Los creadores de la World Wide Web difícilmente habrían imaginado que, tres décadas después de alumbrar la primera página web de la historia, allá por 1991, la digitalización habría penetrado en cada recodo de nuestras vidas hasta convertir nuestra cotidianeidad en una realidad híbrida: todos, en mayor o menor medida, nos movemos en una esfera física y otra digital; nos informamos, nos comunicamos, trabajamos y pasamos tiempo de ocio (también) en entornos virtuales.
Mucho menos imaginarían el ingeniero Tim Berners-Lee y sus colegas del CERN que, a ese nuevo espacio cibernético recién engendrado se sumarían otros avances tecnológicos de enorme calado como el big data, el IoT, el blockchain o la inteligencia artificial (ahora también "generativa") y sus chatbots. Hitos que componen esta crónica de la vida digital de la que somos testigos y artífices, y que marcan un antes y un después en nuestra manera de relacionarnos y de habitar nuestro entorno.
ING nació al calor de esos primeros años de andadura de internet hasta convertirse en el primer banco 100% digital de España en 2014, con la humildad que exige adelantarse al orden establecido. Hasta hoy. Este 2024 hemos cumplido 25 años en España y, además de celebrarlo por todo lo alto, hemos aprendido muchas cosas.
Por ejemplo, que por cada giga de descarga se consumen 200 litros de agua para refrigerar los servidores. O que enviar un correo con un archivo adjunto equivale a mantener una bombilla encendida durante 24 horas. Hemos corroborado que, si internet fuera un país, sería el sexto más contaminante en emisiones de CO₂.
Además, hoy sabemos que un 70% de la población sufre "nomofobia" (miedo irracional a estar sin teléfono móvil) y que dedica más tiempo a los dispositivos móviles que a dormir.
Lo que vino para mejorar muchos aspectos de nuestra vida personal y profesional —y en buena parte ha logrado— ha resultado ser una importante fuente de estrés y ansiedad, males cada vez más comunes en nuestras sociedades hiperconectadas que nos recuerdan la importancia de hacer un buen uso de la tecnología si queremos salvaguardar todo lo otro. La importancia de desconectar para conectar, con los demás y con nosotros mismos, para cuidar nuestra salud mental, física y emocional.
Bienestar digital vs. contaminación digital
La conclusión es clara: internet contamina y lo hace en más de un sentido. Un problema que, por la naturaleza de nuestra compañía, y por nuestros compromisos adquiridos, nos interpela y nos ocupa. Por ello, hemos lanzado Bienestar Digital, un proyecto que busca concienciar sobre los efectos de la digitalización y, lo más importante, promover soluciones concretas que podamos integrar en nuestra rutina.
El fin último es reducir nuestro impacto y acercarnos a un consumo digital más saludable tanto para el planeta (minimizando los residuos digitales y realizando un uso responsable de los datos y la tecnología) como para las personas (promoviendo la desconexión digital y la conciliación entre la vida personal y laboral).
Asumimos que el cambio debe empezar por nosotros mismos. Por eso, entre otras medidas, vamos a implementar un protocolo interno de bienestar digital y lanzaremos un programa inspiracional y educacional con charlas y formaciones para todos los empleados. Por otro lado, estamos explorando la mejor manera de contactar con los clientes de forma más personalizada, para evitar saturarles y comunicarnos con ellos de acuerdo con sus necesidades y preferencias.
Para evitar impactos negativos sobre el medio ambiente, lanzaremos un programa de basura digital que ayuda a los empleados a limpiar sus dispositivos de los elementos no indispensables. Además, estamos realizando un diagnóstico de huella digital del banco de la mano de expertos para revisar ineficiencias y optimizar consumos. Queremos seguir avanzando de forma clara en ese camino hacia la ecodigitalización.
Y todo ello bajo el paraguas de nuestra estrategia. El proyecto Bienestar Digital entronca con Empower (y)our sustainability journey, nuestra carta de navegación en ese viaje de mejora continua que es la sostenibilidad. Ese '(y)our' no es algo aleatorio ni trivial. En ING hace tiempo que emprendimos nuestra travesía, pero deseamos que otros muchos inicien la suya. Porque los viajes siempre son mejor, y más fructíferos, si son compartidos.
Alcanzar una vida digital más saludable pasa por entender que no podremos hacerlo solos. En ING nos proponemos (y te proponemos) ser parte de la solución.
*** Nacho Rodríguez es director de Comunicación, Relaciones Institucionales y Sostenibilidad de ING España & Portugal.