El año 2023 lo hemos cerrado con una temperatura media mundial de 1,45°C, según el Informe sobre el estado del clima mundial de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), lo que supone un hito importante a tener en cuenta, ya que atendiendo al Acuerdo de París del año 2015 el principal propósito es limitar el calentamiento global por debajo de 2°C, preferentemente por debajo de 1,5°C.
Esto ha supuesto un gran esfuerzo para toda la sociedad, en concreto para las empresas. El primer paso que han realizado con el objetivo de disminuir las emisiones de efecto invernadero de su actividad ha sido el cálculo de la huella de carbono, para partir de una cantidad de gases contaminantes y poder aplicar así medidas para su disminución.
El cálculo de la huella de carbono es el volumen de emisiones de efecto invernadero que se liberan en la atmósfera tanto por las organizaciones como por las personas, y se mide por toneladas de CO². Para el cálculo se deben tener en cuenta tanto las emisiones directas como indirectas que una organización o persona emita a la atmósfera, como son el combustible fósil de los vehículos y el consumo de energía respectivamente.
El cálculo de la huella de carbono se puede realizar atendiendo a diferentes alcances, el alcance 1 corresponde a las emisiones directas procedentes de fuentes propiedad de la compañía o controladas por la misma, esto es el combustible fósil que se utiliza tanto para la calefacción de las instalaciones como para los vehículos; el alcance 2 consiste en las emisiones indirectas referentes a la adquisición y consumo de energía.
El alcance 3 corresponde a las emisiones indirectas que no son propiedad de la organización ni están controladas por esta. Son las relacionadas con la cadena de valor, como pueden ser los viajes de negocios y los desplazamientos de los empleados.
Hasta ahora la mayoría de las empresas realizan el cálculo de la huella de carbono utilizando el alcance 1 y 2, puesto que el alcance 3 conlleva un desafío para su medición ya que la recopilación de los datos depende de terceras personas, además de que las redes de transporte y de distribución están repartidas por todo el mundo, lo que dificulta su recopilación.
El alcance 3 representa aproximadamente el 80% del cálculo de la huella de carbono debido a que la mayoría de las emisiones proceden de servicios o productos adquiridos por la propia compañía, sin embargo, debido a su complejidad son pocas las empresas que lo incluyen en su cálculo.
No obstante, desde el punto de vista regulatorio cada vez son más las empresas que están obligadas a informar no solo de sus emisiones directas, sino también de aquellas emisiones que representa el alcance 3. Así, de manera indirecta, múltiples pequeñas y medianas empresas se verán obligadas a disponer de los datos necesarios para realizar un reporte para los grupos de interés cuando estos lo requieran.
El objetivo de obtener el cálculo de la huella de carbono es la descarbonización. Es decir, diseñar e implantar un plan estratégico cuya finalidad sea la descarbonización dela compañía con la aplicación de medidas que disminuyan las emisiones de efecto invernadero derivadas de su actividad. Están pueden ser aplicadas al consumo de energía renovable, la implantación de autoconsumo, o la utilización de vehículos híbridos o eléctricos.
Para poder alcanzar el objetivo y mantener el calentamiento global por debajo de 1,5°C es necesario que las empresas inicien un plan estratégico de descarbonización, y como primer paso se encuentra el cálculo de la huella de carbono, para poder partir de una cantidad de gases de efecto invernadero que nos permita aplicar medidas en la actividad empresarial y reducir así los mismos.
***Rosa Sanz es Responsable de ESG y Compliance en el Grupo Arrate y socia young en Women in a Legal World.