Ante el crecimiento de los riesgos geopolíticos y socioeconómicos, el mundo evoluciona hacia una realidad FANI. Según lo define el antropólogo y futurista Jamais Cascio, vivimos en un contexto frágil, ansioso, no lineal e incomprensible. Esto se traduce en que, en un sistema interconectado, observamos cómo disrupciones que pueden ocurrir en un sistema concreto o en un país determinado, tienen la capacidad de desencadenar consecuencias estructurales a nivel internacional y complejas de anticipar.
Es un mundo ansioso, como efecto de la fragilidad del sistema, lo que genera un crecimiento de la incertidumbre ante la toma de decisiones. Además, es una realidad no lineal: las causas y efectos de los hechos parecen estar cada vez más desconectados o desproporcionados, especialmente en el último año en términos de geopolítica.
Los factores anteriores dibujan una imagen de la realidad cada vez más difícil de interpretar y encontrar respuestas acertadas. Y esto se extrapola al ámbito de la gestión empresarial, donde las organizaciones navegan en las turbulencias de la incertidumbre y la pérdida generalizada de confianza en las instituciones. El tejido empresarial busca gestionar los riesgos desde múltiples ámbitos, entendiendo y aprovechando las oportunidades de esta realidad compleja en la que los intangibles se consolidan como pilares sobre los que se asientan las empresas con futuro.
Nunca antes la gestión de intangibles como la reputación, la sostenibilidad, la comunicación o la marca corporativa había sido tan importante y tan necesaria como lo es ahora. De hecho, la gestión de la reputación corporativa lidera el ránking de tendencias más importantes para seis de cada diez profesionales, según los últimos resultados de Approaching the Future 2024 —informe en el que se analiza anualmente el impacto de los intangibles en la agenda empresarial, en el negocio y en la toma de decisiones estratégicas—.
Los resultados del estudio muestran que el liderazgo responsable es la segunda tendencia clave. El contexto en el que estamos inmersos hace que adquiera aún más valor el impulso de liderazgos valientes y comprometidos con la creación de valor equilibrado y compartido con todos los grupos de interés y bajo una clara estrategia de largo plazo.
Y es que esa visión o esa mirada puesta en el largo plazo es la esencia de la sostenibilidad, que se consolida en las estrategias de negocio para responder a un contexto en el que las exigencias internas y externas son cada vez mayores hacia las compañías. A ello, también se suma el fuerte impulso de la regulación que se ejerce desde Europa.
En este sentido, el nuevo marco normativo europeo en sostenibilidad abre importantes oportunidades a las organizaciones para avanzar hacia una gestión cada vez más estratégica y transversal de la sostenibilidad. Concretamente, en España, la sostenibilidad es la tendencia más trabajada en el segmento de las grandes empresas, con más de 5.000 empleados.
En este contexto, la definición del propósito corporativo como razón de ser de las organizaciones se convierte en uno de los ejes básicos que impulsan, permiten y facilitan la transformación de las organizaciones a través de su integración en la toma de decisiones. Es, por ello, la cuarta tendencia más importante identificada por las compañías.
Las empresas están llamadas a un nuevo rol, a ejercer como agente impulsor del cambio y empuje social, donde el papel cohesionador de las organizaciones resulta imprescindible en la búsqueda común de intereses compartidos que favorezcan el desarrollo social.
Es urgente, como se planteó en el último Foro de Davos, recuperar la confianza "hacia el futuro, dentro de las sociedades y entre las naciones". Es el momento de trabajar por un modelo económico más inclusivo y justo, capaz de generar valor compartido para todas las personas y su entorno. Y la respuesta o la fórmula para conseguirlo está en la gestión integrada y transversal de los activos intangibles de las organizaciones.
*** Isabel López es cofundadora y directora general de CANVAS Estrategias Sostenibles y Ángel Alloza es CEO de Corporate Excellence.