Alinear la Responsabilidad Social Empresarial con los Objetivos de Desarrollo Sostenible se ha convertido en una estrategia esencial para todas las empresas. Este enfoque responde a las crecientes demandas de un mercado global que valora cada vez más las prácticas empresariales responsables y sostenibles. Además, ofrece una oportunidad estratégica única para mejorar la reputación corporativa, fortalecer la competitividad y asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo.
En un mundo donde las personas consumidoras demandan, cada vez más, un compromiso auténtico con la sostenibilidad, esta alineación no solo es beneficiosa, sino también necesaria para el éxito y el futuro de las empresas.
El Informe Brundtland, firmado en Oslo el 20 de marzo de 1987, define el desarrollo sostenible como "aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las propias". Y los ODS, adoptados por la comunidad internacional en 2015, establecieron una agenda global ambiciosa para abordar desafíos urgentes como la pobreza, la desigualdad, la crisis climática y la promoción de la paz y la prosperidad para todas las personas.
En este sentido, los Objetivos de Desarrollo Sostenible son algo más que una guía ética para las empresas, si no que constituyen un auténtico marco práctico real y detallado que las empresas pueden y deben utilizar para orientar y alinear sus estrategias con los principios de sostenibilidad. Al adoptar este marco, las empresas no solo promueven prácticas responsables, sino que también se posicionan para generar un impacto positivo que se pueda medir de manera efectiva y que tenga un significado real.
Este impacto abarca tanto el bienestar de la sociedad, al fomentar el desarrollo humano y la justicia social, como la protección y preservación del medio ambiente, promoviendo prácticas ecológicas y sostenibles a largo plazo. Así, los ODS se convierten en una herramienta integral que facilita a las empresas la implementación de acciones concretas y beneficiosas, tanto para la humanidad como para el planeta.
Cuando una empresa integra los principios de los ODS en su estrategia no solo está cumpliendo con las expectativas actuales de responsabilidad social y ambiental, sino que también se está preparando para enfrentar los desafíos futuros.
En un mundo donde la capacidad de adaptarse y mitigar los impactos ambientales y sociales será determinante para la sostenibilidad a largo plazo, la alineación con los ODS no solo es deseable, sino que resulta esencial para asegurar la viabilidad empresarial en un contexto global cambiante y, cada vez, más interconectado. Los ODS conforman un consenso universal centrado en las personas y el planeta, y reclaman un modelo de desarrollo económico, social y medioambiental más sostenible, equitativo e inclusivo.
Un ejemplo tangible y directo sobre cómo las empresas pueden contribuir activamente al cumplimiento de los ODS es la iniciativa Casilla Empresa Solidaria del Impuesto de Sociedades, que impulsa la Plataforma del Tercer Sector. Esta medida permite a las empresas destinar el 0,7 de su tributación a financiar proyectos sociales desarrollados por entidades del Tercer Sector, considerados de interés general.
Se trata de una gran diversidad de proyectos dirigidos a garantizar los derechos de la ciudadanía, a la lucha contra la pobreza, la exclusión social y la desigualdad y que tienen por objetivo avanzar hacia una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.
De este modo, la recaudación obtenida a través de esta casilla ha demostrado ser fundamental para financiar proyectos que contribuyen directamente a la erradicación de la pobreza (ODS 1), la reducción de las desigualdades (ODS 10), la contribución a la igualdad de género (ODS 5), la creación de empleo de calidad (ODS 8), la inversión en prosperidad, paz y sostenibilidad (ODS 16) y la cooperación entre diferentes actores sociales para alcanzar el resto de metas planteadas por Naciones Unidas (ODS 17).
La iniciativa de la Casilla Empresa Solidaria permite que las empresas destinen parte de sus impuestos a proyectos sociales y fomenta una cultura empresarial comprometida con el bien común, al tiempo que fortalece los lazos entre el sector privado y las entidades sociales.
Desde su creación, en 2018, la Casilla Empresa Solidaria ha servido para impulsar la participación activa de las empresas en la transformación social y para conseguir, además, financiación para proyectos sociales que generan gran impacto y valor social, mejorando la vida de miles de personas.
Además, cuando una empresa marca la Casilla Empresa Solidaria puede solicitar el Sello Empresa Solidaria, una certificación otorgada por la Plataforma del Tercer Sector, que reconoce el compromiso de las empresas en generar un impacto social positivo. Este Sello verifica que la empresa es solidaria y responsable, y que apuesta por la sostenibilidad y las alianzas.
Es fundamental que las empresas continúen implementando medidas para maximizar el impacto de sus iniciativas de sostenibilidad. Estas decisiones, no solo multiplican el efecto de las inversiones sociales, sino que también promueven la cohesión social, la resiliencia comunitaria y la innovación en la implementación de soluciones sostenibles.
Además, al alinear sus estrategias con los ODS, las empresas no solo cumplen con su responsabilidad ética y social, sino que también aseguran su capacidad para adaptarse y prosperar en un entorno empresarial y social cada vez más complejo.
Tenemos el convencimiento de que alinear la Responsabilidad Social Empresarial con los Objetivos de Desarrollo Sostenible no es solo una tendencia pasajera, sino una necesidad estratégica imperativa en el entorno empresarial actual. Esta alineación no solo permite a las empresas desempeñar un papel fundamental en la construcción de un futuro más sostenible, sino que también fortalece su competitividad, resiliencia y capacidad para generar valor a largo plazo en un mundo en constante cambio.
Si tu empresa está comprometida con el cumplimiento de los ODS, no olvides marcar la Casilla Empresa Solidaria al presentar el Impuesto de Sociedades. Es el primer paso para avanzar hacia una sociedad más justa, igualitaria e inclusiva.