Para celebrar el centenario de su nacimiento, en Caja Ingenieros tenemos el placer de publicar, junto con el Colegio de Ingenieros Industriales de Cataluña, un libro sobre Isabel de Portugal Trabal Tallada, una de las primeras mujeres ingenieras en España y primera en Cataluña.
Una mujer pionera que se dedicó toda su vida a la ingeniería industrial y que fue, además, socia fundadora y presidenta de nuestra entidad. Un carácter apasionado y arrollador que demostró que los estereotipos están para ser superados y que hoy, tras 10 años desde su fallecimiento, nos sigue inspirando, día a día, a las personas que tuvimos el honor de trabajar con ella y que apostamos por una paridad real en el ámbito de los estudios y las profesiones técnicas.
En este sentido, para que su legado perdure, no basta sólo un libro. Y en Caja Ingenieros eso es algo que tenemos claro: queremos que su ejemplo inspire a otras mujeres para que se integren en el ámbito STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas). Un compromiso que se refleja en el ODS 5 de Igualdad de Género, uno de los objetivos de la Agenda 2030 con los que nuestra entidad está comprometida.
El actual panorama nos indica que todavía queda mucho por hacer. Aunque con los años algunos indicadores han ido mejorando, un análisis de la situación de las mujeres en los campos STEM en España sigue revelando una brecha de género significativa, según recientes datos de ESADE.
La representación femenina en las carreras STEM es notablemente baja: solo el 36% de los estudiantes de Matemáticas son mujeres, mientras que en Física son el 27%, en Telecomunicaciones el 23% y, en Informática, un 13%.
En la Formación Profesional la situación es más grave, con una relación de 9 a 1 entre hombres y mujeres en la mayoría de los grados.
En el ámbito laboral, únicamente el 5,5% de las mujeres ocupadas en España trabaja en estas áreas, frente a un 13% de hombres. Aunque ha habido un aumento en la tasa de mujeres desde 2011 (cuando era del 3,3%), sigue siendo una representación muy baja.
Al calor de estos datos, cabe reivindicar con más fuerza aún la figura y el espíritu de Isabel de Portugal Trabal Tallada: una mujer que demostró que la formación técnica no es solo para hombres.
Titulada en 1949 como número uno de su promoción, cuando la Escuela de Industriales de Barcelona ni siquiera tenía un lavabo para mujeres, Isabel llevaba la ingeniería en la sangre y, como ella decía, “con mucho orgullo”.
Solía llevar un broche de brillantes con el escudo de los ingenieros. Un detalle que puede parecer nimio, pero en aquella época de símbolos, aquel accesorio significaba que había logrado un hito importante: estudiar y tener una carrera profesional en el mundo de la ingeniería, en un momento histórico en que las mujeres que pudieran aspirar a trabajar solían acabar siendo secretarias o enfermeras.
Como cofundadora de nuestra entidad, impregnó con sus valores y su tenacidad nuestra forma de trabajar y de entender las finanzas, impulsando un modelo de banca cooperativa que hoy es referente en Europa precisamente por su compromiso de aportar valor a la sociedad y al planeta. Algo que ahora, 57 años después, se sigue respirando en Caja Ingenieros. Sin ir más lejos, como reconocimiento por su gran cometido, nuestros premios anuales a las ideas innovadoras llevan su nombre: Isabel de Portugal Trabal Tallada.
Con el objetivo de promover la presencia de más mujeres en disciplinas de los ámbitos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, más mujeres como Isabel, nuestra Fundación Caja Ingenieros colabora con universidades y entidades.
Trabajamos con el Programa de Empoderamiento Femenino de la UAB, con ENGINY-era, en centros educativos, y con el programa de Mentoring de Excelencia integrado en el proyecto Mujer e Ingeniería, de la Real Academia Española de Ingeniería.
Estas alianzas no solo ayudan a fomentar el interés de las mujeres en estas áreas, sino que también proporcionan las herramientas y el apoyo necesarios para que puedan prosperar en carreras tradicionalmente dominadas por hombres. Un paradigma que, tengámoslo siempre claro, debe cambiar.
***Joan Cavallé Miranda es director general de Caja Ingenieros.