

A pesar de la incertidumbre financiera actual, los Innova Market Insights 2023 –líder mundial en inteligencia de mercado para la industria de alimentos y bebidas– sitúan la salud, la dieta plant-based o la sostenibilidad entre los 10 factores más importantes para los consumidores en relación a su alimentación. Factores que 3 de cada 5 consumidores a nivel mundial incluso priorizan sobre el precio o el sabor. 

“En tiempos de estrés y ansiedad en todo el mundo, los consumidores buscan nuevas estrategias para sobrevivir, priorizando la salud personal y formas conscientes de liberación”, aseguraban el pasado mes de julio dede Innova en la presentación de su informe sobre tendencias para 2023. 

Y no son solamente grupos reducidos o nichos. En Pink Albatross teníamos la sospecha de que efectivamente este perfil del consumidor iba más allá de la población considerada veggie (vegetariana, vegana o flexitariana). En 2022, realizamos un estudio de mercado para conocer a nuestro buyer persona y los resultados fueron muy satisfactorios: el 61% de nuestros consumidores son omnívoros, frente a un 39% veggie. Son personas con una dieta que incluye todo tipo de alimentos pero que buscan algo más, aportar su granito de arena a la hora de llenar la cesta de la compra.

En este sentido, un 39% de nuestros compradores se considera a si mismo como un consumidor consciente o healthy. Y un 14% se declara preocupado por el medioambiente.Que triunfen estos terminos en una categoría marcada por el disfrute y la indulgencia, es esperanzador y dan sentido a nuestro proyecto, una startup española que irrupió hace un par de años en el mercado con helados 100% naturales, plant-based y más sostenibles.

3. ¿Qué son los alimentos naturales, 'plant-based' y sostenibles?

Desde hace unos años se vienen observando una serie de cambios en el comportamiento de los consumidores, que optan ahora por este tipo de alimentos.

Por una parte está el auge del clean label, productos hechos a base de ingredientes naturales y limpios (sin aditivos, colorantes, conservantes, etc.). Es decir, una tendencia que consiste en reducir el tamaño de la lista de ingredientes manteniendo solo los ingredientes esenciales y que viene dada por una mayor conciencia sobre la salud y el planeta.

Para satisfacer la demanda de estos alimentos más limpios, el desarrollo y lanzamiento de nuevos productos sin aditivos aumentó un +12% ya entre 2016 y 2020. El de los alimentos sin ultraprocesados un +28% (también entre 2016 y 2020).

En concreto, y siempre según Innova, ya en 2020 el 80% de los españoles declaraba que un producto es más atractivo si está hecho a base de ingredientes naturales. Y más del 60% se decantaba antes por un producto si conocía el origen de sus ingredientes. 

A pesar de que todavía falta avanzar mucho en este sentido, la apuesta por lo natural está ganando terreno incluso a otras como la reducción de la azúcar. En una encuesta que realizamos en Pink Albatross este verano a más de 240 consumidores de helados de toda España, una categoría marcada por las peticiones de low-sugar, conceptos como ingredientes naturales o sin aditivos fueron escogidos antes que bajo en azúcar o proteico. Real, auténtico, responsable, saludable o natural fueron las peticiones más repetidas. 

En los últimos años, también se ha desarrollado un mayor interés por las dietas plant-based. Las aspiraciones de los consumidores al respecto de vivir estilos de vida más saludables y respetuosos les motiva  a priorizar en sus cesta de la compra productos como las  frutas, verduras, granos, etc.

Según el estudio de tendencias para 2023 de Innova, la apuesta por alimentos plant-based es el cuarto factor más importante para el consumidor en relación a su alimentación.  Pero ¿por qué el consumo de alimentos plant-based es más saludable y respetuoso con el planeta? Profundizando un poco en el tema, según el informe de la ONU Livestock's Long Shadow, el ganado representa el 18% de todas las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero.

Además, los productos de origen animal emiten en su proceso de cultivo y crianza muchas más emisiones de CO2 que los productos de origen vegetal; y necesitan para su producción más tierra cultivable y más agua. Mucha más. Es más, una dieta muy sesgada hacia productos de origen animal –como es el caso de las dietas occidentales modernas– puede conducir a enfermedades cardíacas u otras patologías.

