Las fronteras de la sostenibilidad se están moviendo. De acuerdo con los datos del informe Dentsu Consumer Navigator: Sustainability 2023, los consumidores más jóvenes están ampliando su definición de sostenibilidad al adoptar un enfoque más holístico. Un concepto interconectado que, más allá del medio ambiente, abarca otros aspectos como la equidad y la economía; considerándolo una responsabilidad pública, personal y también corporativa.
El 80% de los encuestados en dicho estudio cree que las compañías deberían mejorar el acceso a la información sobre sus políticas y prácticas en materia de sostenibilidad. Los consumidores esperan de las organizaciones que sean negocios sostenibles de una forma integral: desde la reducción de su huella de carbono hasta la promoción de entornos de trabajo inclusivos.
En este contexto, las organizaciones no podemos actuar como meros espectadores. La misión de las marcas es liderar la transformación sostenible del negocio desde el ángulo de las personas, el medio ambiente y la innovación. Debemos trabajar estas tres piezas como parte del ADN corporativo a través de objetivos medibles y planes de acción que promuevan el desarrollo sostenible dentro y fuera de la organización.
Para ello, en primer lugar, es necesario liberar todo el potencial de las personas que forman parte de la organización. Mediante políticas de diversidad, equidad e inclusión (DEI) somos capaces de desarrollar al máximo el capital humano al ofrecer oportunidades de crecimiento y liderazgo de forma equitativa e inclusiva. Una estrategia DEI se traduce, como en el caso de la consultora Merkle perteneciente a dentsu, en un 54% de puestos directivos ocupados por mujeres —superando los objetivos del grupo para el año 2030—, o en la creación de un entorno accesible donde la diversidad se incorpore dentro de la cultura corporativa.
Por supuesto, trabajar el concepto de sostenibilidad desde una visión holística supone hablar del impacto de las operaciones a nivel ambiental, centrándose en la acción climática. Dibujar una hoja de ruta con iniciativas concretas a corto, medio y largo plazo nos marca los pasos hacia el correcto cumplimiento de los ODS. Solo si monitorizamos nuestros progresos hacia los objetivos, seremos capaces de identificar las áreas de mejora y ajustar las estrategias según sea necesario.
Por ejemplo, en la estrategia de sostenibilidad de nuestro grupo se estableció como objetivo alcanzar la emisión de 0 gases efecto invernadero en 2040 y lograr el uso de energías 100% renovables en 2030. El año pasado, ya obtuvo un 55% de energía renovable en sus operaciones globales, frente al 36% del 2022. Esto supuso entrar por primera vez en el Índice Mundial de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI World). Una meta final que se trabaja año tras año con iniciativas globales y locales para amplificar el impacto.
A su vez, la articulación de una estrategia de sostenibilidad en las organizaciones también es sinónimo de innovación; pilar clave si queremos adaptarnos a la velocidad que imponen los constantes cambios y desafíos socioambientales. Para ello, necesitamos contar con la tecnología y herramientas que nos faciliten la transición hacia prácticas más sostenibles. Desde sistemas de monitorización de la huella de carbono en las operaciones, la gestión eficiente de residuos o la implantación de energías renovables.
Todo esto no es posible si la sostenibilidad no se considera una prioridad desde la cima de la organización, con líderes comprometidos que establecen una visión clara y una cultura empresarial en torno a ello. Esto implica capacitar al equipo sobre prácticas sostenibles e involucrarlos activamente a través de iniciativas colaborativas e individuales. Actualmente, en nuestra organización los empleados cuentan con varios días de voluntariado al año dentro de su calendario laboral para dedicar exclusivamente a acciones con impacto social o medioambiental organizadas tanto por el equipo como por el grupo.
La sostenibilidad es un viaje continuo, no solo un destino. Así, es esencial ir más allá de las promesas superficiales y hacer del camino hacia la sostenibilidad un verdadero objetivo corporativo. A medida que los ciudadanos se están volviendo más sofisticados y adoptan más opciones sostenibles en su día a día; las organizaciones debemos entender la sostenibilidad como parte del ADN empresarial y trabajar de forma integral (personas, medio ambiente e innovación) para maximizar el impacto de nuestras operaciones.
*** Marian Hurlé es HR Business Partner de Merkle España.