Desde Europa, cuando hablamos de enfermedades como el dengue y el Zika, nos parece estar refiriéndonos a patologías lejanas en el espacio y hasta en el tiempo. Sin embargo, a veces olvidamos cuánto nos movemos y cuán fácil se disemina un agente patógeno en el mundo globalizado en el que vivimos.
Si hablamos del dengue nos referimos a una enfermedad que afecta a unos 400 millones de personas cada año. La mayoría de ellos son casos leves o asintomáticos, pero una de cada veinte personas infectadas puede desarrollar un dengue grave y morir.
Actualmente, hay más de 120 países con focos activos de esta enfermedad repartidos por América, Asia, África y Oceanía. Zonas con las que intercambiamos objetos, zonas que visitamos.
En el caso del Zika sabemos que es especialmente complicado cuando lo padecen embarazadas, dada las graves consecuencias para el feto, entre las que se encuentra la microcefalia. Su incidencia es considerablemente menor que la del dengue, pero 80 son los países donde el Zika hace mella; también repartidos por los continentes que antes mencioné.
Curiosamente ambas enfermedades están unidas por un agente transmisor: el mosquito, en especial el Aedes aegypti y el Aedes albopictus. Esto hace que muchas de las medidas que se toman para evitar una de ellas funciona para la otra y viceversa.
En un estudio prometedor publicado esta semana en la revista Science, investigadores chinos han descubierto una nueva bacteria intestinal de mosquitos que tiene el potencial de combatir ambas enfermedades. Diríamos matar dos pájaros de un disparo.
Esta bacteria, conocida como Rosenbergiella_YN46, es capaz de inhabilitar a los virus responsables de estas enfermedades antes de que puedan establecer una infección en los mosquitos y transmitirla.
He de decirte que no es la primera vez que algo así se plantea como solución para controlar la transmisión de una enfermedad. La idea de utilizar microbios para combatir enfermedades transmitidas por mosquitos no es nueva.
Hace unos 15 años, se descubrió que la bacteria Wolbachia reduce la capacidad de los mosquitos para transmitir el dengue, entre otros virus. Tras exitosas pruebas de campo, Wolbachia se utiliza ahora para ayudar a controlar el contagio de esta enfermedad en más de una docena de países.
Sin embargo, la aparición de resistencias hace que una nueva arma para controlar estas enfermedades sea bienvenida. El nuevo estudio, calificado como "prometedor" por varios expertos en el campo, podría proporcionar una herramienta complementaria a las existentes.
El equipo chino inició una búsqueda de microbios que, como Wolbachia, pudieran ayudar a controlar la enfermedad desde el interior del mosquito. Se centraron en una región infestada por el mosquito tigre asiático —el Aedes albopictus—, dada su capacidad para transmitir tanto el dengue y como el Zika.
Para probar las propiedades antivirales de la Rosenbergiella_YN46, alimentaron a los mosquitos con sangre humana infectada con los virus del Zika y el dengue a la vez que le introdujeron la bacteria Rosenbergiella_YN46. Como resultado del experimento encontraron que los mosquitos que recibieron la Rosenbergiella_YN46 tenían significativamente menos probabilidades que los controles de tener infección detectable una semana después.
Sus ensayos demostraron que una enzima secretada por la bacteria Rosenbergiella_YN46 acidifica el intestino de los mosquitos. Como consecuencia de esta acidificación se desforman las proteínas que los virus necesitan para invadir las células de los insectos, algo que incide negativamente en el establecimiento de la infección dentro del mosquito y, por ende, reduce la transmisión del dengue y el Zika.
En un experimento más naturalista, los investigadores colocaron mosquitos Aedes albopictus capturados en el medio silvestre para que pusieran huevos en agua con Rosenbergiella_YN46. Las larvas y los mosquitos resultantes mostraron una menor susceptibilidad a la infección por dengue que los mosquitos criados con agua sin la bacteria.
A pesar de que se necesitan pruebas en el terreno para demostrar la eficacia de esta herramienta, se ha abierto otra puerta para controlar estas infecciones que tanto daño ha causado y causa a la humanidad.