En este sentido, la FAO estima que el 60% de los patógenos humanos y el 75% de las enfermedades emergentes son de naturaleza zoonótica (transmitida de animales a humanos). Por el contrario, no es poca la literatura científica que señala los beneficios de una dieta basada en opciones vegetales. Y evidentemente, es necesario tener también en cuenta cuestiones éticas. 

Por esto, el simple gesto de sustituir un producto de origen animal por uno plant-based puede tener un impacto significante. Un buen ejemplo es el del mercado de las leches vegetales. Fue el primer producto de origen vegetal lanzado al mercado y en los últimos tiempos ha experimentado tasas de crecimiento y penetración increíbles. Hoy en día ya representa el 15% del mercado de la leche cuando hace tan solo 10 años era algo residual.  

Pero si la industria no ofrece alternativas a la altura de las expectativas en cuanto a experiencia y sabor; así como precios competitivos, esta tendencia no terminará de germinar o lo hará mucho más lento de lo deseado. Por eso en el proceso de I+D de nuestros helados los condicionantes de plant-based y clean label son clave, pero también tenemos claro que el sabor debe ser el rey. Si no están buenas, los consumidores no apostaran por estas alternativas.

Si volvemos a la encuesta de Innova para 2023, mejorar la calidad y la sostenibilidad de los alimentos es la quinta preocupación si hablamos de alimentación. En los últimos  tiempos se ha podido apreciar un renovado interés de los consumidores en la fuente y origen de los alimentos.

Ya en 2020 el 82% aseguraba estar dispuesto a pagar más por alimentos y bebidas producidos de manera sostenible. Ese año, empezó incluso a circular con más fuerza el término solastalgia, un neologismo que describe una forma de angustia, estrés mental o existencial causado por el deterioro medioambiental. En este contexto de ecoansiedad, 3 de cada 4 consumidores esperan que las empresas “inviertan en sostenibilidad”.

Y es que la producción de este tipo de alimentos suele desembocar en costes de producción más altos.  ¿Es posible para la empresas afrontar el desarrollo de productos sostenibles? Es posible, lo que no quiere decir que sea sencillo.

Nuestros costes de producción son más elevados, la formulación requiere mucho trabajo de investigación, la producción precisa de maquinaria adaptada ad hoc… Pero en los casi 4 años que llevamos en el mercado, en Pink Albatross hemos demostrado que es posible ofrecer un producto sostenible igual de bueno y con un coste para el consumidor muy similar. Incluso para una startup como la nuestra.

Desde nuestro punto de vista, los resultados no solo merecen la pena sino que son necesarios para lograr un sistema alimentario más sostenible y justo. Según un analisis realizado por Alianza Alimentaria, una sola tarrina de helado Pink Albatross frente a una alternativa láctea supone el uso de 61% menos de agua –lo que equivale al agua que una persona usa durante 570 días–; un 48% menos de emisiones de CO2 –lo que equivale a 20 horas de luz de una bombilla o 12 cargas de un smartphone– y un 57% menos de uso de tierra cultivable, es decir, la tierra necesaria para cultivar hasta 10 kilos de verduras y hortalizas. 

4. El 'gap' entre los que decimos y lo que hacemos

Pero a pesar de lo que decimos en las encuestas, ¿obramos luego en consecuencia al ahora de llenar nuestras cestas? A la hora de la verdad, el 51% de la población asegura a Innova que apostar por una alimentación mejor, "comer sano", es difícil por los precios de estos alimentos. 

Es necesario que la industria de la alimentación apueste por el final de una era en la producción de alimentos caracterizada por la industrialización excesiva y la dependencia de productos de origen animal o ultraprcesados. La misión de las empresas de alimentación debe ser redefinir nuestra relación con la comida dejando espacio para las cosas buenas: alimentos más sabrosos, más limpios, sostenibles y plant-based.

*** Isabel Santomé, Marketing & Comms Manager de Pink Albatross.